Con el demonio adecuado, cualquier infierno es perfecto.
The Weeknd - Often
Aristeo.
—En un beso sabrás de qué forma te he deseado —mi voz está más ronca de lo normal, mi cuerpo palpita cuando estoy a centímetros de su boca. Esta vez la tengo para mí y no desaprovecharé la oportunidad.
Ahora soy yo quien tiene el poder sobre Victoria. Tenerla acorralada contra la pared es una de mis cosas favoritas. Si ella quiere jugar, entonces vamos a jugar, pero mis juegos no son para niños.
—Dijiste que la venganza es un plato que se sirve frío... pero este plato está más caliente que el mismo infierno —dije, sin dejar de observar esa escultura que tiene por cuerpo.
Victoria envenenó mis pensamientos desde que la vi, sin saber que sería mi hermanastra. Y cada vez me cuesta más y más sacarla de mi mente. Estoy jodido.
Los ojos grises de Victoria brillan con lujuria y deseo. Puedo verme reflejado en ellos y siento cómo se me corta la respiración, cómo mi cuerpo reacciona. Acariciar su cuerpo es lo que he deseado desde que llegamos aquí. Me evita y no entiendo por qué. Ese beso, ese maldito beso, alteró toda la química de mi cerebro.
Empiezo a besar su cuello, recorriendo cada espacio con mis labios. Mis manos bajan por su espalda y su piel se eriza al contacto, mientras bajo el cierre de su vestido. Ella parece disfrutarlo tanto como yo, pero la haré sufrir, como ella me hizo sufrir a mí con su maldito baile.
—Esto que estamos haciendo es un error, Aristeo —dijo, con la voz entrecortada.
—El error lo cometiste al amarrarme a esa silla y bailarme encima, cariño. Además, soy un buen error, comételo.
Ella comienza a desabotonar mi camisa, mientras lleva puesta una lencería que me fascina y me excita aún más. La cargo y ella cruza las piernas alrededor de mi cintura, sin dejar de besarme. La recuesto sobre la cama y empiezo a dejar besos por todo su cuerpo maravilloso. Vuelvo a sus labios, nuestras lenguas libran una guerra en su boca, pero ahora es mi turno de hacerla sufrir.
Bajo, dejando un camino de besos húmedos por todo su cuerpo, hasta detenerme en su parte íntima. Nuestras miradas se conectan y le dedico una sonrisa ladeada antes de quitarle la ropa interior. Introduzco mi lengua húmeda y caliente en su clítoris. Ver cómo se retuerce y arquea la espalda me enloquece. Chupo y lamo con más rapidez. Parece que le encanta lo que le estoy haciendo. Es la primera vez que practico un oral, y me fascina escucharla gemir.
Con una mano aprieto uno de sus pechos, lo que la hace gritar más de placer.
—Arist... ¡Ahhh! —gemía mi nombre, agarrando con fuerza las sábanas. Movía mi lengua con más rapidez hasta que llegó al clímax en mi boca, y lo saboreé como si fuera un dulce que causara un gran impacto en mi paladar.
—Mmm... Qué dulce eres, Victoria.
Me quito el pantalón junto con el bóxer, subo de nuevo y le beso el cuello otra vez. Sus caricias me excitan aún más. Siento la necesidad de tenerla y hacerla mía. Pero ahora que lo recuerdo, ella me hizo sufrir hace un rato con su maldito baile, así que empiezo a rozar mi miembro contra su parte íntima, provocándole gemidos.
—Oh... por favor, hazlo ya, Aristeo —me suplica, gimiendo mi nombre, lo cual me excita aún más.
—Mmm... Me gusta que me supliques. Aún no, espera —seguí rozando mi miembro—. Yo también puedo hacerte sufrir... Suplícame —le susurré al oído, lo cual pareció excitarla más.
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A C A R Í C I A M E [#1] ✔
RomanceUna simple caricia los unió para toda la vida, el corazón no se equivoca cuando eliges al amor de tu vida y en esta historia no será la excepción. Victoria y Aristeo tendrán que aclarar sus sentimientos y saber que es lo que en realidad quieren para...