Al día siguiente en la casa Hyuga todos se encontraban reunidos en la sala esperando al líder de la familia. Hanabi estaba entretenida en su teléfono, mientras que Hinata y Neji conversaban.
- ¿Sabes para que es esta cena, Neji-niisan?
- No, padre no quiso decir nada. Sólo dijo que era una cena importante.
Hinata miró el reloj, parecía que hubieran estado ahí desde hace siglos Se sentía nerviosa, nunca le había gustado asistir a esos eventos y su padre lo sabía.
- Sé que no quieres ir, Hinata.
- Pero debo hacerlo. No te preocupes, Neji-nissan, todo irá bien.
En ese momento, Hinata sintió los brazos de Hanabi rodearla mientras la escuchaba suspirar.
- A mí me aburren mucho estás cenas. Nunca encuentro personas interesantes.
- Pero padre nos necesita, Hanabi.
- Si tú lo dices...aún asi-
Hanabi no pudo terminar de hablar ya que el patriarca Hyuga apareció en la habitación. Miró a Hanabi que ahora se encontraba recostada en la pared y le lanzó una severa mirada.
- Más vale que te comportas, Hanabi.
- Si, padre. Ya lo sé.
Hiashi miró a los otros dos pero no dijo nada, fue Neji el que habló primero.
- Hiashi-san.
- Dime, Neji.
- ¿Nos dirá el motivo de la cena?
- No, ya se enterarán ahí. Sólo diré que es un viejo amigo con el que me reuní hace poco y hemos decidido algo que les diremos hoy.
Hinata analizó sus palabras y se quedó aterrada ante la idea que se le vino a la cabeza. Miró a Hanabi y ella también estaba igual. La castaña se acercó a su padre mientras se tocaba la cabeza.
- Padre, ¿y si te digo que me duele mucho la cabeza?
- ¿Te duele la cabeza?
- Si, creo que será mejor que no vaya y que mi hermana se quede a cuidarme. Me siento muy mal.
- Que raro, hasta hace unos minutos te vi perfectamente bien quejandote de la cena.
- Pero-
- Neji.
- ¿Si?
- Ve a traerle una pastilla para la cabeza a Hanabi.
- Pero papá-
- Nada de peros, a esta cena nadie puede faltar. Vamos.
- Ah, maldición.
- ¡Hanabi, tus modales!
EN LA RESIDENCIA UCHIHA
Apenas entraron a la mansión Uchiha, los Hyuga fueron recibidos por el gran Madara Uchiha. Los tres jóvenes mirarón al mayor en silencio mientras que Hiashi se acercaba a él.
- Hiashi, amigo. Bienvenido a mi casa.
- Buenas noches, Madara. Gracias por invitarnos, la próxima vez será en mi casa.
-Sin duda alguna.
Después de un gran abrazo entre los mayores, Madara miró a los demás con un sonrisa que a Hinata le hizo bajar la mirada. El Uchiha fue el que volvió a hablar sin dejar de sonreír.
- Pero mira que grandes están.
- Si, lo estan. Te los presento: él es Neji, es como mi hijo.
- Mucho gusto, Madara-san.
- Que joven más educado.
- Y ellas son mis hijas: Hinata y Hanabi.
- Mucho gusto, Madara-san.
- Un gusto, su padre me ha hablado mucho de ustedes y más de ti, Hinata. Me alegra conocerte.
Hinata intento sonreír y asintió incómoda. Miraba a su padre el cual seguía con una cara indescifrable. Hanabi le daba cortas miradas y tomaba su mano apretándola como si supiera que Hinata se iba a ir.
- Pero sientense. No demoran en llegar los integrantes de mi familia. Como saben ahora sólo tengo a mis dos ahijados.
- Lamento mucho escuchar eso.
- No pasa nada, no pasa nada. Nosotros somos fuertes y hemos logrado salir adelante.
- Si, eso veo. Es cierto aún no te felicito.
- Jajaja.
Los dos castaños y la peliazul miraban la escena con atención. Hinata sabía muy poco de esa familia, Neji estaba igual, se sabía que los Uchiha habían llegado a la ciudad después de un accidente que ocasionó la muerte de los esposos Uchiha, padres de dos niños y dueños de una gran cadena hotelera que luego pasó a manos de Madara. Pero sólo eso se sabía de ellos, su historia era un misterio a pesar del tiempo que llevaban en la ciudad y no había fotos de nadie más excepto del Uchiha mayor.
Neji dejo de mirarlo cuando escuchó pasos acercarse, Madara fue el que habló de nuevo.
- Mira, ya está aquí mi querido hijo.
- Madara-san.
- Oh, Itachi, ya te he dicho que dejes la formalidades. Ven te presentaré a mi amigo y sus hijos.
Hinata miró al hombre que se acercó, su rostro se le hacía conocido pero no recordaba de donde. Hiashi fue el primero en saludar y luego siguieron los otros tres. Pero el pelinegro no había llegado solo, llegó en compañía de un joven pelirosa que sonriendo se colocó al lado de Madara.
- Oh, querida, que bueno que llegaste. Mira, él es Hiashi y sus hijos.
- Mucho gusto, Hiashi-san.
Hinata miró esta vez a la joven pelirosa. Se veía de su edad pero aún así no dejaba de sonreír y desde que habia llegado no había dejado la mano del pelinegro mayor. Hanabi miró a Hinata y luego le hizo señas, señas que ella no entendió pero su padre fue el que poco depués despejó esa duda.
- No había tenido oportunidad de felicitarte por tu nuevo matrimonio. Felicidades.
- Gracias, Hiashi.
Al escuchar eso, Hinata sintió que le volvía el alma al cuerpo. Hanabi sonrío cómplice y apretó la mano de Hinata.
Ellos tambien iban a felicitarlo pero el Uchiha mayor miró a otra dirección mientras suspiraba. Hinata notó como la tensión crecía en la habitación.
- Acaba de llegar mi otro hijo. ¡Sasuke, ven aquí!
Hinata también miró en esa dirección y se quedó de piedra al ver de quien se trataba. Sasuke también no dudo de mirar en la dirección donde estaban todos y se detuvo al ver a Hinata.
- Tú.
- Tú...
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Despertar contigo
FanfictionHinata fue obligada a casarse con un hombre desconocido y mayor que ella. Decidida a dejar en ridículo a su padre con la regla familiar de la tan preciada "pureza", se entregó a un desconocido que creyó no volver a ver nunca más. Pero lo que no sabe...