Problemas

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- ¿Podemos jugar a las escondidas? ¡Por favor! - pidió Louis a su hermana mayor una vez llegaron a casa.

"Hogar, dulce y desordenado hogar" pensó Victoire con alegría.

-Estoy seguro de que a tu hermana estará encantada de jugar con ustedes, Lou, pero primero, tu mamá y yo debemos hablar con ella, a solas...- Victoire se sorprendió, mas no dijo nada. Sus hermanos, aunque algo molestos, obedecieron y subieron a jugar en lo que los mayores conversaban.

- ¿Qué ocurre, papá? - preguntó Victoire una vez corroboró que habían subido.

"Una de dos: o me van a regañar, o me van a dar una segunda "charla" como a los 11 años... ojalá sea la primera..." pensó Victoire al verlos tan serios, tratando de no sentirse nerviosa.

-Siéntate, ma fille, esto es importante- pidió su mamá mientras se sentaban en el sofá. Ella se sentó frente a ellos, agobiada. Habían hecho exactamente eso hacía 4 años para explicar el origen de los bebés...

- Si van a dar un repaso a cómo llegan los niños y cómo evitar que lo hagan pronto, ¡Me quedo muy claro! –la pareja la miró incrédulos, sonrojándose hasta las orejas mientras que reían.

- ¡No! - su madre fue la primera en responder mientras se calmaba-. ¡No! Ay, Toire...

-...Dices cada cosa, niña...

- ¿Entonces qué hice? – preguntó la rubia, confundida.

-Hija, tú sabes que nos envían tus calificaciones días antes de tu llegada, y el Jefe de Casa se encarga de dejar algunas notas respecto a tu actitud y conducta...-si recordaba a los profesores llenos de papeles que firmar y revisar. Ella jamás sería profesora...

- ¿Reprobé algo? - preguntó aterrada, pues necesitaba muy buenas calificaciones para poder llegar a ser sanadora, y reprobar no era una opción.

-Para nada, princesa. Tú siempre has sido muy aplicada- Victoire suspiró, aliviada, antes de caer en que eso lo hacía más confuso. Si no eran calificaciones ¿Qué sería?

- ¿Qué ocurre entonces? - preguntó ella, no queriendo hacerla de emoción. Sus padres no parecían del todo molestos...solo muy confundidos.

-Toire, tú siempre has sido una buena hija, una buena alumna. Tu madre y yo jamás habíamos encontrado nada en el apartado de observaciones, pero ahora hay tres incidentes... el profesor Longbottom explicó que, si no repercutió en tus calificaciones o no recibiste una amonestación fuerte, fue porque era novedad en ti...

-... Dijo que deberíamos hablar contigo...- continuó su mamá, tranquila-. Y en eso estoy de acuerdo. Graves o no, no quiero que se te haga costumbre, señorita...

- ¿Qué hice?

-Iremos de la menos grave a la peor: faltar a clases sin justificación- empezó su padre leyendo la carta.

- ¡Había una justificación!

- ¿Cuál? – preguntó Fleur, expectante.

"Una bruja que tengo por compañera me hizo una cortada con algo envenenado debido a que rompí una promesa, y el veneno me causó malestar toda la noche y durante dos días..."

-Me sentía muy mal. Si no me creen, pregúntenle a Zade: ella me cuido durante la noche. Tenía fiebre y vomitaba, pero fue mi culpa, pues comí algo que me dio alergia. Estuve bien la mañana siguiente, pero no pude ir a la última clase del día...-confesó a medias, tratando de darles pena. Sus rostros preocupados le dolían, pero el chiste era justificarse.

- ¿Por qué no le avisaste al Profesor Longbottom? ¿O fuiste a la enfermería? – medio regañó su papá, preocupado.

-Porque lo que necesitaba ya estaba en mi cuarto, además, falte a Astronomía, y a esa maestra solo la veo una dos veces a la semana. No me dio tiempo a justificar la falta...- insistió,

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora