capítulo cuatro

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O4. No estés tan seguro, amigo

Quizá fuera por culpa de la conversación que había mantenido con Taehyung sobre el resto de jóvenes, pero durante los siguientes días Hyunjoo no pudo evitar soñar con el chico de la sonrisa de conejo, así como los demás. Y aunque ella había creído que aquellos sueños la torturarían, hiriendo aún más sus sentimientos, lo cierto era que le habían resultado agradables y casi aliviadores. Recordar todas aquellas tardes de risas, bailes y charlas, habían hecho latir su corazón de nuevo, casi recuperando la calidez y la ternura que caracterizaban a Kim Taera.

Una mañana de lunes, Hyunjoo despertó más sonriente de lo que acostumbraba. Detestaba los lunes, aún más que los miércoles, pero menos que los martes, por ello a Taehyung le resulto extremadamente extraño ver a su hermana sonreír mientras se preparaba el café, o mientras se preparaba para ducharse. Normalmente realizaba todas sus tareas mañaneras con el ceño fruncido y gruñendo cada vez que se tenía que pelear con la máquina de café para hacerse un capuchino. El joven no pudo evitar viendo a su hermana de tan buen humor.

—¿Qué te tiene tan sonriente, hermanita?

—No lo sé.

—¿No lo sabes? —él rio. Le resultaba agradable ver a Hyunjoo siendo tan laxa, mucho más relajada de lo que acostumbrar a vivir.

—Estas últimas semanas he dormido mucho mejor, y me he despertado de mucho mejor humor. No sé por qué es. Quizá sean esas nuevas vitaminas que compraste.

Hyunjoo nunca había sido una persona que recordase sus sueños. Para ella todo lo que sucedía mientras dormía, permanecía ahí, en sus sueños. Para ella eran las vitaminas, no los recuerdos, lo que la estaban haciendo sentir tan bien.

—¡Te dije que te ayudarían! La anciana de la tienda no mintió.

—Ya, ya. Tenías razón. ¿Contento?

—Mucho.

Hyunjoo le dio un sorbo a su café negando con la cabeza. Se reposó en la encimera, admirando a su hermano comer. Antes de que pudiera controlar sus movimientos, su mano ya se había hundido entre su fino pero abundante pelo. El chico la admiró con el ceño fruncido, no acostumbrado al trato tan cariñoso por parte de Hyunjoo. Taehyung sabía que su hermana lo quería más que a nadie, pero también sabía que, por las circunstancias en las que había crecido la chica, no habituaba realizar muestras de cariño como aquellas. Aún podía recordar la primera vez que le dijo "Te quiero", así como lo mucho que le costó articular unas palabras tan simples como esas.

—Te queda muy bien ese color de pelo, Tae.

—Gracias...

—Casi pareces un modelo.

—Gracias. Tú también estás muy guapa de rubia.

Pocos días atrás, los dos hermanos habían acudido a una peluquería cercana, poco frecuentada. A Hyunjoo le habían ofrecido un papel para una nueva obra y la característica principal de su personaje era su cabellera rubio platino. Había pensado rechazar el papel, y, aunque desde la compañía le habían propuesto utilizar una peluca, Taehyung había hecho uso de su arma más peligrosa y había convencido a Hyunjoo de que aceptara ese papel y se tiñera el pelo. La labia del joven era un arma de doble filo, pues podía encandilarte y acompañarte durante tus peores momentos, convenciéndote de que todo estaría bien; pero también podía arrastrarte a una peluquería de mala muerte donde podían quemarte el pelo por un precio demasiado alto.

—Sorprendentemente no se me ha caído tanto pelo como esperaba.

—Me alegra oír eso. ¿Imaginas que apareces en escena completamente calva? Sería un buen choque para la audiencia.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora