Juramento Inquebrantable

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- ¿Me pueden explicar qué hacían en los terrenos de Hogwarts a la 1 de la mañana, y qué le ocurre a la señorita Weasley? - preguntó la directora McGonagall, furiosa, mientras que el resto de maestros en la sala los miraban acusadoramente, cuadros incluidos.

En la Oficina de la Directora estaban los 4 Jefes de Casa: Longbottom, Flitwick, Slughorn y Aurafaux; el Profesor/futuro Director Hopkins, Hagrid, y las sanadoras, Hannah Longbottom y Thalia Shafiq, quienes suplían a Madame Pomfrey debido a enfermedad, y quienes denunciaron el incidente en primer lugar, pues Hagrid los había llevado a la enfermería al ver el estado catatónico de Teddy y Victoire. El semigigante había preferido quemarse y delatarlos antes de volverse cómplice de lo que fuera que les había ocurrido.

- ¿Y bien? - insistió Hopkins, malhumorado.

-Yo tuve la idea de que pasaramos la noche en la Casa de los Gritos- empezó Zade con la cabeza gacha, avergonzada de sus actos-. Victoire y Camille solo aceptaron al ver que iría sola o acompañada. No querían dejarme sola, temían que me pasara algo.

Las rubias no dijeron nada: Victoire por su estado de shock y Camille por el pavor de empeorar su situación con sus padres, quienes la matarían por escuchar lo que había hecho. Zade sabía que los padres de sus amigas, en especial los de Cami, eran mucho más estrictos que los de ella, así que no le costaba tomar la culpa por evitarles el mal rato agravado a ellas.

-...Lo mismo ocurrió acá, con los chicos. Yo estaba ebrio y decidieron que no era prudente dejarme solo para vagar por allí...-empezó Orión, aunque rápidamente Teddy intervino.

-Nosotros elegimos acompañarlo, y si bien fue por esos motivos, al menos yo comprendo que fue mi decisión y desde luego que considero que merezco el mismo castigo que mi amigo...-a McGonagall no le sorprendió ver al señor Lupin asumir su responsabilidad, pues él era así: responsable, justo y buen alumno.

Si bien ese grupito de chicos no eran los mejores portados, no eran malos chicos: eran traviesos, pero no groseros, desordenados, pero no abusones o tan imprudentes. Lo sorprendente era que aquello había ocurrido.

-...El punto es que, al llegar a la Casa de los Gritos, Teddy y Victoire se encontraron con algo horrible...-retomó Camille el punto, incapaz de pronunciar lo que habían dicho. La rubia, muda por la impresión, solo tembló en brazos de Teddy, quien la contenía protectoramente en sus brazos mientras explicaba.

-Encontramos tres cuerpos, recientes. Por las cosas que había allí, creemos que puede estar relacionado con "Mil Rostros".

Hubo un silencio sepulcral en la sala, los más alterados por la mención del asesino fueron Aurafaux y Longbottom, la vena de auror latente al recordar el mediático caso que el escuadrón 13, del que Neville había sido parte, había ayudado a resolver.

-Explíquese, señor Lupin- la voz del profesor Longbottom sonaba más seria que nunca. Fue entonces que se dieron cuenta que era la primera vez que lo veían tan...no contento. Si no lo conocieran, les hubiera dado más miedo.

De todos modos, Teddy relató todo lo que habían visto y vivido, desde lo inusuales periódicos hasta los cuerpos, para horror de los adultos, mientras que Aurafaux encantada una pluma entintada para transcribir todo lo que narraba, Longbottom guiando el relato con sus preguntas. No eran profesores en ese momento, eran aurores.

- ¿Reconoció a alguno de los fallecidos, señor Lupin?

-Annabel Hayes- su voz se quebró un poco, pero se forzó a no llorara para seguir hablando. Luego le lloraría a su amiga-, Tobias Mulcilber, el prefecto de Slytherin...y una mujer...no la alcance a ver bien...

-La profesora Hopkins- murmuró Victoire, recordando a la mujer rubia con mayor nitidez que Lupin-. Se parecía demasiado...

-Pues debió ser parecida. Mi esposa estaba dormida conmigo antes de que me llamaran por su idiotez...

T&V: Antes del beso en el andén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora