capítulo treinta

227 35 4
                                    

30. feliz navidad

Dos días antes de Navidad, nevó por primera vez en la ciudad. Y Taera, Taehyung, y los demás chicos se reunieron para celebrarlo. La ahora esposa de Seokjin se había unido también y Taera había descubierto que, además de ser una de las personas más amables y cariñosas que había conocido jamás, era realmente el alma gemela de su amigo. Dahae ccompletaba los chistes malos de su marido, se reía mientras los demás solo negaban con una sonrisa en los labios, le recolocaba el flequillo incluso cuando los dos estaban en medio de una conversación con alguno de los otros chicos.

Mientras Dahae y Taera hablaban sobre cómo los recién casados se habían conocido, o cómo Seokjin le había pedido matrimonio de la manera más romántica y típica de Seokjin, Jungkook no se había separado de Taera. Ya fuera con una mano en su cadera, trazando círculos y formas abstractas, o apartándole el pelo de la cara y ordenándolo sobre su hombro, Jungkook necesitaba sabr que seguía ahí, el contacto nunca siendo suficiente. Taera no había protestado en ningún momento tampoco. Como él, agradecía el recordatorio de que aquello era real.

Llegado el momento, Jimin llamó a su amigo para que lo ayudara a poner la mesa en la casa de Seokjin, donde cenarían todos juntos. Una vez a solas, Dahae tomó las manos de Taera y les dio un apretón suave acompañado de una de las sonrisas más bonitas que Taera había visto jamás.

—¿Cuándo os toca a vosotros?

—¿El qué? —preguntó Taera siguiendo la dirección de los ojos de la otra mujer. En el salón, Taehyung y Jungkook hablaban alegres mientras terminaban de ordenar las copas y los cubiertos. Al notar dos pares de ojos sobre él, Jungkook miró por encima de su hombro en la dirección dónde había dejado a Taera. Le dedicó una sonrisa tan amplia que sus ojos se cerraron, y Taera habría podido jurar que su corazón dio un vuelco o tres.

—La boda. ¿Cuándo vais a celebrarla? —Taera rio incómoda y negó levemente, haciendo que Dahae frunciera el ceño.

—Siento decepcionarte.

—¿Por qué dices eso? He visto cómo te mira, cómo le miras tú a él. Taera, cielo, os queréis.

—Oh, eso no lo dudo. Pero el universo nos ha dejado bastante claro que no tiene intención de dejar que seamos felices juntos.

—¿Por qué dices eso? —Taera se encogió de hombros, parpadeando y rezando por que el escozor de sus ojos fuera simplemente algo pasajero, una señal de que tenía la vista cansada y no un aviso de que estaba punto de desmoronarse frente a Dahae—. Oh, cielo...

Acogiéndola entre sus brazos, Dahae le prometió que todo estaría bien. Y, por una vez, Taera se permitió ser ingenua e ignorar todas las señales de que la situación iba en todas direcciones menos en la correcta. Simplemente confió en Dahae, en su voz dulce susurrándole mentiras dulces y sus manos delicadas acariciándole el pelo.

Dos días después, el teléfono comenzó a sonar desde la cocina mientras Taera terminaba de acomodar el mantel decorativo sobre la mesa del comedor. Habían decidido tener la cena de Navidad en casa de los hermanos Kim, a pesar de que había quedado claro la última vez que aquel salón era demasiado pequeño para todos. Por ello, Taera estaba poniendo la mesa para nueve, mientras Taehyung había ido a comprar más bebida.

Taera sonrió al ver la pantalla de su teléfono iluminarse con el nombre de Namjoon.

—¿Cuándo llegaréis? —Fue lo primero que preguntó ella al descolgar.

—Taera...

Y fue ese tono, la leve vibración en la voz de su amigo, como si le diera pánico la reacción de Tarea cuando le diera la noticia.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora