Más que un profesor // Steve Rogers

𝐒𝐢𝐧𝐜𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 (+16)

(Contenido para adultos, solo poco)

Steve palmeó el taburete a su lado, Daria se sentó mirando los ojos de Steve. Está intranquila, eso comezón que ella también lo esté. No debe preocuparse, él está bien (más o menos).

—Recuerdas que mi primer amor se llama Peggy Carter —Daria asiente con su cabeza—, bueno ahora me dieron una noticia, no sé si sea verdad, pero no creo que sea apropiado mentirte sobre eso —se encogió de hombros. No quería que Daria se asustara o se fuera cuando le diera la noticia, no es su intención, pero tampoco quería mentir—. Hace veinte y cinco años nos separamos por diferencias, pero ahora su sobrina me dijo que tiene una niña de doce y bueno…

Steve no pudo terminar la frase, pero no era necesario. Daria sabía lo que significaba eso.

—¿Podrías ser el padre? —Él asintió en silencio—¿Qué quieres hacer? —Tomó su mano con la suya, le dio una suave caricia y le dió una suave sonrisa.

—No lo sé —responde con una pequeña voz—, solo quiero estar a tú lado en estos momentos —miro los ojos miel de su novia, ella soltó un suspiro. La mano de Daria fue al cabello de Steve. Es comprensible que no sepa qué hacer en estos momentos, sin embargo ella no puede opinar, Steve es su pareja, pero este es problema de Steve no de ella, aunque no le importa porque siempre que Steve necesite algo ella lo ayudará.

—Si quieres mi consejo, es mejor que la vayas conociendo poco a poco, claro con el permiso de su madre, cuando sepan los resultados de una prueba de ADN la cual deben de hacer —su mano sigue acariciando la de Steve, él deja caer con lentitud su rostro. En serio ella lo apoya—. Cuando salga que en realidad eres su padre bueno con calma le explicarás tú y su madre, si sale que no eres su padre bueno eso no lo sé, pero algo se te ocurrirá —le dio una sonrisa que mostró un poco sus dientes.

Steve se quedó callado unos segundos, quitó un poco del cabello oscuro de su chica para mirar mejor sus ojos miel los cuales podía ver su reflejo, pero era diferente al de otras personas en aquellos ojos miel podía ver qué no importa la mierda que hizo en el pasado, ella lo iba amar y aceptar aún con el se pasado.

—Te he dicho que tengo mucha suerte de tenerte a mi lado —dijo con una voz cariñosa.

Daria soltó una risa nerviosa, asintió en silencio para recargar su cabeza en la isla de la cocina como Steve, así pudo observar más los ojos azules que le gustan ver.

—¿Puedes quedarte a dormir conmigo?

Al no recibir respuesta del tema anterior ella se quedó un poco inquieta, pero confía en que Steve lo resuelva y que le diga si necesita su ayuda.

—Vamos a la cama cariño —murmuró con una voz tierna.

Después de eso Daria y Steve se acostaron, él se acurrucó con ella buscando un poco de esa calidez que siempre siente cuando está junto a su chica, ella por su parte envuelve sus brazos en el gran cuerpo de Steve cerrando sus ojos para al final dormirse al lado de su novio.