¡Ups! Lo volví a hacer

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-Oh, ma pauvre tête... Elle va exploser! - se quejó Camille apenas despertó, sin molestarse en traducir-. ¿Por qué? Saben si alguien coló alcohol en el ponche, porque de otra forma, no me explico...- Victoire, quien, a pesar de tener su propia cama, parecía haber preferido quedarse dormida junto a Camille, le calló poniendo un dedo en sus labios, murmurando un "shhh" mientras trataba de volver a conciliar el sueño-. Zade, ¿estás allí? Vicky no reacciona.

-Alguien adulteró las bebidas, definitivamente- confirmó Winston, suspirando-. Y considerando lo serios que son en Durmstrang y Beauxbatons, probablemente fue alguien de casa. Hopkins nos va a matar- a pesar de lo que dijo, Zade parecía muy tranquila mientras rebuscaba en su baúl, e incluso se alegró cuando dio con una cajita de pastillas-. ¿Quieren, chicas? Es para el dolor de cabeza. Analgésicos.

- ¿Qué tan seguro es que una bruja-lobo-veela consuma medicina muggle? – preguntó Camille por Victoire, deteniéndola de tomar una de las tabletas, para disgusto de Weasley.

-No lo sé, pero estoy dispuesta a tomar el riesgo- y sin decir más, Victoire tragó la medicina sin necesidad de agua, sorprendiéndolas-. Amigas, llegué a una conclusión.

-No, no lo has hecho. Estás medio borracha. Descansa un poco, Vicky.

-Necesito tomar clases- tanto Camille como Zade parecían desconcertadas, desconociendo su significado-, sobre cómo controlar mis anormalidades, quiero decir. No sé ni cómo haré tiempo entre las clases, los talleres, la sociedad de alumnos y el torneo, pero tendré que hacerlo. Es necesario.

- ¿Te refieres a tus dones?

-Es lo mismo- declaró, sentándose a pesar de las insistencias de Camille para que se recostara-. No puedo seguir lastimando a la gente por accidente: eso no está bien.

- ¿Tu mamá no podría ayudarte con eso? Ya en casa, quiero decir- sugirió Zade mientras se quitaba el collar con calma. Francamente, el tema de la hibridez de Victoire la superaba: no sabía ni qué decir para calmarla, qué era insensible y qué no.

-Mi mamá no sabe cómo enseñarme porque nunca tuvo que aprender: su dominio fue nato- suspiró, envidiándola. La vida hubiera sido más sencilla de haber heredado ese saber-. Y no es como que haya muchos libros o clases al respecto. Aun así, eso ya no es una buena excusa para mis actos. He herido a otros.

-Siento que estás siendo demasiado dura contigo misma- opinó Zade, pues odiaba escucharla tan culpable-, y quieres que te castiguen, pero la realidad es que fue solo un error fuera de tu control: no mereces un castigo.

-Aunque tratar de aprender algo de control podría ser beneficioso para ti: no te presiones demasiado, pero inténtalo. Nada te quita- sugirió Camille, tratando de encontrar lo productivo en la crisis culposa de Victoire. Sabía que su amiga no dejaría el tema hasta sentir que lo había remediado, de modo que encontrar una solución proactiva era lo mejor.

-Aquí la gran pregunta es: ¿cómo puedo empezar a hacerlo? – las tres se quedaron calladas varios segundos, en parte pensando, pero también por su reciente animadversión al ruido-. ¿Creen que madame Mima acepte darme consejo? Es una veela: ha de saber al respecto.

-Creo que es la mejor opción que tienes. Además, ella es un sol: dudo que se niegue- le aseguró Camille.

- ¿Quién es Madame Mima? - preguntó Zade, confundida, mientras volvía a echarse en la cama.

-La profesora de adivinación- respondieron Camille y Victoire casi al mismo tiempo, riendo.

- ¡Ay, Vicky, si así te sientes cada que despiertas sensible del oído, una disculpa por el ruido! – se disculpó Zade dramáticamente, y Victoire sintió a Camille asentir sus palabras.

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora