|| C A P Í T U L O 7 ||

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Conviviendo con el enemigo

Labrinth - Forever

Victoria.

Adaptarme a un lugar desconocido pensé que sería algo difícil, digo, no por las comodidades que tiene la casa de los Mendoza, es muy lujosa, pero tiene esa aura familiar, que no importa cuanto lujo haiga lo que importa es el valor de la familia. Bueno, y hablando de la convivencia con Aristeo no es la mejor en cuanto a comunicación se dice, apenas y nos saludamos y apenas lo veo y es mejor asi, no tengo gans de hablarle a un tipo como el. No entiendo que se gana ese idiota en traer chicas cada semana, es agobiante ver una chica diferente salir de su habitación, me da rabia y no entiendo por que, ya va a ser un mes de que llegue aqui y he visto, sin mentir, unas quince chicas diferentes, es un verdadero idiota, ninguna repite.

Llevo días con un cargo de conciencia, por más que trato no sale de mi mente, esta ahi 24/7, es ilógico, llevo poco conociéndolo, y la verdad que no me apeteceria estar en su cama donde ya han estado miles y cientos de chicas que piensan que el las llamará, cosa que nunca pasa.

Parece que llevas la cuenta de todas las chicas con las que mi dios Aristeo ha estado y deseas ser una de ellas

No te entrometas en mis asuntos, y deja de decir tonterías.

El caso es que ahora ya no es cada semana, cada mañana una nueva chica diferente sale de el  motel que tiene por habitación, es irritante, su habitación esta junto a la mia y no es muy agradable escuchar gemidos de chicas que parecen locas, son tan escandalosas que hace que me de asco y me duela la cabeza, se que estoy en el territorio de Aristeo y que puede hacer lo que le plazca, pero que tampoco no se pase, no esta solo.

Toda la jodida noche no me dejo dormir el idiota de Aisteo y su guacamaya gritona, cada vez que trataba de dormir empezaban con sus maditos gritos, mi enojo esta en otro nivel, y eso que tengo mucha paciencia, pero este animal ya lo sobrepaso, quisiera golpearlo en la cara y deformarle el rostro, hacerle quitar esa estupida sonrisita de la cara.

Al despertar nuevamente escucho sus malditos gritos, salí de mi habitación enfurecida, pero el único porcentaje que me quedaba de autocontrol me detuvo, baje a la cocina , porque si paso un minuto mas sin desayunar voy a matar a la primera persona que se me atraviese y espero que esa persona sea Aristeo y su guacamaya gritona. Hice unos huevos revueltos con pedazos de tocino frito, uno de los placeres de la vida, ademas del sexo, es hacer el desayuno solo y con musica a todo volumen, Dancing Queen, el cover de Mamma Mia es lo mejor que haya podido crear el mundo del cine. Todo pintaba para ser una mañana perfecta.

—Buenos dias, cariño. — la voz ronca de Aristeo entró en mi plano energético y hace que todas mis vibras y energias se alboroten y no en la manera que ustedes piensan.

—Que tienen de buenos, cabron. —  dije con cierto enojo, más bien quisiera golpearlo en la cara con el sarten caliente. No es una mala idea.

—Amanecimos bravos señores. — soltó una risita estúpida.

Se acabo, eso eso todo lo que necesitaba para que volviera aparecer mi coraje de esta mañana, mientras que el se estaba carcajeando a lo idiota, sin darse cuenta agarré del mango el sarten que todavia estaba caliente , no entiendo como Aristeo se percató y cuando le iba a lanzar el sartenazo me detuvo la mano.

—¡Estas loca o que! vas a matarme con eso. — dijo asustado.

—Es exactamente lo que planeaba hacer, no me dejaste dormir en toda la puta noche, entiendo que sea tu casa y puedas hacer lo que quieras, pero recuerda que ya no estas solo.

Se los juro que estoy tratando, trato de buscarle algo que pueda caerme bien de el, pero es un completo imbécil, usa a la mujeres como si fueran desechables y no me importan sus razones. En el fondo de su oscuro y frío corazón ha de ser un buen chico, pero no lo muestra ante los demas, me he dado cuenta de eso, ha hecho varias fiestas a las cueles no bajo, pero me doy cuenta que es distinto, conmigo es chistoso y simpático, con los demas es frío y distante, me he tomado mucho tiempo en decifrarlo, es como si el me dejara leer su mente, cada moviento de sus facciones, sus repentinos cambios de humor, todo esa combinacion es Aristeo Mendoza. Se me da eso de leer a las personas, creo que sería buena psicóloga.

A C A R Í C I A M E [#1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora