Más que un profesor // Steve Rogers

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨

Al día siguiente Daria, Nastaha, Wanda y Peter se fueron a la escuela juntos (claro antes se arreglaron en sus respectivas casas) Natasha y Daria platican sobre la película de terror que miraron a noche, Peter y Wanda hablan sobre temas amoroso que para Daria, ni para Natasha era buenos en estos momentos.

—Si el policía no hubiera confundido la raza del asesino él estaría preso —opino Daria, dejando sus cosas en el casillero que le corresponde.

—Aun así era muy listo para la policía —explicó Natasha—, aunque tuvo un error que fue ese.

Daria cerró su casillero mirando de reojo a Peter y a Wanda juntos.

—Okey no viene al tema y se que es raro, pero yo sí pienso que terminarán juntos —dijo mirando a Peter abrazar a Wanda.

Natasha los miró detenidamente y se quedó pensativa algunos minutos.

—Yo también y es muy raro porque estuvimos desde primero de primaria juntos —comentó mirando reír a Wanda—. Dime qué no terminarán juntos, seríamos muy mal tercio si pasa.

—Es muy raro, Wanda y Peter —en su rostros se formó una mueca de confusión.

—Demasiado.

Daria se giró y cuando dio un paso para ir a las escaleras tropezó con un hombre de estatura grande. Ella cayó al suelo junto a los papeles de él hombre.

—Disculpe señorita no mire por dónde iba —habló una voz masculina, Daria asintio, abrió sus ojos y observo a un hombre de cabellera negra, con anteojos, con una gran barba y con una chaqueta de piel.

—Tampoco me fijé así que no se disculpe fue error de ambos —comentó con una sonrisa, se acuclilló y le ayudó al hombre a recoger sus papeles.

Natasha también les ayudó, mirando que Daria tenía un poco de sangre en su rodilla, pero no fue la única que lo notó.

—¡Uff! Veo que su rodilla no está bien, déjeme ayudarla.

El hombre ayudó a ponerse de pie a Daria olvidándose de sus papeles, pasó la manos de Daria por sus hombros y la levantó con delicadeza.

—No era necesario, yo puedo caminar —sonrió con amabilidad.

—Lo sé, solo quería ayudarla, fue mi culpa que tenga ese gran raspón.

Daria negó al ver la terquedad del hombre, le dio un visitado a Natasha la cual asintió con la cabeza dándole su permiso de irse con él.

El hombre pasó su mano también por su cadera sin dobles intenciones, ayudándola a caminar mejor.

—¿Cómo se llama? No lo había mirado por aquí —hablo Daria empezando a caminar hacia la enfermería.

—Jeffry, puede llamarme Jeffry —sonrió—, soy el nuevo profesor de literatura de terceros.