Capitulo 38

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Emoción y sorpresa es lo que veo en este instante en el rostro de Jennie, claramente está sorprendida por acceder a su petición.

Ella de un momento a otro se voltea y se dirige hacia su armario, remueve la ropa por unos segundos hasta que finalmente vuelve hacia mí con una pañoleta entre sus manos, entrelaza nuestras manos y camina unos pasos hasta situarme al frente de su cama, me sonríe levemente para luego extenderme la prenda que había buscado con tanto esmero, la tomo de entre sus manos y la quedo mirando unos segundos.

-Es para mis ojos....véndamelos por favor- dijo al ver que yo no me había movido de mi lugar, Nini estaba nerviosa, se notaba en su tono de voz y en algunos de sus gestos.

-No...sin vendas- solté de repente, mi novia me miro pasmada, eso sí no lo vio venir, pero sentí que ya es hora, es hora de derribar esta última barrera que he construido a lo largo de mi vida, es hora de mostrarme tal y como nací a la persona que amo, a la mujer que será la madre de mis hijos y mi futura esposa, dejé caer la pañoleta al suelo del cuarto y mire con intensidad a la chica enfrente de mí, ella acercó sus manos a mi mentón y guio mi boca hacia la suya para besarme de la forma más hermosa posible, era un beso en donde me mostraba y me transmitía seguridad, confianza y sobre todo amor, cuando nos separamos del beso, ella comenzó a desvestirse frente a mí, normalmente yo hago eso y me encanta hacerlo, pero no niego que lo que mis ojos ven en este instante es muy erótico, Nini se liberó de sus pantalones quedando solo en su pequeña pantaleta de encaje a juego de con su brassier, que no sé bien dónde lo deje cuando se lo saque, con una sonrisa ladina en el rostro Jennie engancha uno de sus dedos en el borde de su pantaleta, mi mirada no se despega en ningún momento de su acción, lentamente y casi como una tortura fue deslizando su ropa interior por sus hermosas piernas, no pude evitar que un pequeño jadeo saliera de mi boca cuando finalmente la vi completamente desnuda ante mí, con su mirada fija en la mía camino unos pasos hasta quedar lo más cerca posible mío, tomó el borde de mi camiseta y la desprendió de mi cuerpo, hizo lo mismo con mi top, para luego continuar con mis pantalones, los deslizó hacia bajo con cuidado, cuando su rostro llego a la altura de mi estómago, me brindó un dulce beso justo en la parte baja de mi vientre donde comenzaba el borde de mi bóxer, por esa acción sentí un pinchazo de deseo en mi entrepierna, en cualquier momento sentía que explotaría, finalmente quede con una única prenda en mi cuerpo, Jenn ya me había visto de esta forma antes y como todas las veces se mordía el labio al mirar de soslayo mi pene sumamente erecto a través de mi ajustado bóxers, cuando ella hizo el intento de tomar el borde de estos para sacarlo de mi cuerpo, la detuve, pero no porque me haya arrepentido de mi decisión, sino porque quería ser yo la que se deshiciera de la prenda y mostrarme finalmente como realmente soy a ella. Jenn me miro con un poco de arrepentimiento en su mirada.

-Yo...yo quiero hacerlo- rápidamente la tranquilice, ganándome una leve sonrisa de parte de ella. Con la mirada fija en los ojos de mi novia, comienzo a deslizar mis bóxer por mis piernas, la mirada de Jennie en ningún momento se despega de la mía, cosa que me tranquiliza un poco, pensé que esto iba a ser mucho más fácil, pero en realidad muy en el fondo de mi ser aún siento miedo, aunque sea muy pequeño existe, cuando finalmente me desprendo de mi última prenda, quedó completamente desnuda frente a mi novia, Dios mi impulso por taparme mi entrepierna estaba comenzando a crecer ¿Y si le doy asco? ¡Mierda Lisa deja de pensar esas cosas! La mirada de Jennie está fija en la mía, en ningún momento ha bajado la vista para mirarme la entrepierna, Dios quiero cubrirme de alguna manera, pero no debo, lo tengo que hacer por ella, tengo que superar este miedo por ella y lo haré, yo haría todo por ella, Jenn de repente me sonríe levemente y en sus ojos encuentro una mezcla de emoción y orgullo, ella está orgullosa de mí por lo que acabo de hacer, le devuelvo la sonrisa y asiento con mi cabeza levemente dándole permiso para que observe esa parte de mí que tanto he ocultado y estoy casi segura ella estaba ansiosa por volver a ver directamente.

Todo por ti -  JENLISA GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora