Si voy a dormir con un extraño, aunque sea quiero que sea lindo...
Hinata rió ante su pensamiento, nunca creyó decir tal cosa pero sentía que la ira se había apoderado de ella. Su padre de igual forma pase lo que pase la iba a casar quiera ella o no, así que si estaba en sus manos que esa boda lo deje en ridículo, lo iba a hacer aunque eso significará sacrificar lo que había estado guardando durante tanto tiempo para la persona indicada.
- De igual forma, esa persona indicada no apareció, ni aparecerá.
Hinata siguió su camino hasta que logró llegar a un bar, tomó aire y entró a aquel lugar. Pero todo el valor que había reunido, se le fue apenas sintió algunas miradas encima. Con torpeza dejó su saco en un lugar de la entrada y aunque sintió vergüenza por el vestido cuando miro alrededor, sintió su cuerpo tensarse cuando todas las miradas ya estaban en ella.
Tengo que hacerlo.
Con torpeza, caminó intentando llegar a la barra y cuando lo hizo miró al barman tan fijamente sin poder decir lo que quería, pero para su buena o mala suerte alguien habló por ella. Hinata giró su mirada y aunque el bar estaba poco iluminado, sólo se quedó hipnotizada por esos ojos tan negros al contraste de los suyos.
Él la miro dudoso mientras el barman le ofrecía la cerveza, y reuniendo valor de nuevo, la tomó en sus manos y sonrió.
- G-Gracias...
Poco después la escena había cambiado completamente. Hinata después de dos tragos ya estaba algo mareada, nunca había tolerado el alcohol y en ese momento se encontraba en medio de la pista de baile sonriendo mientras movía su cuerpo al compás de la música.
Sasuke por su lado sonreía al verla, era tierna pero sexy al mismo tiempo. Al principio creyó que su inocencia era fingida pero con el pasar de los minutos se dió cuenta que no era así, era muy extraño. Aún así sabía que la peliazul no solo había llamado su atención, si no también la de los otros lobos, pudo notarlo cuando muchos de los hombres del lugar no dejaban de mirarla, sin evitarlo les lanzó una mirada de advertencia.
Es mía.
El barman también notó la mirada y como los demás habían devuelto la mirada a sus vasos, luego observó a la peliazul. Dedujo que ambos eran cercanos ya que Hinata desde que había llegado no se había alejado del pelinegro, así que algo preocupado llamó la atención de Sasuke.
- Oye, chico. Creo que será mejor que lleves a tu amiga a su casa. Estos idiotas no dudarán en aprovecharse de ella. Creen que es como las demás.
- ¿Cómo las demás?
- Si, espera...¿acaso no sabes que clase de bar es este? -. El barman enarcó una ceja incrédulo ante la mirada confundida que le daba el pelinegro.
- ¿No?
Pero antes de que el barman pudiera contestarle, se escuchó los gritos de los demás. Sasuke volvió su vista al bullicio y observó como Hinata reía mientras intentaba subirse a una mesa. El barman miró la escena divertido y como Sasuke rápidamente iba a detenerla.
- Por Dios, pareces una niña.
Hinata no dejaba de reír diciendo incoherencias mientras Sasuke tuvo que apresarla con sus brazos para que no cometiera otra locura, para su suerte había logrado detenerla cuando estaba por bailar encima de la mesa.
- Tks, yo lo único que quería era una noche de sexo y creo que voy a terminar de niñero. Maldición.
Sasuke suspiró mirando a todos lados, sintiendo aún las miradas de los demás encima, sabía que no podía dejarla sola en ese lugar pero tampoco la quería llevar con él.
El barman sintiendo un poco de lástima, lo llamó y le entregó una llave.
- No eres parte de esto, pero siento un poco de pena por tí, así que toma. Esta es la llave del hotel que se les da a los trabajadores de aquí.
- ¿Trabajadores de aquí?
- Si, pero esta noche me han caído bien así que les daré una habitación con un descuento.
Sasuke miró con desconfianza al barman mientras que el otro sonreía al ver a Hinata jugar con el cabello del pelinegro. Al final no tuvo mas opción que aceptar.
Minutos después, Sasuke salió de ahí con mala cara mientras cargaba a Hinata.
- Descuento un cuerno, ni siquiera el mejor hotel cobra así. Y todo por tu culpa...
Sasuke sonrío irónicamente mientras le colocaba su saco a la peliazul que ya se había quedado dormida.
- Noche de sexo, si, claro.
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Despertar contigo
FanfictionHinata fue obligada a casarse con un hombre desconocido y mayor que ella. Decidida a dejar en ridículo a su padre con la regla familiar de la tan preciada "pureza", se entregó a un desconocido que creyó no volver a ver nunca más. Pero lo que no sabe...