capítulo dieciséis

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16. Quizá podamos intentarlo

Definitivamente, hacía demasiado tiempo desde que Hyunjoo había salido de fiesta de una manera tan salvaje. Estaba acostumbrada a cenar en bares poco frecuentados, una buena ración de carne de cerdo a la parrilla un par de cervezas, quizá alguna bomba de soju, pero poco más.

La discoteca que el equipo de bailarines le había recomendado a Junhee como lugar de reunión era mucho más ruidosa de lo que el alma antigua de Hyunjoo podía soportar. Había gente bailando y contorneándose a todos los niveles de altura; en la pista de baile, sobre los cubos luminoso extendidos por esta misma; en la primera planta, algunos y algunas valientes se atrevían a hacer pole dance en las alturas.

La joven Go tuvo que parpadear un par de veces para acostumbrar la vista a las luces moradas y verdes que salían despedidas de dos cañones girando en todas direcciones. Bajo sus pies resonaba la pista de vidrios luminosos, tintineando al ritmo de la música con la que el DJ jugaba.

—¡Preparaos! Ha llegado papá Junhee —aulló este mientras se hundía entre los cuerpos sudorosos de la pista de baile.

—Ven, vamos a buscar una mesa algo más privada.

Seongmi tomó a Hyunjoo por el brazo, notando lo perdida y tensa que lucía su amiga. Su rostro se había mantenido consternado desde que habían dejado los abrigos en la entrada y se habían adentrado en la sala luminosa y ruidosa.

—Realmente hace mucho que no sales de fiesta, ¿eh?

—Mucho, sí.

—No pasa nada, Hyunjoo. No creas que tienes que ser como Junhee para disfrutarlo. Tú solo... Estate cómoda, bebe, o no, como prefieras, y disfruta de la música, de la compañía. Soy mucho más graciosa borracha de lo que ya lo soy sobria.

—También es mucho más pegajosa. No te extrañe si te besa o te abraza cuando lleve un par de copas de más —habló Jungkook mientras se dejaba caer sobre un sillón mullido tapizado de un cuero morado tal pálido que parecía gris.

—Eso no debería preocuparte. Beso muy bien —aclaró Seongmi mirando a Hyunjoo fijamente al tiempo que se sentaba sobre el regazo de Jungkook.

—Es verdad.

—Preferiría dejaros eso de los besos a vosotros. —Hyunjoo aún estaba sorprendida por la manera tan abierta y extrañamente familiar en la que Jungkook había comenzado a tratarla.

—Tú te lo pierdes. —Acto seguido Jungkook se inclinó sobre su novia y comenzó un beso capaz de demostrarle a la tercera que lo que decían no era una exageración.

—Ya, bueno, voy por algo de beber. Lo voy a necesitar.

Ninguno de los dos dijo nada en contra. Hyunjoo se puso en pie y se dirigió a la barra, donde pidió amablemente una cerveza. Casi por instinto buscó a Taehyung a su alrededor, esperando ver su mueca desaprobatoria, pero él aún no había llegado.

—¿Ya te han repudiado, Hyunjoo-ah? ¡Ah!

Junhee se frotaba la frente, donde Hyunjoo acababa de golpearle con dos de sus dedos. No es que no quisiera hacerle daño, es que no quería armar un revuelo y que terminaran echándola del local antes siquiera de haber empezado la fiesta.

—Tengo lengua y puedo hablar por mí misma. Igual que tengo manos y no dudaré en usarlas la próxima vez que vuelvas a llamarme de ese modo, Junhee. ¿Estamos? —Él solo asintió.

—Bien. Me alegra haberlo aclarado de una puñetera vez. ¿Por qué no te vas a ser el rey de la fiesta por ahí?

Junhee guardó silencio durante unos segundos, observando a su compañera de trabajo fijamente. Sin que ella pudiera notarlo, él avanzó un paso y recostó su peso sobre la barra. Hyunjoo le dio un trago a su vaso.

CAUGHT IN A LIE » jeon jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora