La casa de los padres de Anto era enorme y lujosa. Su comedor era uno de esos grandes y con muchas sillas, perfecto para una noche como esta.
No perdimos el tiempo y para cuando toda su familia ya estaba reunida, la cena comenzó. Anto estaba al lado de Mauricio, y felizmente tomados de la mano mientras se susurraban cosas el uno al otro, la pareja de eternos enamorados.
No pude evitar sentir un poco de celos por verlos tan felices.
Formalmente antes de que trajeran el primer plato de la cena, Mauricio se puso de pie para pedir la mano de Anto a su padre que, estaba sentado en un extremo encabezando la mesa.
- Sr. Crowne, esta noche quiero hacerlo oficial y pedir formalmente la mano de su hermosa hija para casarnos. Necesitamos su aprobación.
- Tienen nuestra bendición –respondió el padre de Anto, y su mamá asintió, también- Bienvenido a la familia, hijo. Sé que no hay otro hombre que podrá hacer tan feliz a mi hija como lo haces tú.
Una pequeña, pero audible, ola de aplausos y muchos "Ows" vinieron como consecuente. Mauricio sonrió aun más no poder, al igual que mi mejor amiga. Volvió a sentarse y tomo frente a todos nuevamente la mano de su prometida, luciendo ese hermoso anillo de diamantes. Estaba tan conmovida por la escena que creí que en cualquier momento iba a ser yo la que terminaría llorando junto con la madre de Anto.
Mario, que se encontraba sentado a mi lado, entrelazo su mano izquierda con mi mano derecha sobre la mesa, también, tomándome por sorpresa.
Sus cálidos dedos encajaron sobre cada hueco entre los míos y mi mano se cerró sobre la suya.
Dándome un ligero apretón, como si nunca quisiera soltarla, me hizo sentir querida y protegida.
La llevó hasta sus labios, besando mis nudillos, especialmente donde se encontraba mis dos anillos: de compromiso y de matrimonio. Un breve recordatorio de que le pertenecía. Solo a él.
- Todavía te amo. Y mucho –susurró, inclinándose hacia mí. Ahogue un jadeo. No pude contestarle nada. Por un instante volví a sentirme como una adolescente que escuchaba por primera vez esas dos palabritas mágicas. Me sonrió y sin poder evitarlo, se la correspondí cálidamente.
Y era de esta manera como sentía que esa pared para mantenerme alejada y distanciada de Mario que, yo misma había levantado, comenzaba a desaparecer.
El Sr. Crowne indicó que sirvieran la cena, y los platos poco a poco fueron servidos a los invitados.
La madre de Anto estaba al lado de su esposo, los hermanos de ella también en la mesa. Del otro costado estaban los padres de Mauricio. Después se encontraba mi mamá y Kimberly, también estaban los padres de Mario, Gloria y Carlos . Y por ultimo Mario y yo. A pesar de no llevar la misma sangre, éramos todos ya una familia. La cena transcurrió entre pláticas y risas, unas que otras sobre los planes de boda de Anto, unos mas aburridas como sobre el trabajo de oficina. Anto lucía hermosa con su cabello pelirojo natural lacio y su hermoso vestido azul aqua que combinaba perfecto con sus ojos, estaba frente a mí e intercambiábamos miradas y sonrisas. Ella estaba feliz y yo también lo estaba por ella. El ambiente continuó relajado y familiar.
- Entonces, Mario, ¿cuáles son sus planes para el futuro? -preguntó mi madre, mirando hacia mí y luego de nuevo a Mario. Esperen, ¿cuando se convirtió esta plática sobre nosotros? ¡No! Se supone que esta cena es sobre Anto y Mauricio.
Ellos. No nosotros. Argh, mamá siempre tan ávida de información.
- Bueno... -comenzó Mario. Dejó su tenedor a un lado y tomó mi mano- _______ y yo hemos hablado sobre tener otro bebé.
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"Beautiful Lies." - Mario Bautista & Tu
Fiksi Penggemar''Tiene que haber alguna forma para hacer que me quieras como antes''.