La heroína llegó a la academia y busco al héroe para enamorarlo pero...no encontró a la villana que propulsaría el amor.
Preguntando se dio cuenta que dicha persona no existía y empezó a impacientarse. Los personajes no estaban interesados en ella a...
Hoy aprovecharía para estar con mi familia y pasear por la capital de Jemin que permanecía en remodelación. Después del ataque, todos centraron sus esfuerzos en aumentar la seguridad y acondicionar los edificios destruidos pero ese no era el problema.
La gente con solo verme pasar continuamente me daban las gracias y hasta me entregaban vouchers de regalo al entrar a sus establecimientos cuando quería comprar algo. En más de una ocasión me tuve que negar alegando que ellos necesitaban el dinero para costear sus gastos y no debían entregármelo ya que los salvé porque era mi deber con mi público.
La cosa se puso peor cuando dije eso ya que comenzaron a verme como si fuera Don Fanucci recorriendo San Gennaro.
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-Neo, quieres que paremos para volver a casa? Te noto cansado- Eve se agarró fuerte de mi brazo
-No estoy cansado, estoy absorto en mis pensamientos. No concibo que alguien pueda soportar tanta atención, es fastidioso y creo que hasta repulsivo-
-Papá podemos ir a almorzar a aquel restaurante, así descansas- me sentí ridículo siendo llamado así por August pero ya me estaba acostumbrando
-No hay apuro, tenemos toda la semana para hacer lo que queramos. Estamos de vacaciones hasta la semana entrante- Quise bajar la tensión entre ellos
-Papi, después podemos ir a ver a la reina? Quiero mostrarle la lista de canciones que pondré en la coronación de la princesa- Pascal iba tomado de mi mano para caminar y asentí a su pedido
-No es justo! Por qué nadie quiere hacer lo que yo quiero?- Lara se puso berrinchuda otra vez
-Cariño, haremos todo lo que quieran. No seas ansiosa. ¿Qué tal si vamos a comprar zapatos y ropa para que te luzcas en el set con las aspirantes después de comer?- Eve siempre sabía como convencerlos
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-De verdad? Entonces quiero un vestido azul de encaje y también...- se puso a enumerar su pedido
Todos en la capital ya nos conocían y era imposible no pasar desapercibidos a donde fuéramos. Llegamos al restaurante y para nuestra sorpresa, Tori y Gloria ya estaban allí. Nos invitaron a la mesa y ordenamos el especial de la casa.
