capítulo diecisiete

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17. Como una familia

—Ey, frena. Bebes el soju como si fuera agua —la mano de Taehyung se interpuso entre el vaso de Hyunjoo y sus labios. Esta observó a su hermano con el ceño fruncido y fue suficiente para que Taehyung la retirara—. ¿Estás bien?

—No luce bien —dijo Jimin escaneando a Hyunjoo mientras se llevaba un trozo de carne a la boca.

Después de dar vueltas por las calles nocturnas de la zona más fiestera de la ciudad, los cinco habían terminado en un bar de parrilla abierto hasta las dos de la mañana. Lo que significaba que tenían hora y media para devorar toda la comida que pudieran antes de escapar a la orilla del río a seguir bebiendo hasta perder el conocimiento. O hasta olvidar todo lo que había sucedido esa noche.

—Gracias, Park —murmuró Hyunjoo alzando el vaso en su dirección antes de beberlo de un trago.

—Cualquier persona en tu lugar estaría mucho más contenta en su primer día de noviazgo.

—Si estuviera contenta con su noviazgo no estaría en un bar de mala muerte con nosotros, ¿o me equivoco? —Las palabras de Jungkook iban cargadas de veneno. Mordaces.

—No. No, no te equivocas.

—¿Puedo preguntar entonces por qué?

—¿Te importa?

—En absoluto.

—Bien.

—Sí, bien.

El resto de los presentes observaron el breve encontronazo en completo silencio. Entonces fue turno de Jungkook de empinar un vaso cargado de licor hasta el borde sobre sus labios. Se limpió con la manga de la camisa el hilillo que corrió furioso por su barbilla antes de que llegara a su cuello. Hyunjoo sintió sus mejillas arder ante aquella imagen y se obligó a apartar la mirada. 

—Beber sin Min es aburrido —habló Hoseok de repente, rompiendo el tenso silencio.

—Concuerdo.

—Sí, es verdad.

Taehyung y Hyunjoo se quedaron de piedra. Min. Solo había un Min de quien podrían estar hablando. Siguen en contacto con Yoongi pensó Hyunjoo y cuando miró a su hermano y notó el brillo ilusionado en sus ojos se dio cuenta de que él estaba pensando exactamente lo mismo.

—Min es un antiguo amigo nuestro. Del instituto. —Un suspiro melancólico escapó de entre los redondos y grandes labios de Jimin. Se dispuso a explicar al notar los rostros extrañados de los dos hermanos—. Ya no hablamos tanto como antes.

—Lo echo de menos. —Entonces fue turno de Hoseok de suspirar con algo más de dolor que su amigo.

—Estáis muy borrachos. Callaos.

Hyunjoo frunció el ceño ante las palabras duras de Jungkook. ¿Acaso no confiaba en ellos lo suficiente como para hablar de sus amigos en su presencia? Apretó los puños por debajo de la mesa. Si tan solo supieras, imbécil.

—¿Por qué te comportas así? Mira, entiendo que tú no quieras hablar de esos días después de lo que pasó, pero yo disfruto recordándolos. Disfruto pensando en todos nuestros amigos de entonces. Sí, todos. Eso la incluye.

—Hoseok, cállate —masculló Jungkook.

—¡No quiero! Estoy harto de no poder hablar con libertad contigo delante. Ni la censura comunista fue tan dura.

—Ahora sí que suenas como Min —murmuró Jimin. Él seguía centrado en su comida.

Hoseok se puso en pie y salió del local, aunque no fue muy lejos. Aún podían verle desde donde estaban sentados, a través de las puertas de cristal del local.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora