Capitulo 26. Un accidente

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Versión de Kimberly.
Hoy era viernes por la tarde y papá prometió llevarme a cenar consigo, ya ha pasado más de una semana desde la última vez que él estuvo en casa. Me ha llamado unas cuantas veces y ha preguntado cómo estoy. Lo veo muy poco y comienzo a extrañarle demasiado. A veces lo veo esperándome en la hora de salida de mi Kinder, y se va justo antes de que mamá llegue por mí.

Mamá y papá ya no se hablan, y aunque ella no quiere decirme nada, no quiero pensar que ellos no se quieren. Papá me ha dicho que ama a mamá, y mamá me había dicho hace días que también lo ama, pero que tienen problemas y es difícil estar juntos. Quisiera entender por qué ellos no pueden estar juntos en casa como antes.

Mi amiga Karla me dijo que sus papas no viven con ella porque siempre están ocupados en el trabajo o con otras cosas, por eso ella sabe más cosas que yo de adultos; Karla me dijo también que, mis papás se van a divorciar, es algo como descasarse, o algo así. Y que me voy a quedar sola, o que debo de escoger con quién quedarme, pero como soy chiquita ellos van a escoger por mí; al parecer mamá ya escogió, por eso me quedo con ella.

Estaba guardando mis cosas en mi mochila cuando mamá entró a mi habitación:

-Kim, hija, llegó papá. Está esperándote afuera, ¿tienes todo listo?

- Si. Ya casi –le respondí, metiendo dentro a Doris, mi peluche favorito desde que tengo memoria, va conmigo a todos lados.

- Voy a extrañarte, ¿sabes? –dijo de repente mamá. Ella se acercó a mí y me acarició mi cabeza, sonaba como triste; no era tan malo, no iba a irme toda la vida, solo era una noche- Prométeme que vas a portarte bien.

-Lo prometo mamá.

-Te amo, Kimberly.

-También te amo, mamá –la abracé y besé su mejilla.

También me preocupa mamá; Me despedí de ella y estaba triste, lleva estándolo así varios días. Excepto cuando ve a Sebastian, cuando viene a visitarnos ella sonríe, no mucho, pero si lo hace.

Sebastian viene mucho a visitarnos, y puede que me agrade desde que me compra mis chocolates favoritos y la desde aquella vez que me regalo una nueva muñeca que hace popo y pipi ella solita.

He escuchado a mamá dos veces hablar por el celular, una vez cuando ella colgó estaba a punto de llorar; Aquella vez me dijo que solo era una basurita en su ojo, pero estoy segura que debió ser una basura muy grande porque luego ella se encerró en el baño por varias horas.

Mi papá ya me esperaba afuera, recargado en su automóvil, quería preguntarle a mamá si junto su boca con la de papá asquerosamente ahora que lo vio, ellos le llamaban Besarse, como lo hacía antes cada que ellos se veían, quería decirle a papá lo mucho que extraño que me despierte con cosquillas por las mañanas, quería que me llevara a jugar futbol con él por las tardes... quería que volviéramos a ser la familia que éramos antes.

Me despedí de mamá con un último beso en su mejilla; Corrí y subí a su auto, papá me abrazó y me besó la frente.

-Te he echado mucho de menos mi princesa –dijo papá.

-También te he extrañado, papá –le respondí, sonriendo.

Papá encendió su auto y nos alejamos de casa; papá ni siquiera le dijo Adiós a mamá y sentí un poco de tristeza por ella.

Por el camino papá y yo hablamos de mis días en mi escuela, le conté de mis últimas dos estrellitas que obtuve en clase de lectura. Le conté de lo emocionada que estaba por mis clases de Ballet y sobre que se acercaba el festival donde me presentaría, el cual prometió que estaría ahí. Me hizo prometerle también que le mostraría mis pasos de ballet, le dije que esta noche lo haría.

Tú versión.

Hace una semana había recibido el mensaje de un loco acosador pidiéndome una cantidad elevada de dinero y si no lo conseguía debería de atenerme a las consecuencias, pero extrañamente de repente deje de recibir sus amenazas, no ha vuelto a llamar o decirme que me queda poco tiempo; era tan confuso porque me aterraba la idea que podría actuar en silencio y solo lastimar a mi hija o simplemente dejo de molestarme o se cansó de esperar...

Despertaba cada mañana con el miedo de recibir su llamada porque no podía conseguir el dinero, y mucho menos iba a arriesgar a Kim.

Hoy Mario se llevó a Kim para pasar el resto del día con ella y se quedará a dormir con él. Al principio no estuve muy contenta, pero sabía que Mario irremediablemente sigue siendo el padre de mi hija y tenía el derecho de estar con ella también. Mario y yo apenas y hablamos, sigo molesta, y solo fue para ponernos de acuerdo acerca de llevarse a Kim esta noche, de lo que podía o no podía comer, de su hora de dormir, entre otras cosas; le rogué que no le quitara ni un ojo de encima. Y esperaba que Kim estuviera de regreso mañana por la mañana.

Por la tarde noche me reuní con Anto en su casa, ella insistió que yo era la indicada para ayudarle a elegir su peinado y maquillaje para el gran día de su boda. Anto era hermosa, estaba segura que cualquier cosa la haría verse como una reina. Me pregunté por un momento cómo se lo estaba pasando mi hija con su papá, ¿ellos dos me estarían echando de menos tanto como yo a ellos? Aún sigo un poco triste por enterarme que Mario ha estado viendo a otra mujer. Cuando estoy sola pienso irremediablemente en Mario. Todo el tiempo, a cada hora, cada segundo.

Cuando tome la decisión de dejar a Mario pensé que solo sería por un momento, mientras las cosas se calmaban, pero todo esto se ha salido de mis manos; cuando imagino que Mario comparte su tiempo con alguien más, algo en mí comienza a arder dentro de mi pecho y siento mucha furia al imaginármelos juntos. Sé que prácticamente eso es lo que yo estoy haciendo con Sebastian, pero yo en cambio aún sigo amándolo sólo a él, aunque le haya dicho todo lo contrario aquella noche.

-Estoy indecisa, ¿dejo mi cabello recogido o suelto? –preguntó y de repente me di cuenta que Anto había estado hablando mientras yo tenía mi mente ocupaba en otro lugar.

-No lo sé, ¿qué prefieres, dejarlo suelto y que posiblemente se ensucie con pastel, o recojerlo y lucir como abuelita? –le dije, ella sonrió.

-No ayudas en mucho, ¿sabes? Pero creo que prefiero lucir como abuelita antes de tener merengue o vino en mi cabello. Definitivamente – ella arrugó su nariz.

Ambas reímos, extrañaba pasar tiempo a solas, sólo nosotras dos. Ella se encuentra tan feliz y yo estoy feliz por ella, por un momento olvidé que toda mi vida se convirtió en un desastre y abrasé a mi mejor amiga.

La puerta se abrió sorprendiéndonos. Mauricio miró a Anto y luego a mí. Su cara lo dice todo; algo está mal y comencé a sentir pánico.

-Jesus, _______ estás aquí –me dijo, recuperando el aliento. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿por qué le importaba que yo estuviera aquí?- No sé cómo decirte esto, pero deberías de acompañarnos al hospital.

Anto soltó un chillido y yo aún seguía sin decir nada, mirándolo expectante. Estaba en blanco, casi esperando que me dijera que solo me decía esto para molestar.

- No quiero alarmarte, pero Kimberly ha sufrido un accidente.

Y es todo. Solté un grito ahogado y desesperante, asustando a ambos; me puse de pie y casi caigo al suelo por el impulso.

-¡No, no, no! –le grité, sintiendo mis lágrimas desbordándose- ¡¡Kimberly, mi hija, no!! Dios mío, Mauricio, ¿qué ha sucedido? –casi me atraganté con mis palabras, no quisiera escuchar, pero necesito saber sobre mi hija. Mario prometió que la cuidaría, él prometió que estaría bien.

Anto trató de calmarme y me tomó del brazo, casi le solté un golpe pero me tranquilicé. De un momento a otro pensé en el loco acosador. Oh Dios, espero este equivocada.

- Es mejor ir al hospital, Mario está con ella.

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Hola no olviden votar y comentar para que la siga. Hasta el proximo capitulo:*

También quería comentarles que 'Peligrosa Obsesión' se encuentra en mi perfil, si aun no la lees puedes pasarte por ahí y ayudarme con los votos al igual que si ya la leías me ayudes igual,para poder llegar al punto en donde nos quedamos seria una GRAN ayuda para que me dejen seguir subiendo capitulos y les recompensare con maratón . Gracias ;)

"Beautiful Lies." - Mario Bautista & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora