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Enero

-Lamento tu perdida...- Orión se volteó sorprendido al escuchar una voz femenina tras él, su tono e intenciones enigmáticas.

El joven estaba demasiado conmocionado por la muerte de Regina como para siquiera llorar algo. No creía que ella se hubiera suicidado...no le encajaba. Ella estaba recibiendo ayuda psicológica, estaba acompañada por su familia, sus amigos...estaba sanando. Hubiera dejado algo como despedida a su adorada tía Rosmerta, quien ahora estaba completamente deshecha tras la pérdida de sus dos sobrinas. Le hubiera dejado algo a él, su mejor amigo...

La chica tras él era alta y delgada, con una larga melena rubia platinada con las puntas azules deslavadas. Sus rasgos eran afilados y finos, su piel tan blanquecina e inmaculada que parecía brillar bajo la luz de la luna. Lo que más destacaba entre tanta palidez eran sus ojos negros, enormes y profundos, como la noche misma. De no haber estado tan decaído lo habría asustado...o maravillado. Ahora mismo solo lo intrigaba.

- ¿Quién eres? - preguntó confundido, después de todo la única entrada al cementerio era pasando por el colegio, y a ella jamás la había visto por los pasillos de Hogwarts. Ni siquiera llevaba el uniforme.

-Delphini... ¿Cómo murió? - al parecer esa belleza extraña carecía de gestos más allá de la indiferencia. De igual modo, sin saber precisamente el porqué, respondió.

-La asesinaron- él creía firmemente en que alguien o algo había tenido algo que ver con la muerte de su querida Regina. No tenía sentido: el buscar quién había matado a su hermana era un objetivo claro para ella que la mantenía viva... ¡No se quitaría la vida!

- ¿En serio? ¡Pobre Rosmerta! Aquella vieja va a enloquecer del dolor...- Orión solo asintió, la rabia mezclándose con la tristeza y confusión. ¿Por qué le seguía hablando a esa extraña? -. Son lindas las flores. A mí me gustarían en su lugar...-suspiró al ver el ramo de lilas que había traído el joven a la tumba-. Alexa vino y dejó esas rosas hace un rato. Creí que la alcanzaría sola, pero venía con él...

- ¿Conoces a Alex? - preguntó aún más extrañado, y porque no, algo preocupado. Michael tenía razón en decir que todo lo malo había llegado junto con aquel demonio con falda que tenía tan atarantado a Lupin. Delphini asintió-. De haberla conocido realmente sabría que odiaba las rosas, en especial las rojas...- esto último lo dijo con algo de enojo. Esa castaña hipócrita de seguro sabía algo...no tenía pruebas, pero tampoco dudas.

-Son sus favoritas- explicó Delphini con desinterés, volviendo rápidamente al tema de Regina-. Entonces, ¿Fue asesinada como su hermana? ¡Qué extraño! – él chico solo asintió de mala gana, fastidiado.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó harto. Parecía que ella preguntaba más por morbo que por curiosidad o genuino interés. Es más, casi parecía que ella sabía las respuestas y solo quería ver su reacción.

-Me aburrí y como tú decidí que lo mejor para un sábado por la noche era un paseo en el cementerio- no pudo evitar soltar una carcajada por el comentario. Él valoraba el sarcasmo.

- ¿Crees que a "ellos" les importe? - ella sonrió de lado, feliz de que le bajara a su aprehensión.

-...No, pero conozco un lugar en el que podríamos pasarla mejor, Orión...- sugirió con una sonrisa ladeada, haciéndolo arquear la ceja.

- ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó, pero esta vez no estaba tan preocupado. Había algo en ella que lo invitaba a ignorar la prudencia y solo dejarse llevar...y tampoco es que el necesitara mucho convencimiento para hacer cosas poco convencionales.

-Sé muchas cosas...- respondió con simpleza, tendiéndole un transportador-. Te vi en Bristol, en la fiesta, y quisiera que me des un recorrido para conocernos mejor...- él sonrió de lado por la doble lectura de la frase, aceptando su mano para ir a donde ella quisiera que la llevase.

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora