Capítulo 42

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...

Yachi miraba la bandeja plateada en sus manos. Estaba nerviosa.

El "plan a" tenía que funcionar a toda costa para asegurar el bienestar de su familia. Algunos soldados del reino Inarizaki estaban en su casa esperando órdenes para saber qué hacer con su madre, su padrastro y hermano pequeño.

Yachi no iba a permitir que les hicieran daño.

Cuando la luz del interior de la habitación del joven príncipe se apaga, lo cual puede notar al ver por debajo de la puerta, se prepara para ejecutar su plan.

Entra a la habitación nuevamente, sintiendo las feromonas algo distintas del príncipe Tobio Kageyama. Cierra la puerta a sus espaldas.

"–Tienes que darle esto durante un mes para que su aroma cambie. Si tiene un omega como dices, será rechazado por su olor".
Piensa Yachi en las palabras de Sakusa Kiyoomi, otro infiltrado del reino Inarizaki que también necesitaba la perfecta ejecución del plan desesperadamente.

"–Encontré al omega. Pensé que sería alguien pobre pero resultó ser el hijo del duque. Si el plan no funciona, ya tengo otra idea".
Las palabras de Kiyoomi no dejaban de sonar en su cabeza. Él siempre se veía desesperado en ejecutar cualquier plan para terminar con su misión.

"–Hoy ví a su omega y las feromonas del príncipe Tobio estaban ahí. No lo rechazó para nada. Ten, dale esto. Ejecuta el "plan a", no podemos perder más tiempo".
Las palabras del pelinegro hacen eco en su cabeza. Si todo salía bien a partir de ahí, ambos serían libres de alguna manera.

Yachi se pone de pie a un costado de la cama del príncipe, quien dormía plácidamente sobre esta como un bebé.

Ella suspira frustrada. Sabe que él no despertará sino dentro de unas horas.

Lo suficiente para tener un hijo de él.

Se posiciona encima de Tobio sentándose en sus piernas.

...

Yamaguchi entra al consultorio para recoger sus cosas e irse a casa. Tsukishima está ahí.

–Hola.

–Hola, Tadashi.

Tsukishima y Yamaguchi han estado distanciados durante varios días, han estado muy ocupados y no han tenido la oportunidad de hablar. Se quedan en silencio unos segundos, hasta que el omega decide hablar.

–Hoy... voy a preparar algo delicioso para la cena. Espero puedas acompañarme.

Tsukishima se nota algo pensativo y frunce su ceño.

–Lo siento, tengo trabajo extra.

Responde como excusa. Yamaguchi baja su mirada y pequeñas lágrimas caen de sus ojos al suelo. Lleva escuchando esa excusa durante dos semanas. No entiende qué pasa o cuál es el problema, o si tenía algo que hacer tan urgente como para rechazarlo. El nunca antes había hecho lo que está haciendo ahora.

Mi Amado Rey | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora