cobra kai.

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EN REALIDAD QUINN NO SABÍA a donde se dirigían, hasta que llegaron a una plaza y ella entró en pánico

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EN REALIDAD QUINN NO SABÍA a donde se dirigían, hasta que llegaron a una plaza y ella entró en pánico. Cobra Kai se encontraba frente a ellos, sabía lo que significaba. 

Los tres bajaron de la camioneta, Daniel la tomó de la mano, no sabía lo que significaba, pero le gusto lo reconfortante que era la mano del chico. Entraron al dojo, el llamado de las personas dentro era ruidoso y Quinn no podía despegar la mirada de su hermano quien todavía no la había visto. 

De momento, el sensei de traje negro tiró a un estudiante asustando a Quinn.

── Pierdes concentración en una pelea y eres hombre muerto. ── comunicó el hombre con tono amenazante. 

── Si, sensei. ── dijo el chico en voz baja.

── ¿Qué?

── ¡Si, sensei! ── gritó este finalmente, se levanto y a ordenes del sensei el chico hizo planchas a la orilla del tapete. La orden que había gritado fue la de combate, y como maquinas, los chicos se hicieron a las orillas de un cuadro en el centro, llamo a dos chicos a que pelearan. De una patada, el otro chico cayó.

──  ¿Qué miras? ¡Acabalo! ── demandó el hombre de manera dura, Quinn escondió su cara en la espalda de Daniel y solo escuchó el quejido del chico en el piso. ── ¡A tu puesto! ── los chicos sentados al rededor se levantaron de un saltó y por primera vez, Johnny miró a su hermana y Daniel.

La mirada del rubio los recorrió y quedó quita cuando los vio tomados de la mano, con una mirada llena de odio. Quinn se removió haciendo que su hermano alzara su vista hasta ella, donde ambos se quedaron fijos. 

── ¿Qué ocurre sr. Lawrence? ── el sensei le dijo a Johnny cuando ambos quedaron a cara, pero el rubio si siquiera miró al hombre. Le susurro algo y Daniel apretó la mano de Quinn.

── Vamos, olvidémonos de esto. ── pidió Daniel entre Miyagi y Quinn. 

── Espera, aún no. ── Miyagi indicó alzando la mano en paciencia. 

── Clase, tenemos visitas. ── el sensei miró a los tres en la puerta. ── Agrúpense detrás de mi. ── este caminó peligrosamente hasta quedara cara a cara con el señor Miyagi, claro que, este al menos era medio cuerpo más alto que este. ── Oí que anoche atacó a algunos de mis estudiantes. 

── Me temo estar confundido. ── Miyagi contesto calmadamente. 

── ¿Llama al sr. Lawrence mentiroso?

── No llamo nada a nadie. ── dijo de nuevo serenamente. 

── ¿Por qué esta aquí, viejo? ── preguntó el hombre.

── Vine a pedir dejar en paz a mi muchacho. ── Miyagi respondió sin titubeos. 

── ¿Qué ocurre? ¿No puede resolver sus problemas por sí mismo? ── pregunto el hombre de manera descarada 

── Problema uno a uno, sí. Problema cinco a uno, es mucho pedir a cualquiera. 

── ¿Eso es lo que le molesta? ── preguntó de nuevo pero esta vez giró su cabeza a Quinn. ── ¿La desigualdad? Bueno, eso podemos arreglarlo. ¿Te interesa un combate, Sr. Lawrence? 

── ¡Si, sensei! ── Johnny respondió con una sonrisa en sus labios.

── No más peleas. ── pidió el señor Miyagi. 

──¡Estamos en un dojo de karate, no en clase de yoga! ── gritó el hombre. ── No puede venir aquí a retarme y marcharse así como así. Saque a sus chicos a la colchoneta, o usted y yo tendremos un problema. 

── Demasiada ventaja. Su dojo. ── reconoció Miyagi 

── Elija un lugar.

── El torneo. ── Quinn giró la cabeza, detrás de ella, un poster anunciando el Torneo All Valley estaba colgado.  

── Tiene muchas agallas, anciano. ── el hombre rió de manera áspera mientras Johnny se tragaba su risa.── Muchas agallas. Pero creo que podremos complacerlo. ¿Verdad, Sr. Lawrence?

── ¡Sí, sensei! ── respondió el rubio. 

── A tu puesto. ── demandó este. 

── Pedir otro pequeño favor. ── Miyagi dijo mientras el sensei daba media vuelta. 

──Dese prisa. ── dijo sin darse vuelta.

── Pedir dejar en paz a los muchachos para poder entrenar. 

── Es usted un desgraciado exigente, ¿eh? Pero eso me gusta. ── el hombre sonrió dando media vuelta.── Me gusta. De acuerdo. Nadie tocará a la prima donna ni a la...jovencita Aldine, hasta el torneo.   ¿Comprendido? 

── ¡Sí, sensei! 

── Pero si no compite... ── amenazó ── se abrirá la temporada de caza... contra él... contra ella... y usted. ── el señor Miyagi, a diferencia de Daniel y Quinn no se inmutó. Y asintió, los tres se retiraron rápidamente del dojo. 

── ¡No puedo creerlo! ── Daniel dijo mientras caminaban en la calle. 

── ¿Qué?

── En lo que me acabas de meter...¡nos acabas de meter! ── Daniel dijo señalando el establecimiento. Dijiste que ibas a mejorar la situación. 

── Eso hacer.

── ¿Cómo? 

── ¡Danny, él te acaba de ahorrar dos meses de golpes! ── Quinn agitó las manos frente los ojos de el chico. Daniel negó pero no reprochó nada, el señor Miyagi le pidió que condijera hasta su casa y Daniel, aceptó.

── ¿Cuánto queda para llegar a tu casa? ── pregunto el moreno mientras manejaba,  

── Otro lado de vías. ── indicó el señor.

── ¿También se dedicas al petróleo? ── preguntó Quinn cuando vió el tren, haciendo reír al mayor. 

── No todo ser lo que parece. 

── Este lugar me recuerda a Newark. ── mencionó  Daniel.── ¿Qué vamos a hacer aquí?

── Empezar a entrenar. ── asintió el señor Miyagi. ── El torneo estar aquí antes de darte cuenta. 

── Eso es lo que me da miedo. ── admitió el chico ayudando a bajar a Quinn una vez que estaban estacionado. 

── El maestro esta loco. ── resopló Quinn.── ¿De verdad cree que lo podremos vencer? 

──No importa. ── respondió el señor con una señal. ── ¿De que sirve enseñar que razón está en puño? ── dijo este recordando de lema de las cobras. ── Estúpido, pero cierto. Ganar, perder, no importa. 

 >>Ustedes pelear bien, ganar respeto. Entonces, nadie lastimarlos. 

── Nos matarán de una paliza. ── Daniel negó.

── Sea como fuere, ── el señor prosiguió. ── problema solucionado. Esperen aquí. 

Quinn le dio una mueca a Daniel, Daniel se la devolvió, si no terminaban muertos, al menos con dos costillas rotas. 

✓ 𝐛𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 , daniel larusso ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora