<Capítulo 5>

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—Yo soy Jennie, pero mi mamá no se llamaba Martha.

—Es cierto, se llama Jinsang —contestó la señora un poco nerviosa.

—¿Se puede saber por qué llamaste a mi madre Martha? —Jennie se acercó a su mayor.

—Fue una confusión, Jennie.

—Si sabe quien soy, ¿no es así? —Jennie miraba a su contraria de pies a cabeza para intentar recordar si es que alguna vez la había visto.

—Claro, usted es una princesa —dio una reverencia.

—No puedo confiar en usted... gracias por su hospitalidad...

—Está bien, de todas maneras te enterarás —se fue a sentar.

—¿Enterarme de qué? —la siguió.

—Tu madre realmente se llama Martha Gilbert Dickinson —lo dijo sin ni siquiera darse cuenta que la menor estaba de pie.

—¡¿Qué?! —se sentó inmediatamente— mi madre se llama Kim Jinsang.

—En Corea se llama así. Yo la llamaba Mattie.

—Estas mintiendo. Yo no tengo rasgos occidentales, ni ella tampoco.

—Con un poco de maquillaje todo se arregla. Además puedo jurar que las fotos que supongo que has visto de ella es mentira.

—¡Mientes!. Si ella se llama Martha entonces... ¿por qué me dejo su collar en forma de J?.

—Susan Gilbert... Martha Gilbert... La verdadera forma de ese collar era de una...

—¡Mierda!.

—Lo siento, no pensé decirte todo la información en un solo día, pero supongo que merecías saber la verdad.

—¿Qué más debo saber? ¡¡Dime!! —Jennie estaba a punto de llorar.

—Ella no murió días después de tu nacimiento, ella murió hace diez años.

—¿Como sabes todo eso? ¿Quien eres?.

—Yo fui quien la ayudó cuando tu padre la desterró de Corea. Yo estuve con ella hasta el final.

—Déjeme sola, por favor.

Y así fue. Inmediatamente Jennie lloró, golpeó y gritó hasta el punto de dormirse. Ella no sabía quien realmente era, toda su vida había pensado que su madre se llamaba Jinsang y resulta que se llamaba Martha. No podía negarlo, un odio nacía y sabía que esta vez no tendría compasión.

—¿Te sientes mejor? —ingresó la señora con una tasa.

—No sé ni cómo sentirme, me siento... como una mierda.

—¡Hey! No es tu culpa que tu padre haya sido una mierda —se sentó entregándole la taza.

—Es que —dio un sorbo— tantos años de mi vida pensando que mi madre se llamaba de una forma y tantos años pensando que mi madre había muerto días después de mi nacimiento hace que me sienta así. Todo es una mentira.

—No todo lo es. Jinsang si había muerto aquel día, pero Mattie seguía viva.

—¿Cómo la conociste? —Jennie la observaba detenidamente.

—Fue hace varios años, yo había ido a Estados Unidos por la muerte de un familiar. Yo decidí pasear mientras despejaba mi mente y luego recordé que Emily Dickinson vivía cerca así que decidí ver lo que alguna vez Emily vió. No estaba cerca de la casa, pero aún así tu madre se dio cuenta de mi presencia. Ella me gritó desde la ventana: «¿Necesitas algo?». Yo le respondí, pero creo que no me escuchó. Ella fue a la puerta y ya lo demás puedes suponer.

Como Si Fuera Una Princesa  /  JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora