𝐈𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨

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A lo lejos se mira a una familia sacar cajas de su auto color azul marino, la familia Lee acaba de llegar al pueblo Fall River no es un pueblo bastante grande, pero tampoco es pequeño y eso era lo que la familia Lee buscaba

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A lo lejos se mira a una familia sacar cajas de su auto color azul marino, la familia Lee acaba de llegar al pueblo Fall River no es un pueblo bastante grande, pero tampoco es pequeño y eso era lo que la familia Lee buscaba.

—Cuida con esa caja Daniela —hablo Jack, mirando a su hija menor que lleva consigo una caja la cual lleva escrito con letras mayúsculas la palabra: ¡Frágil!

—Está muy pesada Papá, ¿podrías ayudarme? —hizo un leve puchero con sus labios provocando la risa de su padre.

Daniela tiene quince años, sin embargo, Jack sigue viéndola como su pequeña princesa y desde muy pequeña no supo decirle que no.

—Claro princesa.

Se acercó a su hija y tomo la caja con cuidado, Daniela estrió un poco sus brazos al ver como su padre la ayudaba. Por otro lado, Daria toma con fuerza las tres cajas que apilo para poder llevarlas a dentro de su nuevo hogar, camino un poco y con sumo cuidado subió el primer escalón que conduce a la entrada de la casa.

—Apúrate Daria —ordeno su hermana menor, Daria de reojo miro como su hermana yacía sentada en el pasto de la casa—. Esas cajas no saldrán solas del auto —comento de una forma muy poco amigable.

—Si tu ayudaras sería más rápido Daniela, pero no lo haces así que mejor guarda silencio.

La relación de las hermanas Lee no es muy buena desde pequeñas tuvieron algunos roces, Daniela era la que más roses provocaba, pero la actitud pasiva y tranquila de Daria hacia que los roses no pasaran a mayores.

—¿Necesitas algo cariño? —inquirió Jack, Daria pensó que esa pregunta era para ella, pero cuando miro a su padre pasar a un lado de ella para ir junto a su hermana menor supo que no le había preguntado a ella.

Daria soltó una bocana de aire, esas actitudes por parte de su padre eran comunes para ella desde muy pequeña siempre miro como Daniela era la preferida y la privilegiada de su padre, no importaba cuanto tratara de mejorar Daniela siempre seria la hija que su padre elegiría.

Subió dos escalones más con cuidado y al terminar de subirlos camino hacia la puerta que Jack dejo abierta, al menos eso pudo hacer por ella. Daria paso a la casa, camino hacia la sala que para su fortuna esta amueblada ya que no era así tendría que ser ella y su padre los que bajaran los muebles ya que centrara alguien para que lo haga no es muy típico de Jack.

Dejo las cajas en una esquina donde se encuentran las demás, estiro un poco sus cuerpo ya que sentía un dolor en la espalda mientras hacía eso su mirada recorrió la sala de estar; el color blanco reinaba en esta parte de la casa, el sofá de tres plazas que está a la izquierda de ella y otro sofá, pero esta solo de una plaza de color negro, frente al sofá de tres plazas se encuentra un cajón blanco grande con estantes en el arriba de este se encuentra la televisión plasma de color negra a pocos metros de Daria están dos estantes de color blancos con pequeñas aberturas y separaciones entre ellos para colocar fotografías, libros, figuras oct. y por ultimo una pequeña mesa redonda de centro que está en medio del sofá de tres plazas y el cajón blanco.

—Daria no te quedes hay nada más viendo puedes ayudarme un poco hija —la voz de su padre hizo que volviera a su realidad. Bufo por lo bajo al ver como su hermana iba contenta y feliz a su habitación que está en la segunda planta como si nada y ella tenía que estar ayudando a su padre, no le molestaba eso del todo, sino que la mayoría de cajas que están en la casa las saco ella sola y una que otra gracias a su padre.

—Claro Papá —dijo con poco animo en su voz.

Padre e hija se encaminaron hacia afuera, al salir los dos observaron como una lluvia se aproximaba, Daria miro a su padre su rostro intranquilo y un tanto preocupado por la lluvia hizo entender a la chica que debían darse prisa si no querían que la lluvia los mojara, en eso una voz masculina se hizo presente.

—Buenas tardes, ¿necesitan ayuda?

Jack y Daria giran su rostro para mirar al dueño de la voz, un hombre un poco despeinado de cabello rubio, ojos azules, una estatura alta, con un poco de sudor en su frente y en su pecho que mojan levemente su camisa color roja, el ejercicio en él se notaba en su espalda ancha, en sus brazos y en sus muslos que eran cubiertos con una pantalonera deportaba color gris.

—Claro, muchas gracias —hablo Jack caminando hacia el hombre que está a unos metros de ellos, cuando estuvo cerca del empezó hablar nuevamente—Mi nombre es Jack Lee —extendió su mano hacia aquel hombre de cabello rubio que lleva consigo una amigable sonrisa en sus labios.

—Steve Rogers —estrecho su mano con la del hombre de cabello castaño, estatura más un poco más alta que la de él, delgado, sus ojos son de un marrón oscuro y su vestimenta era algo formal si tuviera que adivinar diría que trabaja de abogado.

La mirada de Steve se posó en una chica de una coleta mal hecha; su color de cabello es oscuro, sus ojos son de color miel, su figura anqué es tapada con una sudadera lila era muy linda y por ultimo lleva consigo un pijama de color blanca con flores de estampado.

—Buenas tardes señor Rogers —saludo con amabilidad, Steve sonrió y anqué ella no pudiera notarlo aquella sonrisa llevaba un poco de coquetería consigo—, mi nombre es Daria Lee —se presentó, extendió su mano hacia Steve y este la estrecho con gusto.

Y como en las novelas que suele leer Daria, su mirada se conectó con la del señor Rogers, su piel suave y terca tomo sus manos, su corazón por una razón quería aumentar su ritmo, pero no lo hizo del todo aun así ella podía sentir como sus latidos aumentaban un poco mientras miraba lo que parecía ser una sonrisa dulce por parte de Steve.

Daria retiro su mano de la de él y fue colocada a su costado, Steve seguía observando a Daria como si de una precisa se tratara, pero nadie lo notaba y como lo harían si su sonrisa era dulce y su mirada era amigable.

—Disculpe ¿usted es profesor? —pregunto Jack, el había escuchado ese apellido en algún lado.

—Sí, pero no creo que su generación me haya tocado —ambos hombres ríen jovialmente, mientras que Daria sentía un poco nerviosa por la risa muy agradable que Steve tenia—. Mi padre impartió clases tal vez él fue su profesor — se encogió de hombros volviendo a ver a Daria.

—Tal vez y sí, porque su apellido se me hace conocido —comento Jack con amabilidad.

—¿Y su hija estará en la preparatoria Phillips Academia? Ahí es donde imparto mis clases —explico con jovialidad, pero con un poco de segunda intención.

Daria miro a su padre el cual lo pensó y después asintió con la cabeza.

—De hecho, antes de llegar aquí inscribí a Daria ya que no quería que perdiera su último año —dijo Jack, mirando como Steve confirma con sutileza con su cabeza.

—Entonces tal vez sea su profesor, yo imparto en los últimos años, espero y seamos muy buenos amigos Daria —comento Steve con una sonrisa arrogante, Daria le dio una dulce sonrisa a Steve y asintió con la cabeza. Sin embargo, lo aquella joven desconocía es que desde ese día su vida cambiaría gracias al hombre frente a ella.

***

Hola espero y les guste está nueva historia que les traigo. Disfruten el primer capítulo, nos leemos pronto ✨

I love 300🦋

Más que un profesor // Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora