CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔

capítulo dos

O2. Yo no estoy muerta

Tal y como el director Choi lo había anunciado la noche pasada, a las seis en punto de la tarde dio comienzo la reunión en su pequeño despacho. Normalmente, solían reunirse en el teatro, aprovechando los últimos minutos antes de comenzar los ensayos, por ello a Hyunjoo se le hizo extraño estar sentada en una de las dos únicas sillas frente al escritorio del hombre. Aquella habitación podía alojar a cuatro personas a duras penas, pero lograron encajonar a gran parte del equipo, dejando a tan solo un par de rezagados que habían llegado tarde, escuchando a través de la puerta.

A más de uno podría resultarle extraño pensar que tenían que reunirse en esas condiciones cuando ayer mismo se anunció que la última temporada había llegado a recaudar grandes números de dinero —cuando hablan de grandes, quieren decir de más de lo que habían recaudado con sus anteriores obras—, pero para los trabajadores de la compañía de teatro del señor Choi era más que normal. El director nunca había sido un hombre extravagante, más bien alguien con alma antigua. El señor Choi no desperdiciaba su dinero en despachos con mobiliario moderno y sobrio o grandes oficinas. Le gustaba su despacho con muebles con más años que él, archivadores repletos de papeles y archivos que fácilmente podrían ser informatizados para ahorrar espacio. Pero prefería invertir todo ese tiempo y dinero en sus empleados. Fue por eso por lo que se convirtió en una figura muy importante para muchos de los que trabajaban con él. La gran mayoría de los actores que Choi había contratado rozaban los treinta años, no más, y muchos de ellos, los más veteranos, llevaban casi diez años trabajando con él. Todos ellos coincidían en algo, y es que el señor Choi se había convertido en mucho más que un jefe; algunos veían en él un amigo, un confidente; otros tantos encontraban en él una figura paterna. Este era el caso de Hyunjoo, quien había empezado a trabajar para él hacía tres años. Poco tiempo después del regreso de los dos hermanos a Corea del Sur, la joven había encontrado un anuncio que pedía participantes para una pequeña obra de teatro y el sueldo, aunque no era demasiado, era más que suficiente para mantener a Taehyung y a ella misma por un tiempo. Lo que ella no sabía es que, aquel iba a terminar siendo el oficio de sus sueños.

—Veo que algunos de vosotros aún seguís siendo presas de la resaca —soltó el más longevo de todos los presentes observando a los más jóvenes del equipo—. Os dije que os arrepentiríais de pedir una ronda más.

—¡Pero si nos invitó usted!

—No levantes la voz, Lee —regañó a Junhee—. Harás que le explote la cabeza a alguno de tus compañeros.

Hyunjoo alzó la mirada por encima de su hombro solo para encontrarse a los hermanos Nam con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido. No sabía si estaban a punto de caer dormidos o de vomitar. Enseguida, la mayor de los dos hermanos abrió los ojos y le dio un zape a su mellizo para que espabilara. Este se reincorporó de mala manera, aunque intentando fingir normalidad.

—Sabed que solo os perdonaré esta clase de comportamiento porque soy consciente de que ayer fue una noche importante para todos. Pero a partir de hoy espero recuperar la normalidad y regresar a la seriedad y profesionalidad que tanto me gusta de vosotros. ¿Sí?

—Sí, señor Choi —hablaron todos al unísono.

—Bien, así me gusta. Ahora me gustaría hacer un repaso rápido de las críticas y apuntes que nos han llegado de mano de algunos de los mejores críticos de teatro de la ciudad. Quitad la cara de susto, para sorpresa de todos solo hemos reunido un doce por ciento de malas críticas. Lo cual es sorprendente, teniendo en cuenta la recepción de la anterior temporada.

El año pasado, con la obra "Dios está muerto" recibieron la peor de las bienvenidas después de su periodo de descanso, y el desagrado y el odio durante los diez meses de promoción. Al parecer, según las críticas de los espectadores en internet, el discurso que compartía era demasiado radical y faltaba al respeto a las ideas religiosas de la ciudadanía. Hyunjoo lo consideraba una ridiculez. Durante toda la obra tan solo aparecían tres personajes, cada uno implorándole a los cielos ayuda en determinadas circunstancias y con problemas muy específicos —una mujer atrapada en un matrimonio en el que reinaban los golpes y los insultos pedía ser rescatada de aquel calvario; un estudiante que era acosado diariamente por su sobrepeso, deseaba acallar las voces que lo martirizaban cada noche pidiéndole que pusiera fin a su tortura; y, finalmente, una joven que rezaba cada noche pidiéndole a ese Dios del que tanto le había hablado su madre, que, por favor, pusiera fin a la pobreza en la que ella, su hermano y su madre vivían día a día—. Sin embargo, ninguno de ellos obtenía respuesta, porque, después de todo, no había nadie que los escuchara más que las paredes de su cuarto. No había nadie que chasqueara los dedos y acallara sus llantos, sus súplicas; que detuviese los golpes, el dolor, la tortura.