Ad Finem

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-No me apetece ver su espectáculo, gracias- se quejó Victoire mientras que trataba de pasar de los arrumacos que Zade y Wood se daban frente a su nariz. Estos, entre risas, pararon para seguir escuchando el relato de su amiga.

Camille, quien se comunicaba con ellos a través del reflejo de una charola de plata, agradeció la intervención de Toire, a la vez que revisaba por enésima vez que no hubiese alguien observándola. No todo el mundo vería bien que charlase con el cubo de agua de la limpieza, superficie en la que sus amigos se reflejaban (Zade debía ser más prudente y revisar el horario de cuando le tocaba la limpieza del aula antes comenzar con una comunicación a través de objetos).

-Bueno, síguenos contando sobre cómo te curaste de aquella cosa rara del espejo- se burló Wood, incrédulo ante la historia de Victoire. Esta bufó, fastidiada por el tono del muchacho, mientras que Zade le pegaba un codazo. El gesto que le dirigió Camille desde la vajilla solo le dejaba en claro el hecho de que había cometido un error-. ¿Dije algo malo?

-Estoy diciendo la verdad, Wood.

- ¡Si! Yo lo vi con mis propios ojos, ¡Estabas espantosa! - exclamó Zade, haciendo un gesto de recordar algo aterrador.

- ¡No fue para tanto, Zade! - se quejó Toire, avergonzada. Camille peleaba por acomodarse el extraño listón de su exagerado uniforme celeste mientras que las escuchaba distinguir. Extrañaba el simple pero encantador uniforme de Hogwarts, su hermosa corbata Ravenclaw...

-Con que a eso se refería Orión...- murmuró Oliver de forma apenas audible. Su amigo había estado algo reacio respecto a tratar a la veela, más temeroso que de costumbre a pesar de agradarle Victoire (Orión solía confundir a las veelas con sus primas las sirenas: o sea, creía que Toire se lo iba a comer).

-En fin, resultó que tenías razón: fue Sanderson.

- ¡Te lo dije! – recalcó Zade, ganándose una represalia de Cam. Wood seguía sin entender del todo.

- ¿Y cómo demonios iba a saberlo? Su hermana ha demostrado ser la menos cuerda...- se defendió Victoire.

-Quizás desde tu perspectiva, pero mientras que Alex sabe mantener la compostura, él sí que es violento cuando se trata de enojarse. ¿No recuerdas la golpiza que le dio a Ben el primer día? ¡Y eso que no supiste cómo escaló eso!

- ¿No entiendo? Solo fue un ojo morado...- cuestionó, confundida. Zade la miró extrañada.

- ¡Casi le destrozó el ojo con un hechizo! ¿Ben no te dijo? Por eso es por lo que ahora usa anteojos...- explicó. Victoire pegó un chillido, escandalizada.

-Me dijo que le diagnosticaron miopía- respondió impactada. No dudaba que Alex fuera peligrosa, pero ahora se preguntaba sobre qué tanto la influenciaba su "hermano" en sus malos pasos....

-Y si fuiste tú quien la insultó, era solo cuestión de tiempo para que te atacará... claro, tardo tanto que hasta creí que ya se le había olvidado. Espero que entiendas que no te dijéramos: Ben nos hizo jurarlo...- se disculpó Camille de forma lastimera. Victoire asintió suavemente, no podía enojarse con ellas, no en ese momento al menos.

- ¿Podrían repetir el nombre de aquel imbécil? -preguntó Wood, dejándolas perplejas. Por un segundo se habían olvidado de su presencia.

-Mason Sanderson. No son hermanos realmente, o eso parece...

-¿Mason Sanderson? ¡Qué raro! Creí que había muerto. Que bien que no, digo, pero es extraño...- las tres chicas lo miraron incrédulas, pero él no parecía estar bromeando.

-Está bien, conspiranoico. Aunque suena interesante tu relato, te puedo asegurar que está muy vivo...- lo cortó Victoire a la defensiva, odiando el giro que dio la conversación.

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora