𝟻장

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Como quizás recuerden (o tal vez no), le comenté a Eungyeon sobre mi gusto por la repostería. Hubo un tiempo en el que los diversos tutoriales sobre cómo hacer diversos tipos de pasteles y postres consumían la mayor parte de horas en mi día, y es que incluso llegué a pensar que esta podría ser mi carrera definitiva para la universidad.

Atte: una Ami ilusa de dieciséis años.

Mis padres habían puesto el grito en el cielo cuando quise llevar la contraria a su inexplicable deseo por tener una hija contadora, quizás en algún momento quisieron tener un hijo el cual fuese un importante empresario, pero no era así, nací siendo una muy amarilla bebé.

Tal como dijo Juan Luis Guerra; me subió la Bilirrubina.

La opinión popular acerca del arte es que no puedes vivir de ello, y según mis padres quienes no eran ajenos a las retorcidas mentalidades de las generaciones mayores, la repostería iba incluida dentro de las ramas del arte. no era del todo mentira, era y es un completo arte, pero aquel fundamento no me bastaba si lo necesitaba para poder desarrollar mi futuro.

Aquel día en la cafetería, unos quizás veinte minutos antes de abrir, mis ojos estaban completamente hipnotizados en la fascinación de ver como Annie movía de manera ágil la manga repostera para formar pequeñas y delicadas flores encima de cupcakes, era algo realmente divino de admirar.

_ ¿ves? No es algo tan difícil, solamente debes preocuparte de utilizar rápidamente la crema ya que el colorante la endurece un poco - comentó seguramente viendo mi expresión

_ ¿no es eso un problema? Podría pegarse en la manga, deberían de hacer una crema más suave aún - respondí con mi poco conocimiento

_ Podrían, pero no sería algo tan factible. Como verás - dijo alzando el cupcake - la crema al volverse dura permite que podamos hacer figuras y diseños con ella, es por eso que es muy importante hacerlo rápido. No es difícil, solo requiere práctica.

_ quisiera algún día poder hacer una flor la mitad de linda que la tuya - respondí frustrada al ver como mi intento de flor había claramente fracasado

_ descuida, no es algo que aprendas en un día - me ofreció consuelo dando pequeños golpes en mi espalda - será mejor que te apresures, no falta mucho para abrir y aún debes sacar las dos mesas que colocamos afuera

_ ¡tienes razón! - respondí exaltada saliendo rápidamente de la cocina

_ ¡no olvides limpiarlas! - la escuché gritar pero no respondí, era algo demasiado obvio.

Agradecía enormemente que el lugar fuese bastante pequeño, podía limpiarlo cómodamente sin tener que hacer un mayor esfuerzo o necesitar la ayuda de alguien más. Esta última semana había aprendido el manejo del local, no era para nada complicado si sabias ser muy organizado, y si algo podía rescatar de mi único y fracasado año universitario, era que administración fue una de las pocas asignaturas en las que me fue bien.

Tras haber limpiado el suelo y vitrinas me dirigí al mesón de atención sacando de debajo de este un gran archivador, en él se encontraban las cuentas del local, cosas como el capital contable y cualquier ajuste de cuenta que se podría hacer, tener un negocio era algo muy complicado, no solo tenías gastos de material, si no que también debías pagar luz, agua, mantenimiento, maquinaria, publicidad y varias cosas más. Eungyeon debía ser una mujer muy organizada como para poder con ello.

La curiosidad de poder leer todo aquello con mi poco conocimiento me ganó, comencé a buscar en aquellos papeles la administración contable del lugar, la cuál como ya esperaba estaba completamente organizada.

 대구 기념품 | 𝙳𝚊𝚎𝚐𝚞 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora