2 de mayo de 2016

90 8 24
                                    

Habían sido unos 5 meses muy largos para Victoire.

Todavía recordaba el doloroso momento en el que, llegando al andén, Alexa corrió en brazos de Teddy, el momento en que lo besó y él correspondió, quebrándole el corazón en menos de un segundo. Ese día prácticamente lloró hasta quedarse dormida en brazos de Zade, quién de no haber visto a su amiga tan destrozada y necesitada de un abrazo, no hubiese dudado en ir y castrarlo con lo primero que encontrase.

Victoire jamás se había sentido más estúpida, más usada...Más traicionada.

Zade le recordaba de vez en cuando que pudo ser peor, más Victoire no se imaginaba nada más horrible que tener el corazón roto en mil pedazos por alguien a quien querías tanto.

Esa misma noche, antes de caer rendida ante el dolor y el cansancio, juró jamás volver a confiar en Teddy. Él solo la veía como un juego, como a un rival contra el cual llevaba luchando desde la más tierna infancia en juego que consistía en que quien hacía el mayor daño, ganaba. Y él ya había ganado, y esta vez estaba demasiado rota para exigir la revancha...


-Él es quien se lo pierde. Muchos darían todo por un simple "hola" de tu parte...- consolaba Zade.

-...Pero yo lo quería a él...


Esa conversación se repitió durante dos meses, dos meses en los que Victoire prácticamente era la sombra de la chica alegre que un día fue. De nada ayudó que las cartas de Camille fueran breves, y que tuviese que seguir viéndolo a él todos los días en la sala de prefectos...tener que verla a ella a diario. Jamás había tenido una prueba de paciencia tan difícil como en esos momentos. Una parte en ella, la misma que la mantenía en vela las lunas llenas, quería verlos sufrir. No negaría que su ser racional también lo quería un poco...pero no lo consentiría. No valían la pena.

Al tercer mes, cuando el dolor pasó a furia descontrolada, decidió que era hora de pasar la página. Y si a él, que no tenía ningún punto a su favor, se le hacía fácil buscarse a alguien más cada que quería, ¿En qué batallaría ella, una hermosa veela por quien todos morían?

Y así fue como terminó saliendo con Ben. Después de todo, ella ya lo quería, no debería ser difícil que con el tiempo le gustase... ¿Verdad?

Ese día, 2 de mayo, era su cumpleaños, y como cada año desde que comprendió qué fue la guerra, la fecha no podía provocarle más apatía.

En su familia siempre se esforzaban por disimularlo, pero para ella era evidente que ese día era solemne en el mejor de los casos, y triste para la mayoría. Su tío George y sus abuelos específicamente apenas y podían disimular lo mal que la fecha los ponía, por más que su alegría por ella fuera genuina. Victoire no los culpaba: fue un día traumático de pérdida, tenían derecho a penar.

Esos 5 meses habían sido tediosos, su cumpleaños no sería la excepción.

Aunque quizás sí haría algo diferente ese año: sentía necesario contacto familiar, pero Teddy no era una opción y las gemelas, al ser más chicas, no serían con quienes sentirse en confianza para hablar con claridad. Entonces solo quedaba una opción: tío Fred. La realidad era que muy rara vez pisaba el cementerio de Hogwarts, en parte por miedo, en parte porque realmente no sentía gran apego a su tío, ¡No lo conoció! Solo podía imaginarlo a través de las anécdotas de sus tíos y papá, pero no era lo mismo. Quizás le alegraría donde quiera que esté la visita de su primera sobrina...quizás.

Se sorprendió mucho al ver que alguien ya había visitado a su tío Fred, pues un ramo de flores multicolores reposaba en su lápida, las mismas demasiado frescas como para ser de otro día. Curiosa elección para honrar a un difunto, pensó, creyendo que se trataba de un detalle del arcoíris andante de Ted Lupin. Quizás él había tenido la misma idea más temprano...

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora