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La risa desternillante de Alexa hizo que todo aquel en la enfermería, por muy adolorido o enfermo que estuviera, volteara a verla casi asustados, pues nadie sabía que le había causado tanta gracia.

La señorita Shafiq palideció, temiendo por la salud más allá de lo físico de aquella extraña joven, pero después de un rato, se calmó, tomando una bocanada de aire...

-Lo siento a todos. Señorita Shafiq, me siento muy bien, es en serio. Solo tengo mucha hambre y quiero cenar, ¿Me puedo ir?

-Adelante, linda. Si te sientes mal, regresas, ¿Está bien? Buenas noches- susurró ella, no encontró motivos por lo cual negarse. Quizás se desmayó por falta de energía.

-Claro, eso haré, muchas gracias. ¿Me acompañas, Sophie? ¡Nos vemos en el comedor, Maze! – se despidió de buen humor, cosa rara en una chica que recién salía de desmayada. El rubio solo asintió, cohibido.

Aún algo mareada, Alexa salió acompañada por Sophie rumbo al Gran Comedor, el silencio inundando los vacíos pasillos.

Sophie no entendía la actitud risueña de su amiga, ¿Acaso estaba contenta con la posibilidad de estar embarazada? ¡Tenían 17, maldita sea! En su lugar, ya se habría botado de alguna escalera...

- ¿Qué te pasa, loca? ¡Respóndeme lo que te pregunte! - Alex solo rio, frenando el paso.

-A ver, ¿Recuerdas mi don? ¿El qué te dije que tenía, pero que no te podía decir? – se lo había confesado a medias en su primera borrachera, y Sophie creyó que habían sido boberías. No entendía porque lo sacaba.

-Alex, ya, enserio, ¿Por qué tantos rodeos?

-Déjame acabar. Hace un mes que empecé a sospechar de un embarazo, púes hubo una vez en la que simplemente se nos olvidó cuidarnos, y eso es lo que pasa si tienes sexo sin cuidarte, ¿No? En especial cuando eres joven y no quieres embarazarte...

-...Si, la vida tiene un humor cruel....

-Pues sí. Entonces, en una ida al Hogsmeade, utilicé el regalo de Delphi para ir a San Mungo, para que una médica me revisara. Ella no solo me corroboró que no estaba embarazada, sino que me avisó que jamás podría quedar embarazada...-la ligereza con lo que lo contó sorprendió a Sophie, pero ella no pareció notarlo-. Así que no te preocupes, no hay nada aquí- se tocó el vientre y Sophie la miró con pena. Pero al mismo tiempo no entendía, ¿Por qué está tan contenta? ¡Jamás sería mamá!

-Lo lamento tanto, Alex...- la castaña suspiró, forzando una sonrisa.

-No te preocupes. Mira: ahora no quiero ser mamá, y seguro que Lupin tampoco está de humor para ser papá aún. Además, ¡Ya no me preocupo si tardo en bajarme u olvide la pócima, no hay riesgo! Y si en algún punto quiero ser madre, es tan fácil como adoptar a un bebe o un niño. Yo le debo mi familia a la adopción, sería lindo seguir ese camino...

-A veces olvido lo optimista que puedes ser- fue lo único que dijo, aun sorprendida.

- ¡Pues claro! Las cosas van a la perfección para mí, de acuerdo al plan... ¿Qué hora es?

-Las 8:30

-Bueno, debo arreglarme: odio parecer cadáver y créeme, tardó en recuperar el poco color que tenía...

- ¿A dónde vas? ¿No íbamos a comer?

-Tu ve, solo quería sacarme de encima a la sanadora. Tengo una cita importante- dijo mientras se acomodaba el escote. Sophie rodó los ojos, ella no cambiaría.

- ¿Desde cuándo dejó de ser solo un juego para ti y de verdad empezaste a sentir cosas por Lupin? - preguntó molesta antes de que se fuera, haciendo que se detuviera sin más. Ya no parecía nada risueña, sino más bien sería.

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora