Capítulo 11

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Ambos omegas se ponen a la defensiva ante la repentina presencia de Yamaguchi en la habitación, pero este sonreía de una manera tan gentil que se relajaron poco a poco

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Ambos omegas se ponen a la defensiva ante la repentina presencia de Yamaguchi en la habitación, pero este sonreía de una manera tan gentil que se relajaron poco a poco.

-Conozco todos los rincones de este castillo ya que crecí aquí, puedes decirme de quién se trata -con sus palabras, el peliverde trataba de transmitir confianza y ayudar como quería hacerlo. Tenía que hacerlo, por Tobio.

-Se llama Tobio Na... K-Kageyama -dice Hinata aún sin procesar sobre la verdadera identidad del alfa dominante.

-Oh, sé dónde queda su habitación, puedo llevarlos -el omega expulsa feromonas dulces con un tenue olor a vainilla, tratando de que el otro omega también confiara en él.

Pero Nishinoya mantenía un ceño fruncido en su rostro y sus brazos cruzados para no dejarse llevar, no confiaba.

-Si, llevamos, por favor -el peli-naranja sonríe, conmoviendo a Tadashi.

Era un sol tal y como Tobio le había dicho.

...

Sugawara estaba cansado de tanto correr, sentía que el aire le faltaba y sus piernas no resistirían más, pero su motivación de seguir fue encontrar a Daichi en el camino.

Lo encuentra y se acerca a el lentamente.

El alfa estaba cabizbajo, manifiesta frustración en su semblante y sus feromonas se esparcen en el aire, reflejando en ellas su impotencia e ira.

Sugawara se detiene frente a él y no recibe ninguna mirada o palabra. El enojo del peli-gris aumenta y con sus manos, acuna el rostro de Daichi para levantar su cabeza y atraer su atención.

-Creo que es estúpido preguntarte esto, pero, ¿qué te pasa? -dice el beta.

Daichi levanta su mirada buscando la de su pareja, aunque ahora no sabía si lo odiaba o lo seguía amando.

-No te merezco -Sugawara no entiende el motivo de sus palabras y alza una ceja en señal de ello, por lo que el alfa continúa -. Hice todo mal, herí a un omega y te decepcioné. Aproveché mi posición para hacer daño, rompiendo nuestra promesa.

Daichi y Koshi habían hecho una promesa hace unos años cuando iniciaron su relación. Daichi cumplía 23 años y en celebración Kōshi se le declaró en medio de un bosque de cerezos cerca de la capital. Prometieron cuidarse el uno al otro, ser siempre humildes y seguir adelante, nunca haciendo daño a otros, ya que ambos entrarían a trabajar en el castillo real dos días después.

Ambos llegaron al castillo real, con apenas 23 años y llenos de sueños por cumplir.

Koshi era muy hábil en economía y estrategias de comercio, ganándose la confianza del rey y siendo nombrado uno de los tres consejeros reales del reino con apenas 25 años, llevando hasta hoy 3 años en el cargo.

Daichi era estratega y hábil con la espada. Se unió a la academia de caballería a los 23 y fue reclutado por el rey 1 año después, logrando tomar la posición de comandante 5 años después.

Un gran salto para ambos, pero aquellos eran muestras de lo mucho que se esforzaron.

Sugawara recuerda el arduo camino que ambos tuvieron que recorrer desde que salieron de su pueblo natal. Todos los esfuerzo, todas las lágrimas y todas las risas que habían experimentado en diversos momentos se veían reflejados en la enorme confianza que se tenía el uno al otro.

Sonríe y abraza al más alto tratando de transmitir confianza y serenidad, y le gustaría hacerlo con feromonas, pero como beta, no podía hacerlo. Daichi se sorprende ante las acciones del contrario y no sabe si corresponder, sentirse feliz, triste o simplemente no decir y/o hacer nada.

Opta por la última opción.

Koshi ríe nuevamente ante la actitud de confusión del alfa. Rodea el cuello del contrario con sus brazos y se pone de puntillas acercando sus labios con los del contrario, depositando un pequeño y casto beso.

-Te amo, y eso nunca va a cambiar -dice Koshi, juntando su frente con el alfa y cerrando sus ojos, disfrutando de la paz en el ambiente.

Daichi se siente aliviado de escuchar esas palabras. Saber que nada cambiaría entre ellos lo llenaba de una gran felicidad que le impedía sentir tristeza nuevamente.

Afrontaría el mundo con valentía, después de que Sugawara estuviera a su lado, no le importaba.

Debido a su encuentro con Daichi, Koshi olvida su objetivo principal.

...

Mientras la pareja Sawamura-Sugawara se ocupaban de sus problemas, los tres omegas caminaba por los pasillos del enorme castillo. Yamaguchi los guiaba sosteniendo el brazo derecho de Hinata, mientras que Nishinoya sostenía el izquierdo.

Hinata aún se sentía muy débil y leves punzadas golpeaban su vientre, sintiendo dolor en aquella zona. Pero el deseo de ver a Tobio era mucho más grande, porque además de decirle aquella dolorosa situación, necesitaba una explicación del porqué les había mentido a todos.

Con aquellos pensamientos, habían llegado a la habitación del alfa, encontrando la puerta abierta.

Yamaguchi no entendía lo que estaba pasando, Tobio pasaba la mayoría del tiempo encerrado en su habitación, solo le permitía entrar a un selecto número de personas, entre ellas, él.

Entra junto a los dos omegas, y ve a varias mucamas limpiar la habitación.

-¡Yachi! -la mencionada, quien limpiaba el espejo de la habitación, voltea su mirada al escuchar una voz conocida.

-Hola Yamaguchi -saluda alegremente la joven omega al asistente del doctor Tsukishima.

-¿Qué sucedió aquí? -pregunta preocupado.

-Su majestad, el joven Tobio hizo un desastre de su habitación, parecía reclamar algo, pero ninguna de nosotras entendía lo que quería -explicó Yachi rápidamente al omega peliverde.

Los tres omegas se ven preocupados al escuchar aquello. Siguen caminando dentro de la habitación buscando el lecho del alfa, en donde Yachi les dijo que se encontraba.

Encuentran a Tobio inconsciente, con un semblante calmado y respiración acompasada que denotaba su aura de tranquilidad.

-¡Tobio! -exclama Hinata, mientras se suelta del agarre de ambos omegas para caminar con las pocas fuerzas que le quedaban y acercarse al pelinegro.

Hinata se sienta en el lado izquierdo de la cama y toma la mano del alfa con sus manos, soltando feromonas para él y solo para él, con el único objetivo de que recupere la consciencia y vuelva a abrir sus ojos de nuevo.

No sucede nada y Hinata se preocupa aún más, pero el cansancio le gana y se acuesta al lado del alfa, sintiendo el tenue aroma de sus feromonas y recibiendo la paz que necesitaba desde los días de su ausencia.

Lo ama, sin importar quién sea ni de donde venga.

Lo ama, sin importar quién sea ni de donde venga

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Mi Amado Rey | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora