La heroína llegó a la academia y busco al héroe para enamorarlo pero...no encontró a la villana que propulsaría el amor.
Preguntando se dio cuenta que dicha persona no existía y empezó a impacientarse. Los personajes no estaban interesados en ella a...
Llegamos a Glenville Rd., en Jordanstown. Era verano y como el sol estaba a pleno, caminamos dos calles por el bulevar de la costa hasta la casa de mis suegros. La última vez que pisé Irlanda, fue cuando mi cuñado se graduó de la universidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Si ya le avisaste a tu hermano, apuremos la marcha!- Admirando la playa, me ajuste los lentes de sol cuando Wayne terminó su llamada
-Quieres abotonar tu camisa? No estamos en Arkham para que andes con los pechos al aire!- volvió a ser el hombre paranoico de siempre
-Ya llegamos? Tengo hambre!-
-Nena, no grites. Ahora veremos a tus abuelos. Mira, es ahí!- le señalé a Winnie una casa de ladrillo adosada de dos plantas
-Como practicamos, deja que adivinen y te daremos chocolates!- Wayne planeaba jugarle una broma pesada a sus padres
Dejando las valijas y mochilas en la puerta, Winnie tocó el timbre y nos escondimos detrás del muro.
-De verdad vas a hacerlo?-
-Se lo merecen por fastidiar con lo de tener hijos- seguía molesto
Mi suegro Winston que ya estaba con una barba canosa, abrió la puerta con café en mano y al ver a la niña rodeada de maletas buscaba a quien la envió.
-Pequeña, de lo que vendas ya tenemos dos.-
-No vendo, vine a quedarme. Hey!- cuando estaba por meterse, Winston la detuvo
-Qué haces? Vete a casa, donde sea que vivas. Dije que no!- como buen arquero, se plantó en la puerta
-Winston, por qué tanto escándalo? Quién es?- mi suegra Clarisse salió en deshabillé y sus habituales ruleros
-Hola, vine a quedarme pero el no quiere que entre- el descaro con el que lo dijo, puso de los nervios a Winston
-Mocosa maleducada! Tus padres deben ser tan atrevidos como para enseñarte a meterte en casas ajenas!- Wayne se aguantaba la risa
-Basta! Querida, creo que te equivocaste de casa. Dime a dónde quieres ir y llamaré un taxi-
-17 Glenville Rd., la casa de los Nolan- ni con esa información caían
-Efectivamente es aquí pero a quien buscas exactamente?- Clarisse era un amor
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
