Capitulo ocho
Finalmente el día llego, dieciocho años eran gran cosa en la elite. Se adquirían nuevas responsabilidades, nuevos cargos y sobretodo la elección. Maldita elección. Antes no estaba asustada por eso. Ya sabía con quién iba a pasar mi vida. No había tenido ni una solicitud ya que Adam me había reclamado de él desde hace tres años. Después de cinco días sin hablarle, ya no estaba segura si su carta para solicitar mi mano llegaría. Ya no sabía siquiera si llegaría a hablar con papá como siempre lo habíamos planeado. Nada era igual a como lo pensé hace mucho tiempo. Las cosas eran diferentes.
Me levanté para encontrarme a mamá, papá, los abuelos, mi tía Ash con Connor y su insoportable hija pequeña. Mi prima Bri no estaba, no sabía si agradecerlo o no. Era una pesada. Rees ya estaba abrazando a todos recibiendo las felicidades de todos. Deje que todos me abrazaran y me felicitaran al tiempo que alguien me tapaba los ojos jalándome a su pecho. Sentí una respiración en mi oído. Su aroma a jabón y algo masculino me hizo reaccionar.
—Adivina quién soy, princesa —Me tape la boca como siempre lo hacía al reír.
— ¿Adam? —respondí entre risas.
Louis me soltó de inmediato dándome media vuelta para que quedar frente a frente. Tenía el ceño fruncido y estaba notablemente molesto por mi comentario. Quise soltar una carcajada pero verlo con la camisa blanca de botones, sus vaqueros y esa cara de recién levantado me tenían atónita. Tengo que dejar de pensar en él. Esto no me va a llevar a nada.
— ¡Caíste! —le grité dándole un empujón.
—No es gracioso, Sisi. Sabes que lo odio —dijo con un puchero. Llevándome a sus brazos, me resguardo en su calido abrazo. Me sentía segura en ellos, me sentía en casa —. Feliz cumpleaños.
—Gracias —susurre de regreso.
Regresando a mi familia, abrace a tía Mary. En la mesa había un gran pastel de chocolate, como era costumbre. Los nombres de Rees y el mío se leían a la perfección en caramelo.
Ash alababa a sus hijas, Rees jugaba con la pequeña dándole vueltas y todos los demás intentábamos ignorar a la hermana de mi madre. Era la rutina de siempre. Louis se sentó junto a mí contándome de su última competencia en natación. Tenía años de no ir a verlo entrenar, quizá ya iba siendo tiempo de que fuera a verlo. No era por verlo sin camisa, era solo por el amor al deporte. Lo juro.
No dejaba de admirar a Louis, sus ojos grises eran el poema más antiguo y romántico. Así de estúpida me sentía, quizá William Shakespeare estaba escribiendo los diálogos de mi mente, porque en estos momentos me daba incluso pena. ¿Desde cuándo soy tan romántica? Esas cosas nunca me pasaron por la mente con Adam. Debe de ser algún tipo de problema psicológico que me está empezando a surgir, quizá la tía Ash tenga razón y necesite ir al doctor que me examine la cabeza.
Después de un desayuno nada saludable, me levanté de la mesa despidiendo a todos. Necesitaba mi masaje y mi terapia de belleza. De esa rutina ya se encargaría la abuela y mi madre. Papá siempre decía que no necesitábamos nada, pero hasta Rees se tomaba la idea al spa como compromiso propio. A veces creía que a mi hermano le quedo la parte femenina que a mí me faltaba. Se cuidaba muchísimo y eso era bueno hasta cierto punto. Las mujeres caían a sus pies.
El día pasó rápido. Soñé durante mucho tiempo el día que cumpliera dieciocho y lograra más independencia. Finalmente podía escoger mi carrera universitaria, mi rumbo de vida, manejar mis finanzas y sobretodo... tener un Agapí. Aunque eso no era nada ahora. No cuando Adam me ignoraba. Todos los años era el primero en llamar o estar en casa al amanecer para llevarme rosas o algún súper detalle. Esos año de jurar amor eterno se habían acabado. Unos días después de mi cumpleaños diecisiete fue el primer ataque de histeria de Adam. Estábamos muy asustados, tanto él como yo. No podíamos creer que me hubiera pegado una bofetada. Recuerdo el dolor que se esparcía en mi pecho y en mi corazón. Ese día Adam lloro por horas pidiendo disculpas. No dude ni un minuto para perdonarlo. No tenía la culpa de lo que le pasaba. El problema vino meses después cuando se volvió una rutina.
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SIEMPRE TÚ ©
RomanceDE VENTA EN LIBRERÍAS POR NOVA CASA EDITORIAL Sinopsis: SEGUNDA PARTE DE LA SERIE "LOS HAMILTON" Holly Hamilton es una chica con sueños e ilusiones, un novio bastante popular, una familia increíble y un futuro muy prometedor como actriz y modelo. ¿Q...