A la mañana siguiente, Hinata fue la primera en despertar. Lo primero que hizo fue tocarse la cabeza intentando calmar el dolor pero los recuerdos de la noche anterior le regresarón abruptamente y más al ver su cuerpo desnudo. Pero eso no fue todo, casi sale gritando al ver a un pelinegro a su lado cubierto apenas con una sábana.
Yo...de verdad lo hice...lo hice.
Hinata no podía ni mirar al hombre a su lado, se sentía demasiado avergonzada. Como pudo se puso de pie y cubrió su cuerpo con una sábana. En silencio se acercó al espejo y miró su reflejo, no podía creer que lo había hecho, se veía igual que todos los días excepto por las marcas rojizas en el cuello.
Hinata...pero, ¿qué hiciste?
Aunque sus lamentos fueron cortados por un ruido en la cama. Hinata se puso rígida, lo que ella menos quería era que ese hombre la viera al despertar, por suerte para ella, él seguía dormido, así que con prisa buscó su ropa y comenzó a cambiarse.
Cuando ya estuvo lista, miró con atención al pelinegro que se encontraba aún dormido en la cama.
Anoche no pude verlo bien, pero ahora me doy cuenta que es lindo...
Hinata se sonrojó ante sus pensamientos así que intento salir de ahí pero cuando estaba por abrir la puerta, se detuvo al oír voces fuera.
- Debo decir que este chico si fue un diez de diez.
- ¿Tan bueno fue?
- Si que lo fue, me alegra haber llegado temprano y poder haber comprado una noche con Suigetsu.
- Ahh, que mala suerte. Yo también quería estar con él, pero bueno no me quejo el mío también fue bueno.
- Le pasaré el dato a Karin a ver si así deja de estar sufriendo por su jefe.
- Me parece tonto que sufra por un hombre cuando aquí puede elegir al que quiera.
- Jajaja exacto. Este lugar es el paraíso, si te gusta un chico, sólo pagas por una noche con él y ya está.
- Jajaja muy bien dicho.
Poco después las voces se escucharón cada vez más lejanas pero Hinata se encontraba aún recostada en la puerta.
¿A qué lugar he venido a parar?
Cuando las había escuchado quiso gritar pero se contuvo para no despertar al pelinegro, aún así se había llevado una gran impresión. No recordaba muchas cosas pero al final todo había salido bien para ella.
- Sin querer llegué al lugar indicado.
Luego de reaccionar, volvió a mirar al pelinegro que estaba en la cama y se acercó a él.
- No pensé que un chico como tú trabajaría de esto, pero supongo que debes necesitar el dinero. Lo siento...
Miró nuevamente su billetera y sacó 3 billetes. Lo dejó en la cama con una nota encima y luego salió de ahí con el corazón latiéndole muy rápido.
Poco después el pelinegro se despertó con buen ánimo, había dormido bien como hace mucho no lo había hecho. Sin pesadillas y sin voces que lo molestarán, aunque estaba sorprendido también estaba dispuesto a agradecerle a la peliazul. Pero cuando miró al otro lado de la cama, ella ya no estaba.
- ...
Iba a llamarla por su nombre pero se dio cuenta que ni siquiera sabía cuál era. Con pesadez se colocó la sábana en su cintura y fue a buscarla al baño. Al ver que no había nadie ahí, regresó a la cama y está vez se fijó en un detalle que antes no había notado.
- ¿Qué es esto?
Lo único que encontró fue 3 billetes y una pequeña nota que decía <<GRACIAS POR TU ARDUO TRABAJO. ÁNIMO.>>
- ¿Arduo trabajo? Pero, ¿de qué habla?
En ese momento comenzaron a tocar la puerta pero Sasuke no respondió, aún así alguien habló:
- Aquí te dejo el desayuno, campeón. Si que le diste una buena noche de sexo a tu cliente, eh. La vi en la salida con el cuello lleno de marcas. Ah, que envidia siento. Yo también quiero ese trabajo.
Sasuke quiso preguntarle de que hablaba pero cuando salió ya no había nadie. Entró nuevamente a la habitación y volvió a mirar la tarjeta y los billetes, hasta que entendió. Luego comenzó a reír por un rato hasta que su risa se apagó y sintió un gran enojo.
- Pequeña mocosa...tú...me la vas a pagar.
HORAS DESPUÉS.
- Jajajaja te tomaron como prostituto, teme.
- No sé por qué te lo conté.
- Es que es muy gracioso. Dejame se lo cuento a Shikamaru.
- Una palabra más y te mato.
- ...no dije nada.
Sasuke había salido furioso del hotel, le había preguntado a recepción por ella pero no pudieron darle ninguna información, eso lo enojó aún más. Ni siquiera sabía su nombre.
Para colmo al llegar a su oficina, se encontró con Naruto que estaba sirviéndose una taza de café de lo más tranquilo, al ver el semblante serio de Sasuke lo molestó para que le dijera lo que le pasó. Y al terminar de contarle, este estalló en carcajadas.
- Y encima te dejo 3 billetes, jajaja, si que vales mucho.
- Naruto.
- Oh, vamos. Es que es muy gracioso. Ella es mi ídola, me declaro su fan oficialmente.
- Naruto, deja de burlarte o te vas.
Después de un momento de reflexión, Naruto lo miró y se puso serio con los brazos cruzados.
- Pero, ¿que harás ahora?
- Vengarme.
- Entonces, ¿sabes quién es?
- ...
- ¿Su nombre?
- ...
- ¿Apellido?
- ...
- ¿Edad?
- ...
- ¿Dirección?
- ...
- ¿Celular?
- ...
Naruto al ver su cara de frustración, no pudo aguantar más y comenzó a reír nuevamente. La mirada que le lanzó Sasuke segundos después fueron suficientes para que tomará su café y saliera de ahí riendo.
- Te hicieron lo mismo, teme.
- Cállate, dobe.
Tras escucharse la puerta cerrarse, Sasuke miró la nota en su mano y la apretó fuerte pero luego deshizó el agarre para mirarla nuevamente.
- Te voy a encontrar, pequeña. Te voy a encontrar y vas a pagar...vas a pagar haberme confundido con un...
- ¡PROSTITUTO! -. se escuchó el grito de Naruto fuera de la oficina y luego un estallido de risas.
- ¡DOBE, TE VOY A MATAR!
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Despertar contigo
Fiksi PenggemarHinata fue obligada a casarse con un hombre desconocido y mayor que ella. Decidida a dejar en ridículo a su padre con la regla familiar de la tan preciada "pureza", se entregó a un desconocido que creyó no volver a ver nunca más. Pero lo que no sabe...