Capitulo 51

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JENNIE

Despierto con el exquisito aroma de mi prometida en mis narices, siento que tengo algo muy suave rodeado por mis brazos, lo apego mucho más a mi cuerpo y me percato que es la almohada de Lisa, no puedo evitar soltar una sonrisita boba al inhalar una vez más su aroma, abro con somnolencia mis ojos y veo que Lili no está en su lugar de la cama, con un gruñido me incorporo y quedo sentada, recorro con mi mirada todo nuestro cuarto y no, Lisa no está, recuerdo que después de llegar de conocer a Malai, nos recostamos en la cama a ver una película, pero estaba tan cansada que no me di cuenta cuando me dormí, lo último que vi fue morir a Cedric en manos del innombrable, ya ni sé cuántas veces lo he visto morir, Lisa repite la saga de Harry Potter una y otra vez, increíblemente a pesar de haber visto esa escena millones de veces aún se entristece de sobre manera por ella.

Dirijo mi mirada hacia la ventada para apreciar la linda puesta de sol, pensé que ya sería de noche, al parecer no dormí demasiado tiempo, pero me siento muy descansada, aun no entiendo cómo me agoté tanto esta tarde, si lo único que hice es ver a Lisa como correteaba a Malai por todo el parque. Me salí de la cama dispuesta a buscar y encontrar a mi escurridiza chica, ella debería estar a mi lado, por si me dan ganas de... Bueno de eso. Me dirijo hacia el baño y al no encontrarla, decido ir a buscarla al primer piso, mediante voy bajando las escalares, todos mis sentidos reaccionan ante lo que huelo, este olor es inconfundible, Lisa debe estar en la cocina horneando galletas y no me equivoco, al recargarme en el umbral de la cocina, tengo la hermosa vista del trasero de mi prometida, en el preciso momento que se inclina para sacar las galletas del horno, ella no se percata de mi presencia y continúa lo que está haciendo tan concentradamente con una hermosa sonrisa en los labios, sonrisa que no se ha borrado de su rostro desde que conoció a su pequeña hermana esta tarde, observo fijamente cada movimiento que hace, como su camiseta se eleva y me deja ver su hermosa piel y su firme estomago en el momento que levanta sus brazos para alcanzar una bandeja de uno de los muebles más altos de la cocina, como muerde levemente su lengua mientras pasa las galletas a la bandeja para que se enfríen, gesto que siempre me ha encantado de ella.

Río internamente al ver encima del mueble dos bandejas más, completamente atestadas de galletas enfriándose, me acerco lentamente hacia ella tratando de no hacer ni el mínimo ruido, aprovechó que está de espaldas a mí, ordenando todos los utensilios que ha ocupado para cocinar y rodeo mis brazos alrededor de su estómago, ella al sentirme se sobresalta y voltea ligeramente su rostro, mirándome por encima de su hombro.

-Hola...-le digo coquetamente apegándome mucho más a su espalda, bueno lo que mi prominente vientre abultado me lo permite

-Hola-me responde de igual manera.

-Esas son demasiadas galletas Lili...- le digo divertida señalando las tres montañas de galletas.

-Creí... Que te gustarían y también hice para Malai y Lía...- dijo con las mejillas sonrojadas.

-Gracias...- le di un pequeño beso en su nuca, percatándome de cómo su piel se erizaba por mi contacto. Lili carraspeó su garganta

- Emm... ¿Qui...quieres galletas?- nerviosamente se apartó de mí abrazo y se acercó hacia la encimera, disimuladamente tapando su semi-ereccion. Solté una pequeña risita

-Bueno... -le respondí viendo cómo colocaba galletas en un bol y me lo acercaba. -Malai se parece mucho a ti...- le dije sorbiendo el vaso de leche que me había dado.

-¿Tú crees?- se sentó en el taburete libre al lado del mío.

-Son como dos gotas de agua...- ella me miró con una sonrisa en los labios- ¿Cómo crees que reaccionarán los demás al conocerla mañana?- le pregunte interesada.

Todo por ti -  JENLISA GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora