La heroína llegó a la academia y busco al héroe para enamorarlo pero...no encontró a la villana que propulsaría el amor.
Preguntando se dio cuenta que dicha persona no existía y empezó a impacientarse. Los personajes no estaban interesados en ella a...
-¿Por qué me tocó una hermana tan despistada? Rabelle, pasa el cable a la consola...mmm...¡Mirabelle!- se distrajo con las lámparas
-Ah sí, listo Wade- cuando se aburría, se la pasaba en las nubes
-Dejen de gritarse y terminen de instalar las luces o los hago brochetas asadas- sacando sus garras envueltas en fuego azul, Pascal nos echaba la bronca
Terminando de conectar los cables de la utilería del set, parecía ser el único que tomó en serio esta vaina. Vine aquí para hacerle un favor a mi cuñado, que rogó darle la noche perfecta a la cabezahueca de Winnie. Si lograba su cometido, mi hermana volvería a irse y no tendría que escuchar sus regaños en mucho tiempo.
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-Chayanne, baja la ventilación. Lupe, corre las cortinas para que se vea el paisaje. Excelente, ahora si se puede gozar de Paskalyan- Regina, la hermanita de Pascal, dirigía el plató
Mis primos que vinieron, no tenían más de trece años y el menor apenas había cumplido los seis pero aún así, podían armar escenarios de manera profesional.
-Que amarrete es Ted. Simplemente pudo pagar por un restaurante de verdad, pero prefirió uno prefabricado- August se quejaba a la par que terminaba de ubicar las rosas
-Es pereza. Imagínate que ella se transforme de la emoción y destruya el lugar. Teddy prefiere un ambiente controlado a tener que arreglar su desastre. Ustedes, pongan las mesas y vayan a cambiarse rápido- Flora trajo los cubiertos y nos ordenó hacer su trabajo
-Escuchen, tenemos diez minutos. El ya fue a buscarla y aún no veo a los comensales listos. París, ¿te falta mucho?- Morty, apuraba a la maquillista
-Solo falta que se cambien y se pongan las pelucas. Fauna, ponte la ropa de mesera y aguarda junto a August en la recepción. Yo calentaré el cordero que papá cocinó. Corran, corran que el tiempo apremia!- a pesar de tener nueve años, Xena nos empujó violentamente
Una vez nos alistamos, aguardamos camuflados entre algunos maniquíes que fungían de comensales falsos. El restaurante lucia lleno y nos sentamos a comer tranquilos hasta que los protagonistas llegaron.
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