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QUINN BAJÓ DEL AUTO DE KEITH CERRANDO LA PUERTA DETRÁS DE ELLA. Miró la calle y esperó al rubio hasta que llegara a su lado para cruzar la calle. Keith le había pedido el favor de acompañarlo a dejarle un encargo a un viejo amigo de su familia.
Quinn, aceptó algo desaminada pensando que tal vez acompañar a Keith la animaría un poco. Pero todo fue lento, cuando Keith abrió la puerta del antiguo y casi desmantelado Cobra Kai. Podía escuchar a personas hablar dentro, siguió a Keith hasta la colchoneta.
── ¡Señor Silver!── saludó Keith con una sonrisa.
── ¡Ah, Keith Reed! ── imitó Terry de la misma manera. Quinn no habló, solo miró fijamente a la persona junto a Silver, nada más y nada menos que Daniel LaRusso, portando un gi de Cobra Kai en sus hombros y sangre sobre sus nudillos.── Señorita Aldine, un gusto de nuevo.
Pero ella nunca respondió el saludo que Silver le daba, solo miró decepcionada al chico que creía conocer. No había tenido noticias sobre él durante tres días, solamente de Miyagi ya que era común que comieran con él, pero Daniel nunca se encontraba en casa.
── Aquí lo que pidió.── comunicó Keith dándole la bolsa de plástico a Terry quien ensanchó su sonrisa aún más.
── Bien, muchas gracias hijo.── asintió el mayor cerrando de nuevo la bolsa que había abierto. ── Y gracias, señorita Aldine por acompañar a Keith.
── No hay problema.── murmuró la rubia mordiéndose una mejilla interna. Salió del lugar sin esperar a su acompañante que en segundos la alcanzó.
──Hey ¿Qué pasó? ¿estás bien?── preguntó Keitha inclinándose a la altura de Quinn pasándole un mechón de cabello detrás del oído.
── No, no estoy bien.── respondió esta cruzándose de brazos. ── No puedo creer que Daniel sea parte de Cobra Kai...¡no, peor que eso! que participara de verdad en el torneo.
── Pensé que sabias sobre eso...── Keith ladeó la cabeza confundido.── Pensé que habían hablado.
── Pues no.── espetó Quinn negando.── Pensé que iba a renunciar cuando Miyagi le dijo que no lo entrenaría para el torneo, ¡no que se iría a meter a Cobra Kai, el lugar donde casi lo hacen añicos hace un año!
── ¿Entonces no hablaron ?
── ¡Rompimos Keith, por dios! ── manifestó Quinn con frustración en su voz.
── Lamento oír eso.── murmuró Keith abrazando a la chica. De alguna manera, se sintió reconfortante y cálido, tanto así, que Quinn lo terminó abrazando de regreso, sin saber que por la ventana del dojo, Daniel los miraba.
