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LOS DÍAS SIGUIENTES QUINN pasó noches llorando, no lo iba a admitir, si preguntaban, ella decía que era una reacción alérgica, pero más allá de sus tutores las únicas que bien sabían lo que había pasado aquella tarde eran sus amigas pues gracias al buen golpe que le dio a Johnny, su muñeca se había esquinzado.
¿Era doloroso? Si. Pero le dolía mucho más las palabras que Daniel le había dicho. ¿Ella era igual de superficial que todas aquellas personas ricachonas de Las Colinas? No quería ni siquiera pensarlo, temiendo que la respuesta fuera afirmativa.
Estaba decaída, así que el fin de semana, Ally y Susan la invitaron al lugar de juegos, no tenía intención de ir, pero Laura la animó. Las tres chicas jugaban a dispararle a pájaros en la pantalla.
── ¡Eh, me rindo! ¡No disparen! ── Daniel se atravesó en el juego, Quinn, haciendo caso omiso a las palabras del moreno disparó y se dirigió a otro juego. ── No me dejen aquí. Estoy herido.
── Mejor. ── Susan le dijo.── Quizá te mueras. ── Daniel se levantó y las volvió a seguir.
── Sólo quería disculparme. ── dijo este arrinconando a Quinn entre el juego.
── Bien, ya te has disculpado.── la rubia le respondió solo mirando su juego.
── ¿Sabes? Me saqué mi licencia.── Daniel le comentó una cuna sonrisa.
── Pues qué bien. ── Quinn felicitó con sarcasmo.
──¿Qué te ocurre?── Daniel le preguntó ladeando la cabeza.
──¿Esperas que dé saltos de alegría?── Quinn le dijo fríamente.
── No, un poco de cortesía quizá.── Daniel le dijo, Quinn lo miró sin expresión alguna.
── Claro, como tú la tuviste conmigo.
── Pero eso es algo sólo para la gente con autos caros y esas cosas. ── el chico completó. Quinn negó marchándose en la dirección contraría.
── ¿No ves que no quiere hablar?── Ally le preguntó a Daniel, pero este pasó de largo, becándola.
── ¿Qué ocurre? ¿Te duele la verdad?── Daniel le preguntó a Quinn cuando llegó a su lado
──¿De verdad crees que es eso? ── Quinn le dijo sin mirarlo todavía.
── Sí, sé que es eso. ── Daniel le respondió buscando su cara.
── Pues te equivocas.
── Seguro que estoy equivocado.── Daniel dijo sarcásticamente.
── No salí contigo por un auto o por dónde vives.── Quinn le informó esta vez encontrándose con su mirada. ── Pero no te importa, esta claro, solo quieres escucharte Daniel. ¡Me gustas! Pero ya no sé si te sientes igual por mi.
── Solo acepta que no puedes manejar la situación. ── Daniel le dijo negando.
── Puedo aceptarla de maravilla.── Quinn le dijo asintiendo con la cabeza. ── Que tu seas de Reseda o yo de las Colinas no cambia nada. Eres tú quien no puede.
Quinn giró y salió del lugar.
── Qué delicado eres. ── Ally le dijo a Daniel.
── ¿Qué?
── No ha sido más que buena contigo.── Ally prosiguió fastidiada.
── Solo me estaba humillando junto con Johnny.── Daniel negó.
── Claro.── la chica asintió riendo.── No te quedaste para ver el emocionante final.
── ¿Qué? ¿Ambos riéndose de mi desgracia después de lo de la calle? Apuesto que todo estaba planeado.
── Un gancho de derecha.── Ally le dijo. ── ¿Crees que se esquinzó la muñeca pintándose las uñas?
── ¿Ella le pegó?
── Eso es quedarse corto. ── Ally resopló.
── ¿Por qué no me dijo nada?
── No es necesario, ¿no crees? ── Daniel suspiró y salió corriendo del lugar de juegos en busca de Quinn, la encontró cerca de la reja que daba al tobogán. Daniel le tocó el hombro.
── Hola, karateka.── saludó de nuevo el moreno pero la rubia no giro. ── Mira, soy un idiota.
── ¿Tú crees? ── Quinn negó sin mirarlo.── De seguro no sabes lo que dolieron tus palabras.
── Te verdad Quinn.── Daniel la tomo de los hombros, en una clase de abrazo. ── Prometo ya no dar 'tres pasos atrás' esta vez.
── ¿Lo prometes?
── Claro.── asintió el chico.── ¿Entonces estoy perdonado. ── Quinn rió. ── Eso parece in 'si'. Ven aquí.
Daniel abrazó con fuerza a la rubia.
── Lo siento mucho, de verdad lo hago.── murmuró el moreno en el oído de Quinn. ── Supongo que no participarás en el torneo de mañana.
── Supongo que no.── Quinn dijo enseñándole su muñeca vendada.── A menos que se curé por un milagro.
── De verdad lo espero. ── Daniel le dijo sonriendo.
── Bueno, al menos te animaré. ── Quinn afirmó.
── Me patearán el trasero en la primera ronda.
──Así nos iremos antes. ── Quinn respondió ladeando la cabeza. Y fue ese el momento, en que ambos se dieron cuenta, de que nunca antes habían estado así de cerca.
Por fin, sus labios se tocaron con suavidad. El corazón de Quinn martilleaba en su pecho mientras que sus dedos se aferraban a la chamarra roja de Daniel. Fue un beso tímido, ambos se separaron evitaron mirarse a los ojos. Observó a Daniel, y se centró en sus ojos cafés, y recordó cuánto lo quería y lo mucho que le costaría alejarse de él.
── Oh, ¡tienes que ver esto! ── Daniel le dijo con una sonrisa tomándola de la mano y guiándola con rapidez al estacionamiento.
── ¿Qué!
── Ven. ── Ambos corrieron con cuidado, un auto amarillo se encontraba estacionado ahí, Quinn ya lo había visto antes.
── ¡No es cierto! ── dijo Quinn mirando al auto. ──¿El señor Miyagi te lo dió?
── Exacto. ── Daniel rió.
── ¡Qué envidia, Danny! ── Quinn admiró. Daniel le abrió la puerta del piloto.── ¿Quieres que yo maneje?
──Oye, son los 80's── Daniel rió.── En algún momento tendrás que aprender. ── subió de el lado del copiloto. ── Para arrancar empuja ese botón. Mete la llave y emújalo.
