𝟷𝟹장

1.1K 140 77
                                    



Abro los ojos abruptamente, de golpe, como si me hubiese mareado o perdido la conciencia por tan sólo un segundo.
Recupero conciencia y respiración, sintiendo que en ese extraño segundo algo había cambiado, mi respiración se siente distinta, pesada, incluso llegando a sentir frío en mi nariz.

Llevo mis manos lo más cercano al suelo posible, chocando con el césped el cuál se encuentra húmedo, como si una leve capa llovizna lo hubiese cubierto. Analizo detalladamente mi ropa, un extraño vestido color rosa palo acompañado de medias y una camiseta blanca, por encima de esto llevaba un suéter delgado color café. Alzando más la mirada me encuentro con un objeto el cuál inmediatamente llama mi atención.

Un libro.

Tomo el libro entre mis manos dándome cuenta de que mis manos son pequeñas, muy pequeñas, dedos cortos y gordos, analizo cada detalle llegando a la deducción de que aquellas manos pertenecen a una niña. Dejo de lado el detalle de mis extrañas manos para concentrarme en aquel libro, parece ser bastante antiguo debido a su cobertura, líneas amarillentas a los costados me dan a entender que efectivamente se trata de un libro de material antiguo, no soy consciente de cuan antiguo pudiese ser, lo volteo encontrándome con una portada simple, lisa, tan solo una palabra en el centro de esta.

"진실"

_ la verdad... - susurro para mi misma

Trato de abrirlo, pero no puedo, por más que uso todas mis fuerzas es imposible levantar aquella tapa, aquella portada que inconscientemente sin saberlo podría llevarme a abrir puertas que ni yo misma sabía que debía abrir. Hay algo más detrás de todo esto, alguna parte de mi mente lo sabe, pero lo único que hago es tratar de abrirlo con desesperación, no tomando en cuenta el hecho de que aquella verdad que estaba ansiando descubrir no era mi verdad.

Era su verdad.

De pronto el sonido de una rama quebrándose me pone alerta, volteo inmediatamente divisando a alguien a la distancia. Trato de fijar mi visión pero no soy capaz de distinguir quién es, se que se acerca, poco a poco empieza a hacerse camino entre la neblina hasta que puedo divisar a un pequeño niño, asustado, de mejillas rojas y ojos llorosos. Sin decir nada comienza a acercarse, y creo que se trata de un juego visual cuando de un segundo a otro parece haber crecido un poco, así más y más hasta que ya puedo verlo desde cerca, y para ese entonces el pequeño niño se a transformado en un adolecente.

Puedo reconocerlo, puedo admirar cada detalle de su rostro, sintiendo nostalgia en cómo sus facciones maduran con el paso de los años, su mirada poco a poco a logrado oscurecerse más, y entonces da su último paso, llegando hasta mi convertido en casi un adulto.

_ el libro... - susurra con voz ronca

Bajo mi vista nuevamente hasta el libro dándome cuenta de que ahora mis manos habían vuelto a lucir como las actuales, diría que incluso hasta un tanto más grandes, vuelvo mi vista hacia él, pero solo mantiene la mirada fija en aquel libro.

_ ábrelo - vuelve a decir - léelo... léelo para mi

Y estoy dispuesta a hacerlo, pero no puedo abrirlo, por más que intento otra vez de hacerlo no puedo.

Levanto mi vida para explicarle que este no se abre, que algo más ocurre.

Pero entonces él ya no está, y tan solo queda el enorme camino por el cuál llegó, solo, desolado y nublado, no permitiéndome ver qué hay más allá del final de aquella larga hilera de viejos árboles.

Abro los ojos nuevamente encontrándome con el techo de mi habitación, o más bien dicho de la habitación en casa de Eungyeon, me siento en la cama sintiendo un sudor frío y fijando mi vista en el pequeño reloj sobre el escritorio, las letras de este brillan a pesar de la oscuridad. Eran las 5:45 de la madrugada.

 대구 기념품 | 𝙳𝚊𝚎𝚐𝚞 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora