SIEMPRE TÚ ©

Capítulo ST 37

Capítulo 38

Louis:

Me recosté en la silla viendo como pasaban las imágenes de tipos de células, era una clase básica en la que tendríamos que aprender a diferenciarlas en los microscopios. No era complicado, era muy bueno en esto, me gustaba todo lo que tuviera que ver con mini partículas. Pasaba leyendo acerca de ellas bastante, me gustaba porque me fascinaba ver lo que no se podía ver a simple vista. Cada día que pasaba, donde no pensaba en que un cuerpo me podía dar asco, más acostumbrado estaba. No hay secreto detrás de la ciencia y muchos profesores decían que tenía el don médico, muchas veces lo dude, pero viéndome ahora frente a un espejo, las dudas habían desaparecido.

La mayoría de mis clases en Harvard eran básicas, o muy avanzadas, nada que no hubiera visto en mis clases en Inglaterra. Todo estaba fríamente calculado para no sentir el duro cambio. Los profesores eran amables y bastante comprensivos. Sabían explicar y poner las cosas en contexto. 

Cerré mi cuaderno cuando el profesor anuncio que la clase termino, camine junto a Clarisa y Bennett, los dos iban en primer año, eran pareja desde inicios de ciclo. Eran buenas personas y me sentía a gusto junto a ellos. Incluso Bennett pertenecía a una fraternidad a la cual íbamos de vez en cuando a las fiestas. Era una locura como festejaban en este lugar, estaba acostumbrado a los vasos de vidrio, copas exóticas, tragos y boquitas súper elegantes. En cambio en la fraternidad era todo en pastico, hombres y mujeres vomitando en cualquier lugar, si tenía suerte encontraba un plato de papalinas las cuales no me animaba a probar. No era para nada mi gusto, sin mencionar que las mujeres se te tiraban encima, te intentaban seducir y al día siguiente ni te reconocían. Era toda una nueva aventura la cual era fascinante. También era una odisea tener que rechazar a tantas mujeres en tan poco tiempo, si no eran los músculos, era mi cara y si no el acento británico. No sé qué tiene este acento, pero vuelve locas a todas las mujeres.

Todo sería mucho mejor si tuviera a Holly junto a mí, podría llevarla a pasear, a caminar por las distintas áreas verdes, los cines de realidad virtual y alta definición eran todo un poema, sin mencionar la comida chatarra en cualquier parte. Los hotdogs eran de mis favoritos, sin decir las hamburguesas de Barkly Kelly. Inmediatamente se me hizo agua la boca, quería una de esas.

- ¿Lograste arreglar las cosas? -preguntó Clarisa recogiéndose su cabello rubio. Ayer cuando hable con Holly, ella había estado en mi habitación con Bennett estudiando.

-No, no lo sé. No hable con ella después de eso, aun no me lo creo.

Impresionantemente, confiaba en ellos, sentía como si su amistad era pura, como la de Rees. Algo que en la elite era difícil de encontrar, o al menos así lo veía yo. Si lo pienso detenidamente Tammy era bastante dulce, sabía cómo hacerme feliz. Creo que estoy juzgando a la elite demasiado duro, hay gente genial entro de ella. Mi novia y mi mejor amigo eran dos que marcaban la diferencia.

-Deberías llamarla -dijo finalmente cuando llegamos a la cola del Starbucks, me estaba volviendo un adicto a este café.

-Sí, es un poco mi orgullo el que no me deja hacerlo, ella tampoco lo ha hecho por lo que supongo los dos estamos malditamente molestos.

-Yo soy el que siempre sede con Clarisa -dijo tomándola de la cintura para besarla -. No puedo pasar más de tres horas molesta con ella. Es como el puto infierno.

Verlos juntos me recordaba a una pareja completamente dispareja, Bennett era rockero, con su pelo largo, agarrado en una coleta, pantalones negros pegados y camisa sin manga enseñando un par de tatuajes en su brazo derecho. En cuanto a Clarisa, era una princesa de cuento de hadas. Su cabello rubio normalmente bien cepillado, sus ojos azul cielo perfectamente delineados, maquillaje de porcelana y ropa rosa como si fuera una muñequita. Ella tan delicada y él tan fuerte, eran perfectos.