capítulo veinticuatro

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24. unos acordes

Taera se mordió el labio inferior, los dedos danzando sobre el teclado en la pantalla de su teléfono sin llegar a rozar una sola letra. No había manera de endulzar lo que estaba a punto de hacer. No había táctica lo suficientemente delicada, ni lo bastante cálida para pronunciar las palabras que se moría por expresar.

Venga, tú puedes intentó alentarse, pero sus dedos permanecieron inmóviles. Y antes de que pudiera martirizarse por ser una cobarde, la pantalla se encendió con la notificación de una llamada entrante. Tomando una bocanada de aire, deslizó el dedo por la pantalla, y tragando duro se lo llevó a la oreja.

—Ey, cariño. ¿Estás libre esta noche?

—De hecho, estaba a punto de ponerte un mensaje, Junhee. —Mentirosa. Ni siquiera has podido escribir un simple "Hola"—. ¿Podríamos vernos ahora?

—¿Ahora mismo? Eh... No estoy seguro. Me llevará un tiempo ducharme y vestirme. Te veo en media hora en...

—Estoy frente a tu casa.

—¿Oh? Sí que tenías ganas de verme. Sube, entonces. Te sabes el código de la puerta.

—Sí. —respondió Taera a pesar de que no era una pregunta.

—Bien, pues te espero aquí. Voy a preparar algo de cena.

—Junhee, no me voy a quedar mucho rato. —Hubo unos tensos segundos de silencio en la línea.

—¿Pasa algo?

—Ahora hablamos. —Y colgó sin darle la oportunidad de responder.

Hyunjoo subió los escalones hasta el tercer piso con pesadez y el corazón latiéndole en la garganta. Podría haber elegido el ascensor, pero necesitaba tiempo para prepararse para lo que estaba por venir. Junhee la estaba esperando en la puerta de su apartamento y abrió los brazos deseoso de que su novia le correspondiera al verlo.

No lo hizo.

—¿Está todo bien?

Hyunjoo observó el delantal que Junhee había atado alrededor de su cintura y sus cabellos despeinados. No le pasó desapercibido el hecho de que no llevaba camiseta.

—¿Podemos hablar?

—Claro. Pasa. Estaba a punto de empezar a preparar la cena. ¿Quieres algo de beber? Tengo vino, cerveza... Refresco de naranja y de limón. ¿Agua? —Hyunjoo negó. Junhee sintió su corazón detenerse cuando notó que no le había seguido al interior del hogar, que se había quedado anclada al recibidor, sus zapatos aún puestos—. No. Hyunjoo, no.

—Junhee...

—No lo digas. Sea lo que sea que has venido a decir, no lo digas. Cena conmigo. Bebe conmigo. Lo que sea, menos hablar.

—Es para lo que he venido.

—Lo sé. Pero no quiero oírlo. —Junhee se cruzó de brazos, sus bíceps marcándose con el gesto. Hyunjoo apartó la mirada cuando se dio cuenta de que Junhee la había notado.

—Ni siquiera sabes lo que voy a decir.

—No soy estúpido, Hyunjoo. Sé que crees que lo soy, pero no.

—No creo que seas estúpido, Junhee. Jamás lo he pensado.

Irritante, sí. Algo pesado, también. Pero nunca estúpido.

—Hyunjoo —susurró él, y casi sonó como una súplica—. Por favor, no me hagas esto. Estos meses contigo han sido lo mejor que me ha podido pasar en la vida. ¿Para ti no? ¿Qué ha sido? ¿Qué ha fallado? Dime qué debo cambiar o mejorar y lo haré. Por ti puedo hacer cualquier cosa.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora