Date por cadáver

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Era casi mediodía y Wayne fue a buscar a mi abuelo para presentarle a Winnie. Era preferible que se enterara ahora y no la próxima vez que nos crucemos para evitarle un ataque.

Sin decirle la razón, lo traería ya que si abría la boca, ambos terminarían agarrándose a golpes a causa de un malentendido. Mientras tanto, Pascal me ayudaba a organizar la habitación del bebé, armando la cuna, los móviles y la carriola.

 Mientras tanto, Pascal me ayudaba a organizar la habitación del bebé, armando la cuna, los móviles y la carriola

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Acomodamos la ropa, pañales entre otras cosas en las cajoneras y el armario. Wayne tenía razón cuando dijo que el catálogo para bebés era muy extenso hasta el punto de no saber que elegir.

Winnie se quedó dormida después de tomarse dos mamaderas enteras. Posiblemente se despertaría cuando Neo termine de preparar el almuerzo y si lo hacía, quedaría claro que era como su padre que sólo se movía cuando sentía la comida. La llegada sorpresiva me daba demasiada emoción que ya ni sabía que hacer.

Si no tuviera a Pascal, me hubiera perdido. Deje el monitor de bebé en la mesa y me llevé el otro conmigo. Bajamos a preparar la mesa y las sillas en el ex cementerio que ahora era un jardín de flores y enredaderas de rosas.

Nos esmeramos en crear un jardín cuyas cercas y pisos eran las lápidas que con el tiempo, el pasto y las plantas trepadoras las ocultaron. Nadie nunca pensaría que estaba transitando un cementerio de lo lindo que era. Arcos y pérgolas de madera con rosas, creadas por Neo le daban un aire de la Toscana.

Cerca del arroyo, armó con las parras un sendero para cubrir todo el camino al taller. La vid daba sombra y un área de descanso, así como uvas deliciosas que colgaban de arriba. Todas las semillas que guardaba de mis viajes para dárselas a mis padres al regreso, por fin mostraron un esplendor que quizás nunca hubiese tenido la oportunidad de ver por ser mochilera.

 Todas las semillas que guardaba de mis viajes para dárselas a mis padres al regreso, por fin mostraron un esplendor que quizás nunca hubiese tenido la oportunidad de ver por ser mochilera

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Terminamos de colocar los cubiertos y trajimos la conservadora para sentarnos a esperar al Master Chef de la parrilla, Neo.

-Se están tardando mucho. Pensé que iría y lo traería no que se quedaría a charlar de la vida. A menos que...- mi peor temor de que se estuvieran matando me puso nerviosa

Devuelvan a la villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora