Capitulo 29. Te necesitaba.

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Maratón 3/5
Sebastián versión.
Cuando mi mirada se encontró con la de Mario sentí una ligera satisfacción de que él me mirara aquí, y por su mueca sabía que la hacía porque pensó que _______ me había llamado para decirme que se encontraba aquí. Sin embargo, había sido mi insistencia en su celular la que la había obligado a contestar mis llamadas, sin yo si quiera saber que ella pasaba por esta situación; claro yo no iba a aclararle eso a Mario.

Noté inmediatamente a una rubia a su lado, que era casi imposible que pasara desapercibida. La chica era hermosa, con un visiblemente cuerpo largo y delgado, con ojos verdaderamente enormes y azules. Supe en el momento que la rubia acarició la mano de Mario por encima de la mesa, que ella era mujer de la que _______ se refería como la "otra". Y me recordó nuevamente lo idiota que ha sido Mario por dejarla. Ni piernas largas y delgadas, ni kilos de maquillaje eran suficiente para opacar a ________, ella era mucho más hermosa que esa chica en tantos sentidos.

Por un momento creí que él iba a levantarse y tendríamos un enfrentamiento a golpes, pero la chica rubia le dijo algo que no entendí por mi poca habilidad para leer labios, pero lo tranquilizó, casi como si ella lo estuviera dominando. Lo agradecí por una parte, no estaba dispuesto a tener una pelea con él, mucho menos en un hospital.

Me acerqué a la habitación que me dijo _______, era una en el área de pediatría.
Justo cuando abrí la puerta sus ojos se conectaron con los míos y llevó su dedo índice a sus labios haciendo un ligero "shh" y me indicó que entrara sin hacer ruido. Kimberly dormía en la cama de sábanas blancas, con una intravenosa conectada en la parte de arriba de su muñeca, noté que su cabeza tenía un vendaje y eso hizo que mi corazón se arrugara por completo.

________ se puso de pie y caminó hacia mí torpemente, casi pude ver en sus ojos como unas lágrimas se asomaban, pero tan pronto y me acerqué también a ella envolviéndola con mis brazos, soltó una enorme cantidad de aire. No la escuché sollozar, ni mucho menos llorar, en cambio para mí gran sorpresa la escuché susurrar un: - Te necesitaba.

Eso hizo que mi corazón quisiera salirse de su lugar, y dar mil saltos, pero me recordé a mí mismo que debía guardar silencio y obligué a mi corazón silenciarse.

- Estoy aquí para ti -susurré, apenas conteniendo mi emoción.

Apreté mis brazos a su alrededor tanto como para que ella pudiera sentir que quería reconfortarla. Bajé discretamente mi barbilla hasta que mis labios estuvieron a la altura de su cabeza, y deposité un cálido beso allí. Inconscientemente dejé descansar mis labios sobre ella más tiempo de lo que incluso debería, así que la sentí girar su cabeza hasta que su mejilla estuviera descansando sobre mi pecho, ahí a un lado de mi corazón. Su gesto tan inocente hizo que mi corazón volviera a latir a una velocidad impresionante y volví a concentrarme en calmarme, pero en realidad estaba deseando que ella notara el efecto que tiene en mí.

Estoy enamorándome de esta chica, y no puedo hacer nada más que estar aquí para ella y que algún día quizás ella me dé la señal, y me corresponda de la manera que anhelo tanto.

Tú versión.
Me alejé de Sebastián y le di un asentimiento hacia la puerta para que saliéramos al pasillo y habláramos, no pretendía alejarme del cuarto de Kim, estaríamos allí afuera.
Sebastián me siguió.

- Gracias por venir -le dije al momento de cruzar la puerta.

- Estaba tan preocupado, ¿cómo está ella?

- Afortunadamente fuera de peligro, espero mañana muy temprano le den el alta. El golpe que recibió fue duro pero la Doctora dijo que con solo un par de semanas de reposo Kimberly se recuperará -expliqué. Sebastián asintió, y vi su cuerpo soltar un respiro y relajarse.

"Beautiful Lies." - Mario Bautista & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora