Edén.
Hay un punto límite para todos, el buen Elliot no es una excepción, pero por supuesto; cuando cruzamos este límite no todos reaccionamos igual, lo hacemos según nuestra personalidad. Al chico le enojó todo lo dicho, toleró los malos chistes de Nikolai, el menosprecio de él y le contraatacó muy a su manera.
Pero no contaba con insultos o amenazas directas hacia su familia. No sé lo toma tan en serio porqué ciertamente ignora los títulos de los dos desgraciados que en un puto segundo erróneo, ahora hacen parte de nosotras. No obstante es evidente la molestia de él al ser insultado, desvalorizado y amenazado por dos sujetos que hacen sentir sus presencias como sí fueran la de los dioses más omnipotentes jamás existidos.
La sonrisa de Nikolai es de pura y genuina sastifacción, no le agrada el chico. No le agrada nadie que se junte en plan romántico con su prima y lo hace notar sin cohíbición alguna. Nasser por su lado simplemente ha acentuado sus aires de altanería, arrogancia y superioridad, haciendo ahora como sí el chico no existiera.
«Sólo buscan acojonarlo» y les va de maravilla ya que Elliot a pesar de enojarse, no abre la boca para nada más, dedicándoles miradas de recelo a ambos. La molestia en la mesa no sólo nace de Elliot; a las chicas tampoco les ha gustado la actitud de los rusos.
Ivanna sostiene el brazo de su novio mientras dedica a su primo miradas realmente molestas, a Nasser ni siquiera lo mira. Kaylee tiene el ceño frucindo, todo indica una próxima riña con su novio. La hermana y cuñada de ella se muestran molestas también, una más que la otra, sobre todo por el insulto que Nasser utilizó para al chico.
Ya el ambiente no es el mismo que minutos antes de la llegada del pelinegro. Nadie ríe, y de hecho nadie más que Nikolai y su gran amigo, vuelven a tocar la comida servida. Siento como sí hubiese sido yo la del insulto.
Ivanna es la primera en salirse de la burbuja tóxica que se hizo después que él dejará sus palabras en el aire. La chica toma la mano de su novio y después de él las siguientes en hacer sonar sus sillas son las novias que se levantan casi al mismo tiempo.
—Es hora de irnos.—Dice Ivy con la voz áspera de la rabia y bajo la mirada sabiendo que aunque su jet está aquí desde esta madrugada, el viaje estaba pautado para las cinco de la tarde.
Lee arrastra su asiento hacia atrás con esto, y Nikolai no se atreve a mirarla. Sabe que la ha cagado con su prima y novia, sin embargo no quita la sonrisa estúpida que personalmente quiero arrancarle.
—Es hora.—Concuerda la futura madre del próximo Vasiliev.
Con ella quiero levantarme también, pero me aprisionan la cintura con un solo brazo dejándome en el mismo lugar.
—Joder—musculla Nikolai viendo que sus chicas se alejan molestas con él.—No aguantan nada.—se queja burlón—Lo tienen como princesa ¿No se puede defender o qué?—nadie le responde y se ríe mirando a Nasser que alza un trozo de fruta en su dirección para acompañarlo en su sastifacción.
Molesta intento nuevamente salir del regazo dónde estoy sentada, pero lo único que consigo es qué con más fuerza me regresen al lugar, haciéndome chocar la espalda con su pecho.
—Aquí te quedas.—Dispone en un susurro y me muevo enojada no queriendo ni dirigirle la palabra.—Come conmigo.—se burla haciéndome girar en un movimiento que le resulta fácil y rápido, el cual me deja de frente con su rostro y con las piernas al rededor de su cuerpo.—Come.
Con sus dedos dirige una fresa a mis labios y aprieto los labios desviando el rostro para luego mirar por sobre su hombro a las chicas entrando en al pasillo. Kiara se gira a verme y niega con reproche antes de desaparecer.
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Paraíso
RandomVivían tan sumergidos en sus mundos que inevitablemente olvidaron que el que ellos pisaban daba vueltas constantemente y cuando quisieron darse cuenta de ello, esos giros los hicieron chocar. Ella no tenía preocupaciones más que elegir el destino de...