𝟽장

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Hay sensaciones en la vida que nos hacen sentir plenos, cuando las cosas que te gustan se complementan y se alinean creando una perfecta sincronización en el espacio/tiempo de tu realidad, ese punto exacto en el que no cambiarías nada de lo que su...

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Hay sensaciones en la vida que nos hacen sentir plenos, cuando las cosas que te gustan se complementan y se alinean creando una perfecta sincronización en el espacio/tiempo de tu realidad, ese punto exacto en el que no cambiarías nada de lo que sucede al rededor.

Aquel día era uno de aquellos.

Salí de casa con un clima nublado que gritaba "lluvia", muy lejos de importarme hizo que me sintiera aún más feliz. Caminaba rumbo a tomar una estación de tren, iba vestida con un gran abrigo color negro y botines de charol en el mismo tono, me había asegurado de hacer sutiles ondas para dar más vida a mi cabello y aplicar ligeras sombras para dar luz a mis ojos.

Me observé en una de las paredes de espejo del metro.

Me veía linda y sonreí por ello.

Después de todo iba a verlo a "él".

Toda mi vida sentí un apego especial por las cafeterías, después de descubrir mi gusto por la repostería fui creando la idea en mi mente de tener una algún día, un espacio en el que los pequeños momentos de la vida se pudiesen disfrutar de manera tranquila, porque la vida siempre iba muy rápido, pero esa hora que te dedicas a ti mismo tomando café y observando por la ventana puede ser quizás uno de los mejores momentos de tu día. Al menos para mi siempre había figurado de esa manera.

Llegué al lugar acordado por mi cita, era una cafetería muy rústica que quedaba bastante cerca del campus de nuestra universidad, solíamos ir allí el primer semestre antes de ahogarnos en trabajos y demás responsabilidades. El lugar tenía en su mayoría decoraciones de madera, grandes ventanales y luces colgantes que le daban tenuidad al ambiente.

Esperé unos 15 minutos luego de la hora acordada hasta que lo vi llegar, la lluvia había comenzado hace poco así que al entrar este había dejado su paraguas en el pequeño lugar para ello. Lo vi sacudir su cabello, cuando lo conocí lo llevaba rubio, pero después de un tiempo había decidido teñirlo y dejarlo finalmente negro. Llevaba al igual que yo un abrigo negro acompañado de botas en el mismo tono, un piercing en la oreja izquierda y una delgada cadena en su cuello que llevaba una uñeta, desde que lo conocí que lo llevaba y le quedaba bastante bien.

_ lamento la tardanza - dijo sonriendo levemente y sentándose frente a mi

_ descuida, llegué hace muy poco - sonreí sin importar nada, él había llegado y a mi yo enamorada con eso le bastaba - aún no he pedido, te estaba esperando

_ solamente pide un café, la verdad es que no tengo mucho tiempo - respondió serio

_ ¿sucede algo? Creí que tendríamos una cita pero al parecer vas apurado

 대구 기념품 | 𝙳𝚊𝚎𝚐𝚞 𝚖𝚎𝚖𝚘𝚛𝚒𝚎𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora