Nochebuena

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La familia Weasley era tan numerosa como amorosa, y cuando se reunían, era un caos agradable. Todos reían y parloteaban ruidosamente: casi 30 personas era algo imposible de no hacerse escuchar después de todo. Absolutamente todos se encontraban uniformados en sus respectivos suéteres Weasley navideños, y tazas de chocolate caliente a la par de copas con jugo de calabaza flotaban siguiendo a quienes las bebían, agregando aún más desorden al asunto.

- ¡Luces como un Slytherin, Al! - se burló James de su hermano, haciéndolo bufar.

- ¡No digas eso, Jem! - defendió Rose al instante, como si lo hubiera insultado. Victoire y Teddy sabían que para ellos si había un insulto.

-Pue soy muy Gryffindor y el mío es azul. Es solo su color favorito-defendió Victoire al Potter menor, queriendo cesar la riña.

-...Además, lo dicen como si ser de Slytherin fuera algo malo. Hay mucha gente buena de Slytherin...- Victoire se tuvo que morder la lengua para no soltar un comentario envenenado, sospechando que se refería a Alexa. Todavía no sabía cómo se había ganado la confianza de él...

-... ¿Cómo quién? – preguntó James retador, incrédulo. "Si, Teddy, ¿Cómo quién?" pensó Victoire enrabiada, fingiendo estar distraída colgando un adorno en el árbol.

-Mi tía Astoria, y mi abuela lo fue- la rabia se le bajo al instante que mencionó a ese par, haciéndola sentir avergonzada. "¡Claro que serían ellas! ¡BOBA!"-. Y tengo amigos en la casa. Es la astucia, no la maldad la que identifica a esa casa, y todas tienen colas para pisar...-Albus lo miró agradecido.

-¡Pues yo no quiero quedar en Slytherin! Mi hermana dice que les toca dormir bajo el Lago...- irrumpió Leo, claramente temeroso por la idea.

- ¿Hay sirenas? - preguntó Lily curiosa, emocionada por la idea. La pobre parecía solo conocer el concepto muggle de las sirenas...

-...Hay gente del agua, pero no son tan lindas, y no disfrutan de visitas-la pequeña pelirroja se quejó infantilmente, mientras que su primo Hugo solo rodaba los ojos.

-Te lo dije. Antes no comen gente- la pelirroja le enseñó la lengua, cruzada de brazos, haciendo reír a los mayores.

- ¡Uno de ustedes dos! ¡Ayúdennos con los platos! - se quejaron las gemelas de camino a la cocina.

-Yo voy. Tú cuida que no quemen nada, ¿si? - pidió Teddy antes de seguir a las pelirrojas, dejando a Victoire al cuidado de los desmadrosos de sus primos. Entendía que sus tíos los cuidaban a diario, ¿Pero de verdad tenían que aprovechar las vacaciones para encargárselos a ella y Teddy?

- ¿Nos cuentas la historia de cómo tío Bill tuvo su cicatriz? – Victoire revisó que su padre no estuviera antes de acceder, después de todo, era una forma de entretenerlos. Habiendo fuego y tantas cosas flamables, mejor que estuvieran tranquilos.

-Erase hace unos años, cuando la guerra intensa comenzaba...-empezó a narrar con voz exagerada, captando la atención de los más pequeños. Teddy, quien con su oído lobuno podía oírla desde la cocina, rio enternecido: quien la viera tan complaciente con sus primitos...era adorable. Victoire Weasley, cuando quería, era tan encantadora por dentro como por fuera... ¿Por qué le había costado verlo por tanto tiempo?









- ¿Cómo está Rigel? -preguntó Sophie con interés una vez su amiga soltó la carta.

-Bien. Dio una vuelta por el Pequeño Hangleton antes de partir a sepa dónde...-con Delphi. ¿Qué querría él con ella? ¿Qué le diría ella a él?

-...Creí que estaría más contento por el escape de su madre...- Alex suspiró: odiaba mentirle. Antes no le costaba tanto, pero ahora... ¿Por qué ahora tenía conciencia?

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora