Con el sol en lo más alto del cielo y las nubes blancas recorriendo el mismo, el cielo decoraba el hermoso día que se presentaba en Karasuno. Las personas cerraban sus negocios para ir a casa y degustar de sus almuerzos, mientras que aquel pequeño, pero sagrado periodo de descanso les ayudaba a recomponerse ante la ardua jornada de trabajo.
En aquellas horas, Aiko llegaba a casa con la maleta de tela en mano y con un rostro indescifrable, ya que sus emociones eran una mezcla imposible de descifrar y que no podría expresar con naturalidad.
Agradecía aquello, porque su hija era lo suficientemente perceptiva como para ahogarla en preguntas hasta obtener una respuesta ante cualquier expresión.
—Hola mami —escucha la voz de su dulce hija y baja su mirada, encontrando la pequeña con las mismas prendas de esa mañana y el mismo semblante alegre de todos los días.
—Hola mi niña, ¿ya llegó Shoyo? —saluda con una sonrisa y pregunta por su hijo.
—Aún no ha llegado para comer —dice la pequeña dejando pensativa a la mujer.
"¿No ha llegado?"
Se pregunta en su mente. Después de su reunión con uno de los grandes duques de Karasuno, no podía evitar sentirse prevenida ante cualquier acción de su hijo."Seguro se quedó jugando de nuevo, no hay nada de qué preocuparse." piensa para mantenerse tranquila, ya había pasado antes y ya pensaba que se estaba poniendo paranoica con ese tema.
Prefiere esperar un poco más, al fin y al cabo, después del almuerzo, iría al campo abierto para buscarlo como ha hecho algunas veces.
...
Tsukishima sale de la habitación donde descansa Hinata en busca de más medicina, Yamaguchi va tras él para ayudarle y Nishinoya se queda en habitación.
El más bajo no estaba satisfecho con la determinación que había tomado Tobio -no incluye el Kageyama ya que aún no digiere la informacion-, sentía que era impulsado por la venganza, y como su mayor debía impedir que siguiera aquellos sentimientos.
Pero era el príncipe, qué podría hacer ante semejante personalidad influyente.
Mientras Nishinoya se mantenía sumergido en sus pensamientos, la mente de Shoyo estaba perdida en un estado inconsciente del que quería despertar rápidamente. Estaba asustado, quería salir de ahí, pero no podía hacerlo y ya había hecho todo lo que estaba a su alcance.
Ese fondo negro, sin un inicio ni un fin, sin un suelo ni un cielo, le causaban gran ansiedad y desesperación. Cierra sus ojos, abraza sus piernas y llora.
Pasan cinco tortuosos minutos, minutos que se le hicieron eternos mientras trataba de calmar su ansioso ser incapaz de hacer algo para huir a los brazos de su alfa.
De repente, comienza a sentir dolor, una pequeña punzada en su cabeza y un leve sonido que hiere sus oídos. Tapa sus oídos con sus manos y frunce su ceño tratando de soportar el dolor. Su mente se nubla, y un gran destello blanco hace que cierre sus ojos.
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Mi Amado Rey | KageHina
FanfictionEn el reino Karasuno, el rey Yoshio Kageyama busca desesperadamente el omega perfecto para su hijo, el cual, por ironías de la vida, es un alfa con poco interés hacia los omegas. Busca a un omega adinerado, hermoso, educado y completamente fértil pa...