Capitulo ST 14

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Holly

Definitivamente odio las despedidas. Ayer por la mañana, Louis y Rees salieron para Mykonos. Lo que más odie de ese momento, fue ver a Tammy en el aeropuerto despidiéndose de él. Había acompañado a mi madre a dejar a Rees con la excusa de ver a Louis. Ahora estaba arrepentida. En lugar de recibir un adiós cariñoso con esa mirada de “te deseo” en los ojos, se despidió con un “Nos vemos, Sisi. Pórtate bien en España” ¡Maldición! Lo había odiado. Sin mencionar que tuve que verlo besar a Tammy de despedida. Ella le tomaba el brazo sobándolo de arriba abajo. Viéndolo a los ojos de la manera en que me gustaría que me viera. Incluso podía ver que él no estaba tan entusiasmado con todo esto.  Una parte de él quería tenerme solo a mí, al menos eso quería creer yo.

Desde esa despedida tan poco significativa, no había hablado para nada con él. Estaba segura que tenía señal en su teléfono, muy por aparte, no quería prenderlo. Su última conexión fue ayer cuando aún estábamos en el aeropuerto. Rees, por su lado, si se comunicó para contar que todo estaba bien. Eso solo me dejaba segura que Louis no quería hablarme. Esperaba que fuera algo general y no algo solo conmigo.

Tomando la mano de Adam, decidí no pensar en eso. Me concentraría en todo lo bueno que tenía la vida, al menos ahora. No quería pensar en este sentimiento que se formaba en mi pecho por Louis y mucho menos en lo mal que todo esto saldría. Necesitaba arreglar mi relación con Adam. Durante el vuelo, me sentía muy mal por como lo engañaba. Pensé en Tammy también, una parte de mí no podía seguir con esto, de seguro Lou pensaba lo mismo. Lo vi en sus ojos al momento de despedirnos. Una mirada de Tammy a mí. Una que reflejaba el arrepentimiento que sentía por ella. Lou no era malo, debe de ser eso. Se estaba arrepintiendo de engañarla al igual que me estaba pasando a mí.

—Playa —dijo Adam —. Primero vamos a la playa. Necesitamos un poco de sol.

—Sol, arena y mar —le asegure con una sonrisa en los labios.

—Luego te voy a hacer mía durante horas. Vas a pedir perdón por todo este tiempo que no he pasado dentro de ti —me aseguro.

¡Joder! No quería estar con él de esa manera. No podía. Estaba en estado de negación de tener relaciones con alguien más. Le pertenecía a Louis… olvídenlo, le pertenecía a Adam, ese era mi destino. Ahí debería de estar. No pensando en otro hombre, eso era completamente enfermo.

Entramos a la habitación. Adam pidió una suite bastante grande. Una que incluía un jacuzzi en la terraza, vista al mar y una gran cama con edredón blanco. La decoración era muy simple, con un par de cuadros de playas y atardeceres. La salita que estaba cerca de la terraza era en color tierra, bastante moderna. Al salir al pequeño balcón, el jacuzzi a la derecha estaba aún tapado con una nota que avisaba como se debía usar. Del lado izquierdo, una mesa de madera clara con cuatro sillas a juego.

Definitivamente la habitación era bastante bonita, sin mencionar la vista que tenía el hotel Villa del mar. Desempacamos con música sonando en el alta voces, Adam tenía excelente gusto en música, de lo poco que compartíamos. Algo que con Louis no era tan compatible, sus gustos eran un dolor de cabeza.

Tomé mi ropa de playa, caminando al gran baño, todo en blanco, con una tina, una bañera, un retrete y dos lavamanos bastante grandes. Cualquiera diría que esta habitación era una exageración, pero era totalmente mi gusto. Adam me conocía a la perfección, lo grande y elegante era mi gusto. Quitarme la ropa frente a mi Agapi nunca fue un problema, siempre tuvimos mucha libertad con enseñar nuestros cuerpos, eso era antes que me empezara a pegar, después de eso, no dejaba que me viera sin ella. Menos ahora que sabía lo que había hecho con Louis. Una parte de mi sentía que podía leerme la piel.

— ¿No te vas a poner nada encima del traje de baño? —dijo Adam colocándose su pantaloneta.  

—Sí, el vestido amarillo —señale la cama.

SIEMPRE TÚ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora