대구 기념품 | 𝙳𝚊𝚎𝚐𝚞 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜

𝟷장

                            

Decepción

Un comienzo fuerte, ¿no lo creen?

La decepción es el pesar causado por un desengaño, un sentimiento de insatisfacción que surge cuando no se cumplen las expectativas sobre un deseo o una persona.

Eso era justamente lo que reflejaba el rostro de mis padres.

Aquel día de octubre debería de haber festejado terminar mi primer año de universidad, pero eso era justamente lo contrario a lo que realmente había pasado.
No supe cuando, donde, cómo ni el porqué, pero una mezcla de problemas y tormentos en mi mente y vida hicieron que de un momento a otro mi año había comenzado a desmoronarse, entré en una gran crisis al enfrentarme al cambio de vida adulta, unos dos meses atrás solo me veía como una patética niña que estaba desesperada por encontrar una solución de último momento.

La decepción, si perdura, es un desencadenante para la frustración...

Cuando la solución brillaba por su ausencia pasé a la etapa de la frustración, cada vez quedaba menos para final de año y ya tenía dos reportes informándome sobre mi estado académico, quería mejorarlo, enserio quería, nisiquiera pude notar cuando dejé todo esto de lado, pero por mas que intenté esforzarme no se puede salvar una carrera universitaria en menos de tres meses.

y finalmente, la depresión, una gran fuente de estrés psicológico.

Tal como temí, aquel día pude ver el rostro de mis padres desfigurarse cuando llamaron a todas las chicas de mi generación al escenario menos a mi, eso agregado al hecho de que esta cobarde no fue capaz de informarles aquello antes  y ahora ambos se encontraban vestidos de gala y arreglados como todos unos padres orgullosos. no, no lo eran.
Aquel día el camino de regreso a casa fue agotador y tenso, fue aún peor cuando papá paró de conducir y al observar el motivo, pude ver un bote de basura en donde arrojó el ramo de flores que había llevado para felicitarme.

Auch.

Cuando el auto finalmente se estacionó en frente de nuestra casa bajé sin ánimos esperando poder correr directamente a mi habitación y llorar ahí el fracaso que había resultado ser mi ya no existente carrera de administración, quise alejarme pero de pronto la cabellera rubia de una pequeña niña de 10 año se asomó por la puerta de entrada, corriendo inmediatamente en mi dirección

_ ¡Fellicidade herma-

_ Paula, porfavor entra a la casa - escuché la voz molesta de mi madre hablar fuerte y claro - ve a tu habitación y quédate ahí hasta que yo vaya por ti

Paula apenas mirándome asintió ante la orden de nuestra madre, observándome con sus ojos verdes tristes como si supiese que me pasaría algo malo, y luego se dió la vuelta corriendo en dirección a su habitación.

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_ ¿Qué fue lo que estuvo mal, Ami? - preguntó mi madre mirándome molesta y herida - mi esperanza era poder tener una hija profesional, poder decir con orgullo que habías estudiado en aquella universidad en la que con mucho esfuerzo hicimos que entraras, pero no, ¡tenías que arruinarlo todo! ¿Porqué? - preguntó una vez más con mirada suplicante, estábamos los tres sentados, ellos delante de mi compartiendo asiento.