Capitulo ST 9

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Capitulo nueve

Louis

Salí corriendo de esa habitación. ¿Pero que mierdas fue eso? Fue como besar a mi hermana pequeña. Nunca había encontrado a Holly una persona a la que quisiera besar. Siempre la vi tierna he inocente. Las manos me temblaban con desesperación. No sabía cómo explicaría esto. Esperaba que nadie se enterara jamás. Tenía que quedar enterrado en alguna parte de mi subconsciente para no sentirme mal la próxima vez que la viera.

Regrese a la fiesta he intente comportarme como el idiota que era. El que todos querían imitar. Tomándole la mano a Tamy, ignore el hecho que acababa de besar a mi prima, mi hermana.

Desperté con un dolor de cabeza infernal. Recordaba poco de lo que había pasado en la noche. Después de besar a Hol, me dedique a tomar como estúpido para olvidar ese beso tan increíble. Recordar sus labios gimiendo de deseo, la desesperación de sus gritos pidiendo más. El aroma a algodón de azúcar. ¡Mierda! Pero que estúpido.  

Removiéndome en la mierda dura que tenía en la espalda, caí en la cuenta que estaba tirado en el pasillo frente a la habitación de Holly. Rees estaba a la par mía aun en su quinto sueño. Me debatí el tocar la puerta para ver si todo estaba bien, pero en ese instante esta se abrió.

Holly se quedó parada con los ojos muy abiertos. Los pantalones cortos de pijama no dejaban nada a la imaginación y la camisa blanca sin mangas marcaba sus pezones parados. La chica no tenía sostén ¡Genial! Si no quería pensar en ella como algo atractivo, aquí se cagaba todo.

— ¿Hol? —pregunté viéndola de pies a cabeza. Algo cambio en la forma en como la veía y eso no era para nada bueno. Tenía que alejarme.

—Ammm… ¿Dormiste en el pasillo? —dijo sorprendida.

—No recuerdo nada…

— ¡¿Qué?! —se cruzó de brazos —. Olvídalo.

Dando media vuelta cerró la puerta dejándome sentado en el suelo frente a la puta puerta. Estaba a segundos de exigir una explicación, pero Rees se empezó a remover en el suelo. Estiro una pierna, luego la otra. Retorciéndose como siempre lo hacía.

— ¡Mierda Lou! —dijo sentándose a mi lado —. La próxima vez que quieras hablar con mi hermana y ella te ignore, no te voy a acompañar. ¡Que calor más mierda!

— ¿Ignorar? ¿De qué diablos estás hablando? —me puse de pie al tiempo que le daba las manos para que el también lo hiciera. Era hora de ir a su habitación y tirarnos a dormir por horas con el aire acondicionado al máximo. Había mucho calor, aunque estaba seguro era por la resaca que cargábamos.

—Te paraste aquí a lloriquearle a Holly, exigiendo que abriera la puta puerta. Incluso me amenázate con que no podía entrar contigo. Que tenían que estar solos.

Me pare a medio pasillo para ver a mi amigo a los ojos. Esto tenía que ser una broma. La última vez que le pedí que se quedara fuera, fue en casa de Tamy. Tuvimos sexo rápido y desenfrenado. Rees había esperado pacientemente por mí, aunque se rio durante horas de los gritos de Tamy. Negué con la cabeza esperando a que el no malinterpretara mis intenciones.

—No piensas acostarte con mi hermanita ¿O sí?

— ¡¿Qué?! ¡Mierda, Rees! No pienso acostarme con Holly. ¿Qué mierdas tienes en la cabeza?

Rees soltó una carcajada caminando a su habitación. No quedaba muy lejos. Cada gemelo tenía su habitación en el mismo pasillo, eran inseparables. Sobando mi cabeza con desesperación, lo seguí adentro. Todo estaba en orden como siempre. Nunca vi esta habitación desordenada. Si algo tenía Rees en esta mierda, era que todo debía estar en su lugar. Muy al contrario de mi habitación que era un desastre. 

SIEMPRE TÚ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora