capítulo veinte

224 38 8
                                    

20. la peor pesadilla de taera

La alegría y la emoción en el rostro de Taehyung cuando su hermana le habló de la invitación de Seongmi fue tal que Hyunjoo se dijo a sí misma que valdría la pena cualquier desastre que pudiera surgir de aquella dichosa cena.

Porque algo malo iba a pasar, de eso estaba convencida.

—¡El grupo al completo, reunido de nuevo! No me lo puedo creer, Taera. —Había celebrado Taehyung mientras se terminaba de abotonar la camisa y corría de un lado a otro con un zapato puesto y un calcetín colgando del bolsillo trasero de sus pantalones.

—Necesito que te tranquilices, ¿sí? Se supone que tenemos que mantener la compostura.

—¿No confías en mí? —Hyunjoo alzó una ceja, la que había estado perfilando hasta hacía segundos—. Te prometo que me comportaré.

—Bien. Gracias.

Cuarenta minutos después ambos hermanos Kim viajaban en completo silencio en el coche de Junhee, el mayor de los dos con la mirada perdida más allá de la ventanilla trasera, el ceño y los labios fruncidos en una mueca asqueada que había permanecido perenne desde que había visto a su hermana besar a su novio.

Se sentía mal por odiar su relación. Se sentía como un completo egoísta desagradecido. Debería estar alegre por ver a su hermana feliz, con alguien que la amaba como merecía a su lado, recibiendo el cariño y el calor que le había sido negado toda la vida.

Pero Junhee no era el hombre. Simplemente no lo era. Y por mal que se sintiera por él y por lo duro que le resultaría recuperarse del golpe cuando Hyunjoo rompiera con él -se le notaba enamorado de la joven, más de lo que le convenía- no era con él con quien quería ver a Hyunjoo construir una nueva vida.

Taehyung negó con la cabeza cuando vio la mano del joven actor viajar al regazo de su hermana, aprovechando un semáforo en rojo. Rodó los ojos cuando vio como ella se sonreía mostrando más dientes de los que realmente quería. Casi vomitó cuando, una vez más, Junhee se inclinó y depositó un suave besó sobre los labios de Hyunjoo.

—Hueles muy bien —murmuró sin llegar a separarse.

—He usado el perfume que me regalaste.

—Sabía que te gustaría. Huele a... obra de arte.

—¡Oh, por Dios! Shakespeare, el semáforo está en verde. ¿Te importaría dejar de manosear a mi hermana pequeña y seguir conduciendo?

—Hyunwoo —advirtió ella con tono severo, pero Junhee sólo rio y regresó las manos al volante.

—Tiene razón. Yo también odiaría ver a la novia de mi hermana coquetear con ella delante de mis narices. —Taehyung gruñó con aprobación—. Lo siento, tío.

—Está bien.

Ninguno de los tres volvió a hablar en el resto del viaje. Y las manos de Junhee permanecieron en el volante durante el resto del trayecto.

Las manos de Hyunjoo no cesaron de temblar hasta que las escondió en los bolsillos de su abrigo. El agarre de Junhee alrededor de sus hombros resultaba algo reconfortante, y la emoción que emanaba Taehyung fue suficiente para que su corazón desbocado regresará a un ritmo medianamente normal.

Todo estará bien, Taera. Todo estará bien.

Pero el cielo estaba cubierto de nubes, los oídos aún le pintaban y por un segundo pudo jurar que su corazón había dejado de latir durante al menos un minuto entero.

Las cosas estaban muy lejos de ir bien.

Y la noche solo deparaba más problemas.

—¡Al fin! —gritó Seongmi cuando abrió la puerta del piso y recibió a su amiga, arrancándola de los brazos de Junhee. El joven permaneció perplejo en el umbral de la puerta, hasta que Taehyung le dio un par de palmadas en la espalda, adelantándose y entrando en la casa de su amigo de la infancia.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora