Capítulo 5: "No te vayas"

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Aún frustrado, Sasuke terminó llevando a Hinata al hotel. Lo único que pensaba hacer era llevarla y dejarla en esa habitación, la cacería había acabado para él aunque aún estaba algo curioso sobre aquel trabajo en el que daban una habitación de hotel proveniente de un bar.

El bar era algo viejo, ¿y aún así pueden costear un hotel?

- Pero bueno, eso es problema de ellos. Ahora yo tengo otra cosa más importante que hacer, ¿cierto?

Sasuke rió irónico al darse cuenta que estaba hablandole a la mujer dormida que tenía en sus brazos. Con las mejillas sonrojadas, la respiración lenta y ese gesto inocente ella dormía placidamente sin saber lo que pasaba a su alrededor.

- Si le cuento esto a Naruto, seguro que se burlará toda la vida.

Después de mucho esfuerzo por fin logró llegar a la habitación, el hotel se veía decente por fuera pero fue más su sorpresa al ver la habitación.

El lugar se ve mejor de lo que pensaba.

La peliazul aún seguía dormida en sus brazos y ni sintió la fuerza con la que Sasuke la lanzó a la cama, sólo se acurrucó en ella con una sonrisa.

- Te estoy acribillando con la mirada y tú sigues dormida. Te ves muy cómoda.


Sasuke bufó y se puso de pie dispuesto a irse de ahí pero sintió un poco de culpa por haberla hecho tomar, confundido por tal sentimiento, negó repetidas veces.

- Joder, Sasuke. Fueron dos o tres vasos, ¿quién se emborracha con eso?

La volvió a mirar y rió golpeandose la cara. No entendía que le pasaba ese día.

- Bien, me quedaré contigo un rato. Sólo un rato porque si te mueres ahogada voy a sentirme culpable y no quiero cargar con más muertes.

Pronto la risa de Sasuke se convirtió en una sonrisa amarga, soltó un largo suspiro y se sentó al filo de la cama. No supo cuanto tiempo estuvo quejándose de ella hasta que sintió el sueño llegar a su cuerpo. Miró la hora y relajó su cuerpo.

Son más de las 3 de la mañana, tengo que irme. 


Se puso de pie, pero cuando dio un paso esta vez una mano aferrada a la suya lo detuvo.

- N-No te vayas...

Sasuke miró nuevamente a la mujer en la cama y no pudo evitar quedar embelesado con su belleza, lo había notado en el bar y lo notaba ahora. La luz que entraba por la ventana, hacía que la peliazul se viera de una forma única.

Ella...

Minutos después se golpeó mentalmente al tener esa clase de pensamientos en un momento así.

- Ah, maldición. Tengo que irme, te estoy dejando en un lugar seguro y-

- P-Por favor...no te vayas...y-yo...-. Pero al contrario de lo que él creyó, el agarre en su brazo solo se afianzó.

- ¿Tú?

Sin perder tiempo, Hinata se puso de pie de forma torpe pero hizo que Sasuke se sentará nuevamente. Con lentitud posicionó sus piernas alrededor de la cintura del pelinegro y se sentó en él mientras acercaba su boca a su cuello.

- ¿Qué estás haciendo? -. El cuerpo de Sasuke se tensó ante la cercanía pero tampoco hizo nada para alejarla.

- Y-Yo de verdad te necesito...-. Susurró Hinata arrastrando sus palabras.

- Estas muy borracha, eso es todo. -. Sasuke intentó moverse pero Hinata negó acercando más su cuerpo al suyo.

- N-No...yo...p-por favor...-. Apoyando Hinata una mano en su hombro, Sasuke no dudo en colocar una mano en la cintura de la peliazul ladeando un poco la cabeza.


- Mañana te vas a arrepentir de esto. -. Era el último intento de Sasuke de hacer que ella se arrepintiera pero esta no retrocedió.

- P-Por favor...-. Con ese débil susurro poco a poco el autocontrol de Sasuke se estaba yendo, y fue aún más cuando la peliazul comenzó a repartir besos por su cuello sintiendo cada vez más su aliento caliente en su oreja. -. P-Por favor...

- Ah, maldición. -. Sasuke sin demora la levantó rápidamente y la acostó en la cama.-. ¿Luego no me culparás?

Hinata aún sonriendo con las mejillas sonrojadas, negó lentamente mientras enredaba sus brazos en el cuello del pelinegro.

Lo intenté.

Sasuke la observó por un momento y relamió sus labios. Era una buena vista para él. Sin perder tiempo comenzó a sacarse la camisa, pronto los labios inexpertos de Hinata se mezclaron con los suyos y él no dudo en dejar marcas a su paso. 

Minutos después la ropa comenzó a estorbar y el pelinegro dejando el cuello de Hinata, levantó la vista esperando algún tipo de aprobación, ella por su parte solo sonrió y Sasuke correspondió satisfecho.

- Si esto es lo que quieres...gustoso te lo daré.

Despertar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora