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QUINN CORRIÓ CUANDO VIÓ A DANIEL, entrando en el campo de fútbol el día siguiente en la escuela. Quería disculparse de alguna manera, se había pasado la madrugada pensando en el cómo que cuando amaneció su mente había quedado vacía y solo había optado por hablarle.
── Por fin creo que me salió el trucó de las rodillas. ── sonrió Quinn acercándose a Daniel con una sonrisa. ── Uh, ¿tu ojo como está?
── No te preocupes. Es menos doloroso de lo que parece. ── Daniel alzó los hombros mientras jugaba en una pelota en sus manos.
── Escucha, yo.. quería darte las gracias. ── Quinn admitió torciendo la punta de su pie.
── No fue nada. ── Daniel le dijo con una mueca. ── Te lastimó, y no es correcto.
── ¡Mira, estuve practicando! ── Quinn le tomó el balón de las manos a Daniel y la hizo rebotar en sus rodillas.
── ¡Genial! ── Daniel felicitó con una sonrisa, la cual la rubia devolvió.
── ¡Todas las corredoras, vengan!
── Me tengo que ir. ── resopló Quinn devolviendo la pelota. ── ¿Nos vemos en el almuerzo?
── Por supuesto.
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── Hey. ── saludó Quinn sonriendo mientras apoyaba su bandeja junto a la de Daniel.
── Quinn, ¿que tal? ── Daniel le devolvió la sonrisa. ── No parece que tengas mucha hambre, ── dijo este mirando el plato casi vació de la rubia.
── En realidad no.
── Toma un poco te pastel. Lo hice yo mismo. ── dijo tomando una rebanada del pan y colocándolo en la bandeja de Quinn.
── ¿De verdad? ── rió Quinn en broma.
── Ah claro, soy un prestigiado cocinero en Jersey. ── siguió Daniel colocando más comida en la suya.
── ¿Y te gusta The Valley? ── preguntó Quinn caminando junto a él mientras la fila avanzaba.
── De momento, no es tan aburrido. ── respondió Daniel con sinceridad.
── ¿Newark era aburrido? ── Daniel la miró extrañado por aún con su sonrisa.
── ¿Cómo sabes que soy de Newark?
── Pregunté. ── Quinn alzó los hombros, no era la gran cosa.
── ¿De verás?
── No es para tanto, Danny. ── rió la rubia ──¿Te acuerdas del tipo que te dió problemas en la playa?
── Ah, si. ¿Rey Karate? ── respondió Daniel con una sonrisa de burla en su rostro, Quinn suspiró.
── Es mi hermano. ── soltó de un golpe, Daniel se detuvo en su caminó y miro a Quinn.
── Bueno, me alegra saberlo. ── concluyó alzando los hombros. ── ¿Qué? ── Quinn frunció el ceño.── Ah, si. Tienes razón, tienes razón, lo sé.
── ¿Qué haces?
──Ah, es solo esta vocecita... ── Daniel dijo como si fuera lo más normal del mundo. ── que me dice que soy un idiota por hablar contigo.
── No eres un idiota, Danny.
── Bueno, a decir verdad me caes mejor que tu hermano.
── $2.50 ── dijo la cajera.
── Esperé, pagare por los dos. ── Daniel se ofreció sacando cuatro dólares.
── Gracias. ── susurró la rubia con una sonrisa. ── Y sobre lo de John, solo es mi medio hermano, y casi... ni siquiera eso.
